River se gastó los goles en la Copa y no pudo con Argentinos

Un equipo bastante diferente (en cuanto al juego) al que venció a Wilstermann, dejó a Boca solo en la cima.

25 Septiembre 2017

Un River con resaca tras su borrachera de goles ante Jorge Wilstermann no pudo cumplir con su objetivo de mínima para el domingo: ganarle en el Monumental a un voluntarioso pero limitado Argentinos para evitar que Boca cierre la fecha en soledad en la cima de la Superliga.

El empate a uno se ajustó a lo sucedido: el equipo de Marcelo Gallardo no tuvo resto emocional ni físico tras su épica victoria del jueves por Copa Libertadores. El joven y rapidito Argentinos jugó sin complejos -mejor en la etapa inicial que en el complemento- y cosechó su primer punto en su regreso a Primera, en un estadio que le ha sido históricamente adverso.

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El clima festivo por el pase a “semis” se sintió dentro y fuera del campo. En la previa hubo un homenaje a los All Blacks presentes y luego, al minuto 15 de partido, ovación de la gente a Leonardo Pisculichi -suplente del “Bicho”- en reconocimiento por los servicios prestados en la “Banda Roja”, en particular en aquel decisivo gol frente al “Xeneize” en la Copa Sudamericana 2014. Todo, bajo la atenta mirada de Jorge Sampaoli, sentado en un palco.

Setenta y dos horas después del 8-0, el “Millonario” fue una caricatura de aquel. El “Muñeco” insistió con línea de tres, esta vez sin Jonathan Maidana. Y tomó la decisión de ubicar como volante por derecha a Marcelo Saracchi, a quien se lo vio maniatado en esa posición. Y, sobre todo, River extrañó a su estandarte, Leonardo Ponzio, reemplazado con deficiencia por Iván Rossi. Ariel Rojas ingresó en el complemento; Ignacio Fernández, Enzo Pérez e Ignacio Scocco, agotados, fueron sustituidos.

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En realidad, River lució extraviado desde el vamos y Diego Abal le señaló un camino posible al omitir una mano de Scocco y cobrar penal por otra de Juan Saiz, en la misma jugada. Gonzalo Martínez, a los 17’, lo cambió por gol y pareció que el jolgorio de la Libertadores tendría su prolongación a nivel local. Pero no.

Veinte minutos después falló en un intento de cierre Gonzalo Montiel y Nicolás González definió con acierto sobre la salida de Germán Lux.

Argentinos terminó esa primera etapa como dominador. Y River tampoco reaccionó en el complemento, más allá de su insistente búsqueda. Una postal de las siete diferencias -los siete goles entre el River del jueves y el del domingo- la brindó Scocco: el arquerito Lucas Chaves le sacó un gol que parecía hecho y momentos después “Nacho” le erró a una pelota en el corazón del área. Sus cinco tantos ante Jorge Wilstermann no tuvieron correlato ante Argentinos.

Los hinchas de River aplaudieron sin mucha historia a su equipo en el final, signo inequívoco de que ellos, al igual que su equipo, tuvieron su cabeza en un limbo ubicado entre el festival pasado y el difícil escollo (Lanús) futuro.

Sólo la Libertadores se yergue en su horizonte. Aunque apenas van cuatro fechas de Superliga, Boca parece tener allanado el camino para su escapada.

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