A exactos 32 años del horror, otro sismo devasta México

Un terremoto de 7,1 en Ritchter sacudió Ciudad de México, Morelos y Puebla; hace una semana otro movimiento telúrico afectó Oaxaca

UNA VISTA PANORÁMICA DE LAS RUINAS. Las nubes de polvo daban cuenta de los edificios desplomados y de las explosiones provocadas por fugas de gas. UNA VISTA PANORÁMICA DE LAS RUINAS. Las nubes de polvo daban cuenta de los edificios desplomados y de las explosiones provocadas por fugas de gas.
20 Septiembre 2017

CIUDAD DE MÉXICO.- “Mi familia vive en ese edificio”, gritaba una mujer mientras era consolada por las personas que la rodeaban. “¡Sus nombres no están en la lista!”, clamaba, desesperada, al ver una nómina con los nombres de 16 rescatados. “No sabemos cuántas más están entre los escombros. También hay una escuela caída”, dijo una policía en la avenida Nuevo León de Ciudad de México.

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Un potente terremoto en la zona central de México provocó al menos 247 muertos después de reducir decenas de edificios a escombros, en donde los rescatistas buscaban sobrevivientes. El nuevo movimiento telúrico se produjo a las 13.14 hora local, justo en el aniversario del devastador sismo de 1985.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés) reportó que el movimiento tuvo una magnitud ajustada de 7,1 en la escala de Richter, con epicentro entre los estados Morelos y Puebla. El sismo ocurrió solo una semana después de otro movimiento cobró 98 vidas en el sur del país.

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Al menos 54 personas fallecieron en el estado Morelos; nueve en el Estado de México (su capital es Toluca); 26 en Puebla y cuatro en la capital del país, Ciudad de México, donde según autoridades colapsaron 30 edificios, entre ellos una escuela primaria y un centro comercial donde quedó gente atrapada.

Funcionarios de Protección civil advierten a la población de que hay fugas de gas. “¡No fumen!”, gritaban los socorristas mientras corrían por la calle. Las autoridades no descartaron que la cifra de fallecidos pudiera seguir en aumento debido a la cantidad de daños.

Casi 4 millones de personas quedaron sin electricidad en los estados afectados, dijo la estatal Comisión Federal de Electricidad.

Las clases fueron suspendidas mientras se revisaba la integridad de los establecimientos.

“La gente gritaba, fue muy desesperante, aquí hubo muchos edificios cuarteados”, dijo Nith Quevedo, una trabajadora de 34 años desde la colonia Ciudad Azteca.

El presidente, Enrique Peña Nieto, convocó al Comité Nacional de Emergencias para evaluar la situación. Peña Nieto ha anunciado el despliegue de 3.000 militares en la capital. El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, pidió a la población no volver a sus casas hasta que sean revisadas por expertos. (DPA-Reuters)

“Hace dos semanas hubo un temblor muy fuerte, pero el movimiento fue horizontal. Era largo pero no tan terrible, recién el movimiento lo sentimos vertical. No sé como explicarlo, pero fue tan tremendo... Fue muchísimo más intenso porque tiró casas abajo y edificios”. María José Mariscal es tucumana, vive hace 12 años en México y aseguró que nunca vivió un sismo tan fuerte en suelo mexicano.

Mariscal, que reside en Ciudad de México junto con su esposo y sus dos hijas, relató a LA GACETA cómo vivió el sismo en ese distrito que tiene 8 millones de habitantes. “Vivo en el piso 11, pero sería equivalente a un piso 14 porque tiene varios pisos intermedios de estacionamiento y depósitos. Fue muy fuerte: las paredes crujían. Justo en ese momento estaba en casa; mis hijos, en la escuela; y mi esposo, en su trabajo. Ocurrió en el momento en que los chicos salen de clases, por lo que la gente estaba desesperada para encontrar a sus hijos. La ciudad es un caos también por eso”, explicó la comprovinciana, vecina de colonia Polanco, al noroeste de la capital mexicana.

Explicó que el edificio que habita es nuevo y cuenta con estructuras hidráulicas antisísmicas. “Los edificios que se derrumbaron están en las zonas más viejas, sin este sistema. Aquí se les llama colonia a los barrios. Los más afectadas fueron las colonias Roma, Centro y De la Condesa”, detalló.

“Cuando ocurrió el sismo no llegué a salir de casa. No sentí réplicas. Por suerte, aquí tenemos agua y electricidad, a diferencia de gran parte de la ciudad”, continuó. Afirmó que no quiso asomarse a la ventana cuando terminó el terremoto, pero aun así vio las imágenes de las nubes de polvo de los edificios colapsados. “Ahora se sienten todo el tiempo helicópteros y ambulancias. Es muy fuerte, muy terrible. Hablamos con amigas y conocidos y estamos todos bien. Miles de voluntarios acercan agua y elementos de primeros auxilios. En un kinder que se derrumbó esperaban con miedo porque a un niño no lo habían ido a buscar”, finalizó.

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