CARACAS.- La carrera por la elección presidencial de Venezuela comenzó ayer con el presidente Nicolás Maduro como favorito, frente a unos adversarios desmoralizados que apenas empiezan a debatir cómo unirse en torno a un candidato y temen una votación injusta.
Henri Falcón, la primera figura de la oposición que confirmó su intención de participar en la contienda, llamó a una unidad “sincera”. “No es el momento de las particularidades, es la hora de la gente. Necesitamos echar de allí ese gobierno chimbo (malo)”, señaló Falcón, rodeado de seguidores de su pequeño partido de centroizquierda Avanzada Progresista.
“Por eso es que hoy con moral cuando nos dicen hay elecciones presidenciales, nosotros decimos, vamos”, afirmó desde un hotel en Caracas el exgobernador de Lara, quien sostuvo que la oposición debe proponer a los votantes un gobierno de transición que reemplace a Maduro.
Llamado a la unidad
El anuncio se produjo al tiempo que otro dirigente opositor llamaba a la unidad desde otro punto de la ciudad y pedía a los partidos decidir por consenso si participar o no, y si presentar a un candidato único en las reuniones que iniciaron ayer.
La oposición culpa a Maduro, un exconductor de autobús de 55 años que sucedió a Hugo Chávez en 2013, de haber arruinado una economía petrolera y convertido a Venezuela en una dictadura, en la que las elecciones se usan para perpetuar en el poder al Partido Socialista. Desde el oficialismo aseguran estar luchando contra una conspiración de derecha, liderada por Estados Unidos, que busca poner fin al socialismo en América Latina promoviendo un bloqueo económico con el objetivo final de robar su riqueza petrolera.
Con la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente de adelantar hasta antes del 30 de abril los comicios presidenciales, que tradicionalmente se hacen en diciembre, el gobierno sacudió las conversaciones con la oposición en República Dominicana, con la mediación internacional, donde se negociaban garantías electorales.
La fecha beneficia la candidatura de Maduro, una vez que sus adversarios, que convocaron meses de protestas el año pasado buscando presionar sin éxito su salida, terminaron divididos en medio del dilema de abstenerse o participar en cualquier proceso de votación, que creen fraudulento. (Reuters)