PABLO SANGUINETTI
DPA - EPECIAL PARA LG MUNDIALISTA
El reloj corre y Cristiano Ronaldo explota de impotencia. Tarjeta amarilla, pitido final y adiós al Mundial. Culpable es la defensa uruguaya, la más férrea del torneo, que supo anular durante los 90 minutos al delantero más en forma del planeta. ¿Se repetirá ahora la escena con los poderosos atacantes franceses?
La respuesta puede ser la clave que defina el partido de cuartos de final que el viernes disputarán la selección de Uruguay y su homólogo de Francia: un duelo entre el insuperable muro “charrúa” -formado por Diego Godín y compañía-, y la dupla de velocidad y precisión de la delantera “gala” -que conforman Kylian Mbappé y Antoine Griezmann-.
“A Francia se la ve muy bien. Lo demostró a lo largo del Mundial. Su juego y su velocidad son increíbles. Pero trataremos de hacer lo que hicimos hasta ahora: estar compactos, hacer nuestro juego, defender todos juntos”, explicó el uruguayo Rodrigo Bentancur (21 años), volante de Juventus.
Así funciona la red defensiva que el sábado atrapó a “CR7”, y que explica por qué Uruguay lleva cuatro partidos ganados, con un solo gol en contra. El equipo entero de Óscar Tabárez es una defensa colectiva: todos cortan y cada línea resguarda a la otra.
Cierto que en la marca a Ronaldo se destacó un hombre: Lucas Torreira (22). El volante de Sampdoria frustró una y otra vez al astro de Real Madrid; con 20 kilos y 20 centímetros menos le robó varias veces la pelota con el cuerpo. Pero la impotencia del portugués no surgió solo de Torreira. Junto a él trabajaron escalonados Martín Cáceres, Diego Laxalt, Nahitan Nández o Matías Vecino apoyados en Godín y en Giménez. “CR7” pateó al arco el doble de veces que ante España; pero ante Uruguay, cuatro de sus seis remates chocaron contra uno de estos hombres, y sólo uno llegó al arco.
Los “Bleus”
Francia se presenta como un rival diferente; con más juego que Portugal, con un atacante experimentado y afinado, como Griezmann, y con una estrella en explosión, como Mbappé. Con el desparpajo y la energía de sus 19 años, el delantero del Paris-Saint Germain se cansó de penetrar la defensa argentina en octavos de final. Como postes iban quedando atrás Javier Mascherano (34), Nicolás Otamendi (30), Gabriel Mercado (31) y Marcos Rojo (28).
Pero Uruguay no es Argentina. Ni táctica ni físicamente. Y mucho menos en defensa. El promedio de edad del equipo titular “charrúa” de mitad de cancha hacia atrás es cuatro años menor que el “albiceleste”. Las estadísticas muestran que corre a mayor velocidad y que frena más llegadas al arco. En especial, esa defensa conjunta puede atentar contra el mayor recurso de Mbappé: la velocidad. “Debemos darle el menor espacio posible para que no pueda aprovecharla. Si defendemos en bloque se les complicará”, indicó Laxalt.
El nivel de perfección que alcanzó la marca escalonada uruguaya en Rusia se refleja en otro dato curioso: pese a ser conocido por su garra y por su espíritu de lucha, Uruguay es también el equipo más limpio del torneo, con apenas una amarilla en cuatro partidos. “Se debe a que estamos siempre juntos, sin necesidad de hacer faltas para cortar el juego. Intentamos que el rival juegue poco”, agregó Laxalt
Tras octavos Griezmann había quedado “encantado” con los “muchísimos espacios” que había dejado Argentina en defensa. Pero todo indica que Francia verá algo muy diferente el viernes.