SANTIAGO.- Llegó a Chile Charles Scicluna, el arzobispo de Malta designado por el papa Francisco para investigar casos de abuso sexual contra menores en el seno de la Iglesia Católica chilena.
El enviado papal deberá indagar esta semana sobre el presunto encubrimiento del obispo Juan Barros al ex sacerdote Fernando Karadima, condenado por pedofilia. Para ello, deberá recibir los testimonios de los afectados, según confirmó la Conferencia Episcopal de Chile.
Scicluna arribó desde Estados Unidos. Allí, el sábado tuvo una reunión en una parroquia de Nueva York con el periodista chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima. “Por primera vez siento que nos están oyendo”, dijo Cruz tras el encuentro con el prelado. “(Scicluna) lloró conmigo cuando le contaba cosas”, agregó.
Barros es obispo en la diócesis de Osorno, en el sur de Chile. Fue designado en 2015 por el papa Francisco y su presencia ha sido rechazada por los feligreses luego de ser acusado de encubrir los delitos de Karadima. La Santa Sede declaró culpable al ex párroco de 87 años por numerosos casos de abuso sexual y psicológico contra menores, además de excesos en su potestad eclesiástica. Por ese motivo, fue sentenciado a un retiro de por vida de sus funciones religiosas.
Durante su permanencia de tres días en Chile, Scicluna se instalará en dependencias de la Nunciatura Apostólica para recibir nuevos testimonios, como los del médico James Hamilton y de Juan Andrés Murillo, entre otros. Además, recibirá a los “Laicos de Osorno”, una organización que exige al papa la renuncia de Barros por el supuesto encubrimiento.
Para las entrevistas personales, el enviado papal pidió expresamente que, quienes soliciten ser escuchados, deben hacerle llegar previamente un relato por escrito que detalle los elementos que tienen interés en exponer; según consignó la Conferencia Episcopal.
El obispo maltés, de 58 años, es miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe e investiga los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica en distintas partes del mundo.
El polémico caso del obispo Barros, de 61 años, cobró mayor relevancia después de que estuviera presente y acompañara a Francisco en todas las misas que ofició en Chile en el marco de la gira pastoral realizada entre el 15 y el 18 de enero.
En abierta defensa del controvertido sacerdote -y para molestia de las víctimas de abusos- el Sumo Pontífice declaró que sólo intervendría si recibiera indicios concretos. “No hay una sola prueba en contra (de Barros), todo es calumnia”, subrayó en esa oportunidad. Más tarde, Francisco pidió disculpas por sus palabras, pero siguió mostrándose convencido de la inocencia del prelado de Osorno.
Condena en el Vaticano
Otro mediático caso de abuso sexual golpea a la Iglesia Católica. Pietro Amenta, un juez del Tribunal de la Rota Romana (la corte de apelación de la Santa Sede) negoció un acuerdo de culpabilidad por acoso sexual y posesión de pornografía infantil.
El sacerdote de 55 años aceptó una condena en suspenso de 14 meses dictada por un juez en Roma, según informaron los diarios “La Stampa” e “Il Messagero”. Ambos periódicos señalaron que Amenta fue detenido por la Policía de Roma en abril pasado por un caso de acoso. Un día después, encontraron 80 imágenes pornográficas de niños en su computadora.
En medio de los escándalos, el papa Francisco reactivó la Comisión Pontificia para la Protección de Menores (CPPM) con el fin de prevenir los abusos sexuales a menores y promover la atención a las víctimas. (DPA- Especial)