Riestra tomó nota de las falencias “santas” y las aprovechó correctamente

SOLO Y CONDICIONADO. Lucas Bossio debió luchar contra todos en el medio; para colmo, el juez lo amonestó de entrada por lo que Forestello decidió sustituirlo.  foto de Matias Napoli Escalero - especial para la gaceta SOLO Y CONDICIONADO. Lucas Bossio debió luchar contra todos en el medio; para colmo, el juez lo amonestó de entrada por lo que Forestello decidió sustituirlo. foto de Matias Napoli Escalero - especial para la gaceta
13 Febrero 2018

BUENOS AIRES. (Andrés Burgo, especial para LG Deportiva).- En las transmisiones televisivas hay detalles que se escapan. En verdad, en los partidos con hinchas en las tribunas, también ocurren hechos a la vista de todos que sin embargo pasan desapercibidos. Pero espectáculos como los de ayer, sin público, o con solo 100 testigos entre periodistas, familiares y allegados, permiten escuchar las voces de los protagonistas. Y un detalle dejó mal parado a San Martín: el de la jugada previa al segundo gol de Riestra.

Pocos segundos antes, el equipo de Rubén Forestello atacaba por la izquierda en búsqueda del empate. El centro de Maximiliano Martínez, sin embargo, terminó en las manos del arquero Carlos Morel, y de inmediato se escuchó el grito desaforado de tres integrantes del banco de suplentes local, como si se tratara de un momento esperado del juego: “Sacaaa, sacaaa, ya, yaaa”.

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Morel, en efecto, sacó largo, directo a Gonzalo Bravo, que estaba solo, a la salida del círculo central y a espaldas de Lucas Bossio, con San Martín absolutamente desordenado, lo que da a entender que era una jugada planificada por Riestra: aprovechar el contragolpe.

El saque de Morel fue preciso, Bravo tomó en retroceso a Lucas Acevedo e Ismael Banegas, y aprovechando la ausencia de Emiliano Albín, que llegó tarde al cierre, para habilitar a Sebastián Soto. El 8 de Riestra enfrentó a Ignacio Arce y convirtió, con facilidad y clase, el 2 a 0. Entonces se dio la rareza que muchos jugadores fueron a festejar el gol con su propio arquero, agradeciéndole la asistencia, aunque lo que más le debería interesar a San Martín es que Riestra había observado que el equipo de Forestello es lento para volver del ataque.

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El otro grito que llamó la atención fue en el segundo tiempo. “Dignidad, dignidad, jueguen con dignidad. Jueguen, jueguen”, les gritó Forestello a sus jugadores, cuando San Martín ya estaba con 10 jugadores y perdía 3 a 0. Un anticipo, el de la palabra dignidad, que el técnico después volvería a utilizar en la zona de vestuarios, dirigida al árbitro Lucas Comesaña.

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