30 Diciembre 2017

Por Pedro Luis Barcia - Doctor en Letras, lingüista e investigador

Me ciño a las asociaciones que el nombre despierta en mí como puentes hacia diversas realidades. Es esa provincia con forma de corazón enclavada en el centro mismo del pecho argentino. Y, del ayer al hoy, se arraciman las afinidades cordiales. La heroína de las invasiones de 1806, Manuela Hurtado de Pedraza, que, al ver caído a su marido, toma el fusil y mata al invasor. Dicho en los versos placeros de Rivarola: “Manuela tiene por nombre, / por patria, tucumanesa”. Me viene a buscar el recuerdo de la modulada voz mesurada y suasoria de Víctor Massuh, y la prosa recta y denunciante, como un índice, de Tomás Eloy Martínez. Y las páginas de LA GACETA, hospitalarias e insobornables. Y la nobilísima Universidad de Terán, que nos honrara. Y las nacientes Academias de los varios saberes que van invirtiendo el polo centralista porteño hacia el Interior (con debida mayúscula). Y varones de la laya de Rougés, que cobijaron el proyecto colector del venerable Juan Alfonso Carrizo. Y la primera y la segunda independencias. Y el poema de Lugones en sus Odas seculares y las páginas prosadas de Banchs, en Ciudades argentinas. Salud.

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