Juan Ignacio Martínez, a pesar de sus 20 años, es un jugador que ya tiene muchas cosas que contar de su vida futbolística. El muchacho nacido en la zona de Villa Angelina y que ahora vive en Yerba Buena junto con sus padres Juan Antonio y Mercedes, y sus hermanas Cecilia y Micalea, es una de las caras nuevas que tiene el plantel profesional de San Martín, durante su pretemporada.
Lo que pocos saben es que este volante con mucho panorama ya tiene su experiencia europea. Hace seis meses que está en el club de La Ciudadela, con la idea fija de poder plasmar en los “Santos” lo que vivió en los dos años que estuvo en Espanyol de Barcelona.
Para llegar a este presente, Juan Ignacio tuvo que vivir seis años lejos de su familia, con lo complicado que es el desarraigo natural que sufre un chico del interior.
A los 15 años, con la ilusión propia de quien quiere triunfar en el deporte que lo apasiona, armó las valijas y se fue a Buenos Aires. “Durante un año y medio estuve en Lanús jugando en las inferiores. Fue una linda experiencia que me ayudó a crecer”, dijo.
Cuando se le consultó sobre cómo pudo concretar su llegada al fútbol español, señaló: “Santiago Colombres, que es mi representante, me consiguió la chance de ir a probarme en Espanyol. Allí estuve entrenando durante dos semanas. Por suerte, pude superar exitosamente la prueba que me hicieron. Jugué en el equipo de la categoría ‘98 que participó en una liga local de Barcelona. Fueron dos temporadas muy provechosas, que me sirvieron para ordenarme tácticamente y crecer en lo físico”.
Grandes diferencias
Cuando se le consultó sobre qué diferencia existe entre aquella competencia y que la tuvo estos últimos seis meses en el equipo liguista que dirigió Ariel Martos, aseguró: “acá la competencia es mucha más física. En el fútbol argentino es difícil que un volante tenga mucha libertad para moverse en el campo de juego como observé en el fútbol español. Esto te obliga a tratar siempre de jugar a un toque y nunca quedarte estático”, comentó el volante.
Martínez confió que, por motivos personales, tuvo que regresar al país “pero no pierdo la esperanza de, algún día, regresar a España con mucho más experiencia que la primera vez que fui”.
Aunque siempre tuvo confianza en sus condiciones técnicas, nunca se imaginó que tan pronto se le iba a dar la posibilidad de estar practicando con el plantel profesional. “Cuando ‘Pitu’ Romero me comunicó que estaba entre los citados para hacer la pretemporada en Perico, juro que no lo podía creer. Era la chance que esperaba desde junio de 2017, cuando empecé a jugar en la Liga. Sé que desde ahora en más dependerá de mí saber aprovechar la chance de seguir estando en la consideración del entrenador”, acotó.