Un abogado tucumano está prófugo de la Justicia jujeña y responsabiliza a Morales

Sobre Carlos Marti Coll pesa una orden de detención emitida por Isidoro Cruz, el mismo juez que Milagro Sala vinculó al gobernador de Jujuy.

BODA. Snopek y Marti Coll en el casamiento de noviembre de 2015. BODA. Snopek y Marti Coll en el casamiento de noviembre de 2015.

Se presentó como el “ciudadano tucumano” involucrado en el conflicto shakespeariano que sacude a Jujuy y que quedó a la vista de la platea nacional este miércoles, en la sesión del Senado (se informa por separado). El legislador peronista Guillermo Snopek (h), su cuñado, lo mencionó sin identificarlo al introducir una cuestión de privilegio contra el gobernador Gerardo Morales (UCR-Cambiemos). 

En línea con el senador, que también es su abogado, Carlos Marti Coll, letrado y ex rugbista conocido en el medio local, tocó las puertas de LA GACETA para contar una historia de amor cuyo desenlace, según su relato, devino en una cuestión de Estado. 

Marti Coll dijo que hablaba desde la clandestinidad puesto que huye de la Justicia de Jujuy. “Me persiguen por estar casado con la escribana Tulia Snopek, la novia de Morales y futura primera dama. En este momento soy un rehén y estoy negociando con mis secuestradores”, definió.

El romance duró menos de cuatro años, y su ruptura dio lugar a tres juicios de divorcio distintos: Marti Coll (46 años y dos hijos) dijo que ninguno tiene sentencia firme y que, por ello, él sigue siendo el esposo de la pareja del mandatario. Valiéndose de copias de expedientes y de capturas de pantalla, el “ciudadano tucumano”, como lo llamó el senador Snopek (h), expresó que, para desacreditarlo, presionarlo y construir un relato políticamente apropiado, su cónyuge de 44 años lo denunció en los Tribunales jujeños por la supuesta retención indebida de una camioneta. 

De allí derivó la orden de detención que emitió Isidoro Cruz, el mismo juez al que la dirigente kirchnerista Milagro Sala acusó de recibir subsidios de Morales (Cruz también encarceló por dos días al ex gobernador peronista Eduardo Fellner). Marti Coll explicó que, antes de la apertura del caso de la camioneta (una Audi Q3), él había acudido al juez federal tucumano Fernando Luis Poviña (N°2) para denunciar que era víctima de espionaje ilegal y extorsiones.

La versión ofrecida a este diario indica que la tensión judicial y extrajudicial llegó hasta el punto de que, en julio, Marti Coll, decidió esconderse. “No tengo garantías”, explicó. Y agregó que se desesperó cuando vio que, como no podían con él, citaban a declarar a su madre, Victoria Hill Terán. “Tras ver eso dije ‘basta’”, anunció y comenzó la exposición que se extendió durante tres horas.

-¿Cómo, por qué y cuándo se convirtió en prófugo?

-El último día hábil antes del inicio de la feria de julio. Hicieron fracasar a propósito dos citaciones a declarar como imputado para tener argumentos para dictar una orden de detención en mi contra: dijeron que me burlaba de la Justicia. Todo a partir de la denuncia de retención indebida de una camioneta que hizo Tulia, pese a que la ley se lo impide específicamente. Viajé a Jujuy para presentarme porque a mi abogado le habían dado a entender que no me detendrían. Llegamos juntos: Snopek (h) se bajó y yo me quedé en el auto. Mi hermana, que se había quedado afuera, escuchó que el fiscal llamaba a los policías: a los dos minutos aparecieron cinco. El objetivo era que pasara las vacaciones guardado, y que en la cárcel me quebrara, y terminara resolviendo litigios de familia y civiles. Vi eso, encendí el auto y me fui. Desde ese momento, estoy prófugo.

VENDIMIA. En marzo de 2018, el gobernador Morales y Snopek en la fiesta mendocina. VENDIMIA. En marzo de 2018, el gobernador Morales y Snopek en la fiesta mendocina.

“Locura o planificación”

Marti Coll refirió que su relación amorosa con Tulia Snopek empezó hacia marzo de 2014 y que el 7 de noviembre de 2015 se casó en esta provincia con la hermana de su defensor actual: ambos son hijos del ex gobernador Guillermo Snopek, que falleció en 1996, dos meses después de iniciar la gestión. El apellido es sinónimo de peronismo en Jujuy, pero no de concordia familiar: el “ciudadano tucumano” precisó que los hermanos Snopek están distanciados desde hace 10 años. 

