Tensión máxima: Corea del Norte prepara el lanzamiento de un nuevo misil intercontinental

Durante el fin de semana realizó una prueba con una bomba termonuclear.

PREPARATIVOS DE GUERRA. Tropas surcoreanas se entrenan en plena escalda de tensión. REUTERS PREPARATIVOS DE GUERRA. Tropas surcoreanas se entrenan en plena escalda de tensión. REUTERS
04 Septiembre 2017

Seúl, Tokio y Washington acordaron hoy elevar al máximo la presión sobre Corea del Norte. Mientras tanto, la inteligencia surcoreana reveló que Pyongyang está preparando un nuevo lanzamiento de misiles intercontinentales para los próximos días.

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"Hay una posibilidad de que el norte pueda llevar a cabo más provocaciones lanzando un ICBM (misíl balístico intercontinental) hacia el Pacífico Norte", afirmó hoy el diputado oficialista Kim Byung Lee durante una reunión parlamentaria a puertas cerradas, un día después de que Pyongyang realizara con éxito una prueba con una bomba de hidrógeno.

El parlamentario surcoreano citó durante la reunión a puertas cerradas un informe del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) en el que se precisa que el lanzamiento se podría realizar el 9 o el 10 de septiembre, fechas en las que se conmemoran la fundación de Corea del Norte y el aniversario de la creación del Partido de los Trabajadores, según informó la agencia oficial Yonhap.

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La intención de un nuevo ensayo sería volver a demostrar su capacidad para alcanzar el territorio estadounidense con un misil intercontinental, según un informe del Ministerio del Interior surcoreano al Parlamento, detalló la agencia Télam.





Ayer, Pyongyang realizó su sexto ensayo nuclear y el segundo supuestamente llevado a cabo con un artefacto termonuclear -en este caso una bomba de hidrógeno- y coronó un período de frenética actividad armamentística.

La prueba nuclear ejecutada en el mediodía de ayer (hora local) provocó un amplio repudio internacional unánime, y la amenaza del gobierno estadounidense de Donald Trump de una eventual intervención militar.





El Consejo de Seguridad de la ONU se vio obligado a convocar a una reunión de urgencia, la segunda sesión de emergencia en una semana para tratar del problema con Corea del Norte, que se concretará hoy en Nueva York.

La prueba nuclear de ayer resultó un revés para la estrategia dialoguista del gobierno surcoreano, que ahora parece haber dado un giro de 180 grados.

El gobierno de Moon Jae-in, llegado a poder en mayo pasado en unas elecciones que estuvieron precedidas por una crisis política por la destitución de la presidenta Park Geun-hye, había ofrecido a Pyongyang sentarse en la mesa de negociaciones y había pedido que no se siga desplegando el polémico sistema antimisiles THAAD en su territorio.

Pero ahora parece haberse alineado con la Casa Blanca en la idea de que "es más necesario reforzar la disuasión militar que perseguir el diálogo", admitió hoy el ministro surcoreano de Defensa, Song Young-moo.

Tras los ensayos con misiles balísiticos realizados ayer a última hora por Seúl, hoy Song anunció que evalúa desplegar, junto con Estados Unidos, un portaaviones nuclear, varios bombarderos y otros efectivos estratégicos en la región.

El ejército surcoreano realizará además este mes maniobras con fuego real en el que participarán cazas F-15K equipados con misiles de aire-tierra "Taurus", según precisó la cartera de Defensa en su informe a la Asamblea Nacional-Parlamento local-.

En tanto, los presidentes surcoreano y estadounidense, Moon Jae-in y Donald Trump, y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, han intensificado sus contactos telefónicos en las últimas horas para sacar adelante un nuevo paquete de sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, antes de la reunión de urgencia que celebrará hoy el organismo.

Moon reclama aplicar "un nivel máximo de sanciones y de presión" sobre Pyongyang, según informó la oficina presidencial de Seúl, mientras que Tokio y Washington apuestan por imponer un embargo total de petróleo sobre Corea del Norte, dijeron fuentes gubernamentales niponas.

Tanto Moon como Abe señalaron a Beijing -principal aliado y socio comercial de Corea del Norte que también ha condenado con firmeza su nuevo ensayo atómico- y le reclamaron que aproveche su proximidad a Pyongyang para tratar de empujarla a la desnuclearización, además de pedir a Rusia que apoye también una nueva ronda de sanciones.


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