Alerta edilicia: las columnas del convento San Francisco tienen grietas

“Si una de ellas llega a ceder se caen las siete columnas”, advirtió el arquitecto Andrés Nicolini.

25 Mayo 2018

El derrumbe de la propiedad del ex teatro Parravicini hace pensar en qué ocurre con otros edificios antiguos del casco histórico. El arquitecto Andrés Nicolini de la Dirección Nacional de Arquitectura, alerta sobre el urgente diagnóstico que merecen las columnas del convento San Francisco, sobre todo las que están ubicadas hacia la calle 25 de Mayo. Al terminar la segunda etapa de restauración del convento observó la presencia de grietas en dos columnas que dan hacia el patio interior. “Si una de ellas llega a ceder se caen las siete columnas”, advirtió el profesional.

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“No hemos podido investigar las causas concretas de las grietas, y por ello no se han podido diseñar medidas de intervención. Pero sí podemos advertir que hay un riesgo creciente, que va progresando de acuerdo a las mediciones que hemos hecho”, alertó. Nicolini indicó que sus temores se apoyan en una inspección conjunta con técnicos de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos y de la Dirección Nacional de Arquitectura . “Se han pedido informes a especialistas de Buenos Aires y un presupuesto para el apuntalamiento de las columnas y para la realización de estudios más profundos (concretamente una tomografía para obtener un diagnóstico más preciso). Pero todavía no hemos tenido respuesta a los trámites. La gestión se complicó porque en medio hubo un cambio de autoridades en la Dirección de Arquitectura”, dijo el profesional. Cabe recordar que los trabajos de restauración se realizaron por transcurso de ocho años en dos etapas y estuvieron a cargo de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, que, además, gestionó los fondos, y de la Dirección Nacional de Arquitectura.

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“Todavía no hemos tenido respuesta para la provisión del financiamiento que se gestionó ante Nación. El problema es que el tiempo avanza y esas columnas que sostienen los arcos soportan muchísimo peso. Si colapsa una se caen las siete. Y si llega a haber un movimiento sísmico también corremos serio riesgo porque no es una obra que tenga recaudos antisísmicos por la época en que fue construida”, advierte.

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“Es una estructura muy exigida, pesada y la cubierta es de hierro y ladrillo. Es una construcción con mucho peso arriba y con una pequeña grieta en la parte inferior y las posibilidades de colapso son importantes”, resumió el arquitecto. Hace un par de años, cuando se averiguó el estudio costaba $300.000.

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Se hicieron dos etapas del proyecto general y la ultima concluyó hace más de tres años. Este es un problema de estructura que no se vio hasta ahora, porque lo que se hizo fue consolidar el subsuelo del templo y del convento. Lo de la columnas no estaba en los proyectos originales, apareció después”, explicó el arquitecto. Los fondos para la restauración fueron gestionados a través de la Obras Públicas de la Nación.

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