Marti Coll dijo que, mientras estuvieron juntos, él y Tulia vivieron en sus respectivos domicilios (ella tenía, por su parte, tres hijos) y viajaban regularmente para verse. El vínculo empezó a resquebrajarse cuando buscaron la forma de convivir en Tucumán: “ella es titular desde hace 22 años de un registro del automotor en Jujuy y aquí había varios intervenidos. Entonces, decide concursar en 2015 y queda ternada. Pero la designación es bastante política y estaba trabada en el Ministerio de Justicia de Derechos Humanos y Nación. Luego de distintas gestiones, resuelve pedir ayuda al gobernador Morales y, gracias a él, consigue el registro en Tucumán”.

Según Marti Coll, la mudanza de Tulia Snopek se complicó en distintos frentes y los contratiempos deterioraron la relación. Así llegaron al 8 de marzo de 2018. “Ese día nos vimos por última vez en Jujuy. El 9 de marzo, Tulia inició el primer divorcio en la Justicia de Tucumán”, dijo. 

Luego contó que, para entonces, su cónyuge ya era síndica de una empresa pública controlada por Morales para la extracción de litio (Jujuy Energía y Minería, Sociedad del Estado) y que, en esa condición, voló a Italia junto a funcionarios de Cambiemos para entrevistarse con inversores. “Ella me dijo que el gobernador le había anticipado que la gestión del registro no iba a salirle gratis”, expresó Marti Coll.

Durante ese viaje, el “ciudadano tucumano” recibió una imagen en la que su esposa aparecía de la mano con Morales en la Fiesta de la Vendimia celebrada en Mendoza, provincia gobernada por otro radical aliado a Cambiemos, Alfredo Cornejo. “Esto sucedió cuando yo creía que ella estaba en Buenos Aires consultando a un oftalmólogo. Tulia negó todo, y dijo que su hermano (Guillermo Snopek -h-) había fabricado esta operación política para perjudicarla a ella y al gobernador”, relató. Y añadió que, al regreso de Italia, la escribana desistió del divorcio promovido en Tucumán, pero que ese primer pleito nunca fue cerrado del todo.

El desgaste ya era grande y volaban los rumores -incluso en la televisión- que asociaban sentimentalmente a la escribana con Morales: Marti Coll expresó que, ante eso, él dio por liquidado el casamiento. “En Semana Santa, ella se fue a Nueva York y yo, como creía que podíamos quedar en buenos términos, le pedí que me comprara un celular en la tienda de Apple”, relató. El letrado prófugo dijo que, con la intención de activar el aparato y sin querer, dio acceso a su todavía cónyuge a toda la información que tenía en el teléfono: “Tulia encontró fotos de dos mujeres y me dijo que esa era la razón verdadera de nuestra separación”.

Marti Coll, que negó haber sido infiel, consignó que su cónyuge comenzó a contactar a las mujeres de las fotos por las redes sociales. “No sé si se volvió loca o ejecutó un plan fríamente calculado”, opinó. La cuestión es que, como consecuencia de ello, terminó accediendo a un seguimiento de su teléfono elaborado por Gendarmería. “Es decir, yo ya era un narco”, ironizó. Marti Coll expresó que, con esa información, hizo la denuncia en la Justicia Federal de Tucumán.

La novela siguió en el plano patrimonial: él pidió el divorcio en Tucumán, ella hizo lo propio en Jujuy. Hubo reclamos económicos cruzados. Marti Coll consiguió una medida cautelar para resguardar el contenido una caja de seguridad; la ya pareja oficial de Morales, una sentencia que, un mes después de la interposición de la demanda, disolvía el matrimonio. 

“Hasta el día de hoy ese fallo no está firme porque a mí me excluyeron del juicio porque había firmado un escrito con tinta azul. Entonces inventaron la denuncia penal de la camioneta: la empresa de mi familia se la había comprado a Tulia. Los pagos están respaldados, no hicimos la transferencia porque estábamos casados”, explicó. El abogado prófugo insistió en que Morales se implicó en forma personal en los conflictos de la escribana y que la presión judicial se tornó insoportable. “Mi primer abogado, Gustavo Ruggeri, que trabajaba en la Policía, fue trasladado a La Quiaca. En esa situación increíble, surgió la posibilidad de que me defendiera (el senador) Guillermo Snopek (h)”, afirmó.

La disputa adquirió otro tono político y otra velocidad: “el fiscal Aldo Hernán Lozano pidió mi detención horas después del ingreso de la denuncia. Ellos no quieren la camioneta, que ya entregamos, sino a mí y por eso se metieron con mi madre”. A modo de cierre, Marti Coll dijo: “el gobernador, que ya anunció que se casará con Tulia el 15 de diciembre, dice que yo soy un golpeador, un vividor y un monstruo. Pero es él y no Tulia quien aprieta a jueces y fiscales de Jujuy: Morales está detrás de todo esto”.

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