El triunfo separatista en Cataluña genera nuevas preguntas

Los partidarios de la independencia vuelven a controlar el “Parlament” y resta saber si seguirán con su plan de desconectarse de España

BRINDIS. Catalanes celebran por las elecciones regionales de Cataluña tras una reunión de la Asamblea Nacional. Reuters BRINDIS. Catalanes celebran por las elecciones regionales de Cataluña tras una reunión de la Asamblea Nacional. Reuters
23 Diciembre 2017

MADRID, España.- Los ciudadanos dieron su veredicto en las urnas: los partidarios de la independencia de Cataluña volverán a controlar el Parlamento regional y podrán formar gobierno, pero muchas son las incógnitas abiertas. La principal, si seguirán adelante con su plan de desconexión de la región del resto de España.

Algunas de las preguntas que dispara el resultado del jueves se refieren a una posible crisis política que afecte a toda España.

¿Qué significan los resultados de las elecciones del 21-D?

Las fuerzas que lanzaron el plan soberanista suman mayoría absoluta en el nuevo parlamento. Junts per Catalunya (JxCAT), la lista del ex presidente Carles Puigdemont, junto a Esquerra Republicana (ERC) y el antisistema Candidatura de Unidad Popular (CUP) reúne 70 de los 135 escaños de la cámara. La participación récord de casi un 82% es además interpretada como “un mensaje nítido de los ciudadanos”, como dijo el propio Puigdemont desde Bruselas.

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¿Tendrán consecuencias a nivel nacional?

El Partido Popular (PP) perdió ocho y se quedó con sólo tres escaños, en unos resultados que son un estrepitoso fracaso de la intervención de Mariano Rajoy en la crisis catalana. Sin embargo, ayer, el PP descartó convocar a elecciones antes de que termine la legislatura, como le insinuó la oposición: “Se están viendo las debilidades de un proyecto político nacional que cuenta con menos apoyo en Cataluña que una fuerza antisistema”, dijo el socialista Pedro Sánchez.

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¿Pueden gobernar de nuevo los independentistas en Cataluña?

Sí. Juntos suman la mayoría necesaria tanto para investir presidente como para legislar, pero antes deben resolver algunos interrogantes. La ventaja del partido de Puigdemont despeja quién encabezará el gobierno, tras la pugna abierta en campaña entre JxCAT, que insistía en la legitimidad del ex “president”, y ERC, que veía cómo Oriol Junqueras lideraba por momentos los sondeos. La clave es si compartirán un proyecto de Gobierno y si éste volverá a impulsar un plan de independencia. De ello depende el apoyo de la CUP, que vuelve a ser clave, pese a que sólo tiene cuatro escaños. El jueves, se mostró dispuesto a hacerlo si el Ejecutivo asume un programa político basado en “construir” una república independiente catalana.

¿Seguirá el nuevo gobierno con el plan de independencia?

Es la gran incógnita. Los independentistas interpretan su victoria en las urnas como un respaldo ciudadano a ese plan: “La República ha ganado”, señaló la secretaria general de ERC Marta Rovira. Algunos analistas apuntan a una relativa distensión, después de que ERC y JxCAT hablaran de regresar al marco constitucional. En ese caso, sólo la CUP sería partidaria de la vía unilateral. El plan soberanista que vivió su momento álgido con la declaración en el parlamento el 27 de octubre fue respondido por Rajoy con la destitución del Gobierno regional y del Parlamento. Si respondiera igual a un nuevo intento de independencia, la crisis volvería a desatarse.

¿Sigue todo como estaba antes de la crisis?

Con un parlamento similar y posiblemente un gobierno con un proyecto parecido, muchos se preguntan si todo volverá a suceder. Rajoy y Puigdemont seguían afincados en sus posturas, pero lo ocurrido en los últimos meses apela al sentido común: en una situación que no ha dado salida, es necesario el diálogo y una situación más distendida, sobre todo tras la pérdida de escaños del partido más radical, la CUP, que pasó de 10 a 4.

¿Qué pasa con los presos o “huidos” que ganaron un escaño?

Ocho diputados electos del sector independentista están en prisión o en Bélgica. Sin ellos, el independentismo perdería la mayoría absoluta. El reglamento del Parlament catalán les permite asumir sin estar presentes, pero no presentarse a la investidura o votar. Los tres presos pueden pedir un permiso extraordinario de salida para acudir a la sesión. En el caso de Puigdemont y sus ex consejeros que están en Bruselas, la situación se complica: primero tendrían que volver a España, donde serían detenidos en virtud de una orden de la Justicia. Los tribunales deberían decidir si ingresan en prisión provisional y si tendrían permiso para participar en la investidura.

¿Hay otros escenarios posibles?

Sí, pero son improbables. En el caso de que la CUP no formara parte de un nuevo Gobierno, los independentistas podrían gobernar en minoría con algún tipo de acuerdo. Más improbable parece una versión alternativa, como que fuera investida Inés Arrimadas, del partido antiindependentista Ciudadanos, el más votado con el 25 por ciento del sufragio y 37 escaños. Ella, sin embargo, no lo descarta. (DPA)

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