El dolor del padre de Priscila: “no la reconocí; caí arrodillado por haberla visto así”

Un informe preliminar indicaría que la joven no fue asesinada en el cañaveral junto a la ruta 301 donde ayer fue encontrado el cadáver.

PRIMERAS PERICIAS. Un equipo de la Policía Científica ingresa al sector donde fue hallado el cuerpo de la joven. la gaceta / fotos de analia jaramillo PRIMERAS PERICIAS. Un equipo de la Policía Científica ingresa al sector donde fue hallado el cuerpo de la joven. la gaceta / fotos de analia jaramillo

“Me quitaron a mi hija, que era lo que más amaba en mi vida”, aseguró sollozando Pedro Paz, el papá de Priscila, la joven que estaba desaparecida y que terminó siendo víctima de un horrendo crimen. “La golpearon mal, estaba muy golpeada. Parecía como si la hubieran atado de las manos para poder castigarla”, agregó. Y sin pausa, después de haberla reconocido, señaló: “estaba desfigurada. Estos hijos de puta la desfiguraron. Cuando la vi, no la reconocí. Caí arrodillado del dolor de verla así”. Y el padre de la joven no pudo hablar más.

El cuerpo de su hija fue encontrado a 20 metros de la parada de colectivos donde debía descender y a una distancia similar del acceso a la calle que conduce a la casa de la joven, en el barrio Jardín de San Pablo. El lunes por la noche, los vecinos que reclamaban por la aparición de Priscila, cortaron la ruta 301, a pocos metros de ese lugar. Tanto la Policía como las personas que colaboraron en la búsqueda ya habían recorrido la zona sin que surgieran novedades.

Los resultados de un informe preliminar confirmarían las sospechas: el cadáver fue abandonado en el cañaveral, pero no fue allí donde habrían matado a Priscila.

Fue el abogado Javier Lobo Aragón quien expresó las dudas de la familia Paz y de los pobladores de San Pablo. “Es muy probable que el cuerpo haya sido arrojado”, señaló ayer apenas llegó a la escena del hallazgo. Los restos fueron encontrados en una finca de caña, a unos cuatro metros de la ruta. Sólo un angosto canal de riego separa el camino de la finca. “El lugar del hallazgo está pegado a la ruta. Se hizo una medida policial y fue encontrado el cuerpo. Permanentemente hubo rastrillajes de los que participaron la Policía y los pobladores”, agregó.

Priscila fue vista con vida por última vez en la mañana del domingo 22 de julio, cuando salió de su trabajo en un hotel alojamiento de El Manantial. Debía tomar el colectivo que va por la ruta 301 y descender en San Pablo, a unos 600 metros de su casa, pero nunca llegó.

Su padre la esperó en vano aquella mañana. Pensando que su hija se había quedado en el trabajo cubriendo a alguna compañera, aguardó hasta la tarde para dirigirse al hotel alojamiento, donde le dijeron que ella se había retirado por la mañana. De inmediato realizó la denuncia. Comenzaban nueve días de angustia que terminaron con el peor desenlace.

Hipótesis

Una de las líneas investigativas que baraja la Justicia es que Priscila fue asesinada durante un robo. Un grupo de cuatro o cinco personas habría cometido el crimen. La joven de 27 años habría sido interceptada después de bajar del colectivo y cuando se dirigía caminando a su casa.

El cuerpo presentaría lesiones en la cabeza. Los investigadores no descartan que Priscila se haya asustado y que intentara escapar. Los atacantes la persiguieron, la mataron a golpes y la despojaron de su teléfono celular.

La principal duda es si abandonaron el cuerpo en el lugar del hallazgo o si lo arrojaron poco antes de que fuera encontrado durante un rastrillaje policial.

El operativo

Decenas de uniformados participaron del operativo. Personal de Infantería formó un cordón para evitar que las decenas de vecinos que llegaron se acercaran a la escena. También estuvieron presentes efectivos de las divisiones Homicidios y Trata de Personas.

El lugar del hallazgo fue delimitado con una cinta roja. Alrededor, cadetes de la Policía protegían ese perímetro. Cerca de las 10, Pedro Paz llegó junto a la fiscala María del Carmen Reuter, quien se encuentra al frente de la investigación.

Un equipo del ECIF (Equipo Científico de Investigaciones Fiscales) del Ministerio Público, participó del operativo. Luego llegaron los expertos de la Policía Científica.

Enfundados en trajes especiales blancos, con barbijos, guantes y protectores de calzado, se internaron en la plantación. Durante más de cuatro horas los profesionales realizaron las primeras pericias en la escena. Utilizando pequeños carteles azules numerados, marcaron algunos indicios. Huellas de neumáticos fueron advertidas junto al cañaveral.

Finalmente, poco antes de las 16, ingresó la morguera de la Dirección General de Bomberos. Utilizando un plástico negro cubrieron el cuerpo de la víctima y lo cargaron en el vehículo en el que fue trasladado hasta la Morgue del Poder Judicial.

A media mañana, el padre de Priscila había explicado que el reconocimiento se haría en ese edificio y no en la plantación. Luego, abordó un vehículo oficial en compañía de su abogado y de la fiscala Reuter y se retiraron del lugar.

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