Sara Alperovich sumó un nuevo rol a su vida y, quizás, el más demandante: será mamá de mellizos a través de un método artificial. La directora de la Juventud transita su embarazo de cinco meses con normalidad. Sube y baja escaleras; camina rápido mientras habla por teléfono y hace un alto para analizar la lucha por la igualdad de género en el país e inmiscuirse en la discusión interna del oficialismo: la continuidad de la fórmula Juan Manzur-Osvaldo Jaldo o el regreso de su padre, el actual senador José Alperovich.
- ¿Todas las mujeres que no pueden quedar embarazadas deberían tener acceso a un tratamiento artificial?
- Sí. Creo que hay que respetar a las mujeres que no quieren ser madres también.
- La Provincia no está adherida a la ley nacional que permite el acceso a estos tratamientos en forma gratuita...
- Y sí, deberían tener acceso, porque se necesita dinero. Además se empieza a jugar con la desesperación, vendés todo para tener un bebé y después, si lo llegás a tener, ¿cómo hacés con la parte económica?
- ¿Cuál es su postura respecto del aborto?
- Estoy a favor de la vida y en contra del aborto. Pero la discusión aquí, en realidad, es si el aborto es clandestino o legal. Estoy a favor de la despenalización del aborto. No quiero que las mujeres que decidan abortar se mueran. Soy una mujer que se basa en la realidad y la realidad es esta: las que deciden tienen vergüenza, no tienen un equipo de psicólogos, no les avisan a los padres ni a la familia porque tienen miedo. Hacen macanas, se mueren en silencio -que creo que es lo más grave- y hasta dejan bebés sin sus mamás.
- ¿Lo charla con su papá?
- En mi familia se habla de todo. Pero no te voy a decir la decisión de mi papá. Él no sabe qué hacer, pero conoce la realidad; es un tipo que siempre luchó por el derecho de las mujeres como gobernador. Hizo el trailer de la mujer, para incentivar a que se hagan los estudios, por ejemplo. Está a favor de la vida, a favor de los derechos de las mujeres, pero es un tema delicado. Lo primero que hizo cuando asumió como gobernador fue remodelar la Maternidad. Contrató partos privados para que las mujeres dejen de perder a sus hijos y después llenamos escuelas con los bebés que no se murieron.
- Si está seguro de los derechos de las mujeres en salud pública, ¿por dónde pasa la decisión de votar o no esta ley?
- Yo soy más loca. Si estuviera en ese lugar votaría a favor de la despenalización. Pero hay una gran intolerancia. Yo publiqué en mis redes sociales y de asesina no me bajaron. Me dijeron que iba a ser mamá de bebés muertos.
- ¿Piensa seguir en el Gobierno en 2019?
- Yo voy a seguir. Estoy muy comprometida con el trabajo que hago y la Dirección de la Juventud creció muchísimo; tenemos resultados increíbles con los jóvenes. Tenemos un dispositivo que se llama Jóvenes en Conflicto de Libertad Responsable. Después de casi tres años, los jóvenes que tenían conflictos con la ley no volvieron a delinquir; el nivel de agresión bajó, hasta constituyeron una familia. Es un trabajo de hormiga, pero con voluntad se puede hacer. No depende de mí. Tengo la camiseta puesta.
- ¿Ve a su papá como candidato fuera del PJ?
- No hacemos futurología. Si él tiene ganas de ser gobernador, nadie se lo puede impedir y creo que él fue claro. Falta mucha agua que corra bajo el puente, así que hay que ver. Los de arriba son los que arreglan y todos acompañamos.
MATERNIDAD
Sara Alperovich buscó la forma de ser madre soltera a través de un método artificial. La funcionaria se sometió a distintos estudios que indicaban que tenía síntomas de esterilidad; sin embargo, ahora será mama de dos varones.
- ¿Cómo te preparás para ser madre de dos?
- Para mí son dos milagros. Los estudios me decían que no iba a poder ser mamá porque tenía síntomas de esterilidad. A una mujer con probabilidades normales de quedar embarazada le extraen 20 óvulos, a mí me extrajeron sólo siete, de los cuales sirvieron cuatro. Dos quedaron congelados y los dos que me inseminaron se fecundaron. Me enteré cuando estaba con mi mamá. Ella es medio bruja y me dijo “ay, los mellis”, y así fue. Nos largamos a llorar las dos.