“La actitud de Gómez fue correcta”, dijo un policía especialista en tiro

El instructor indicó que si el imputado no hubiera estado preparado, “le habría pegado dos tiros en la cabeza” El forense dio un detallado informe sobre las lesiones que sufrieron las víctimas el día que se produjo el crimen. El lunes se reanudarán las audiencias.

BIEN ATENTOS. Los acusados y sus defensores escucharon atentamente los testimonios de la audiencia de ayer. la gaceta / foto de franco vera BIEN ATENTOS. Los acusados y sus defensores escucharon atentamente los testimonios de la audiencia de ayer. la gaceta / foto de franco vera

El aporte de expertos y de policías que intervinieron el día del asesinato marcaron la jornada en la última audiencia de la semana en el juicio por el crimen de Javier Chocobar, autoridad de la comunidad indígena de Chuschagasta, ocurrido el 12 de octubre de 2009 en el paraje El Chorro, en el valle de Choromoro, unos 60 kilómetros al norte de la capital tucumana.

El terrateniente Darío Amín y los ex policías Luis Humberto Gómez y Eduardo José Valdivieso están imputados por participación criminal necesaria en el delito de homicidio en perjuicio de Chocobar y tentativa de homicidio contra Andrés y Emilio Mamaní, durante una discusión en la cantera de laja que está en el centro del territorio reconocido por ley a la comunidad.

Justo Alberto Danielsen, instructor de tiro y especialista en tropas y operaciones especiales tipo comando en la Escuela de Policía, fue convocado por la defensa de Gómez, para que responda acerca de qué posibilidades tuvo el imputado de evitar sacar su pistola y disparar durante la discusión con Emilio Mamaní. “La actitud de Gómez fue correcta. Estaba rodeado, en inferioridad numérica y sin vía de escape”, dijo Danielsen, que fue compañero de Gómez en el entrenamiento en “fuerzas especiales”.

Cuando se le mostró el video, Danielsen insistió en que Gómez mostró una actitud “conciliadora” y que evitó un tiro mortal, pese a que las imágenes muestran cuando saca el arma, no intenta retroceder y dispara sin advertencia. “Si no hubiera estado entrenado, Gómez le hubiera puesto dos tiros en el pecho y uno en la cabeza”, dijo.

Más tarde pasaron frente al tribunal integrado por los jueces Wendy Kassar, Emilio Páez de la Torre y Gustavo Romagnoli, los testigos que convocaron las querellas por la acción civil.

El médico Horacio Ezequiel Jiménez, que estaba a cargo del cuerpo médico forense, relató que revisó a Amín dos días después del hecho (tenía traumatismos y hematomas, fractura de costillas, escoriaciones) e inspeccionó el cuerpo de Chocobar. “Arriba de la rodilla tenía un orificio causado por un proyectil. Ingresó en plano horizontal, de adelante hacia atrás y atravesó el muslo. En su trayecto fracturó el fémur y perforó la arteria femoral”, explicó.

En opinión del experto, una herida así produce un desangramiento rápido, con pérdida del conocimiento entre 10 y 20 segundos después y la muerte en no más de 15 o 20 minutos: “Se podría salvado si alguien con entrenamiento le hubiera hecho un torniquete hasta que llegue a un centro asistencial”.

Pablo Jorrat Tula -también por la querella- es el médico que atendió a Andrés Mamaní en la guardia del Centro de Salud. Mamaní es el testigo-víctima que debía declarar la semana pasada, pero no pudo por estar internado con una infección pulmonar.

“Ingresó con traumatismo abierto de arma de fuego, con una necrosis en un codo del intestino cercano al bazo, una peritonitis generalizada y contaminación con materia fecal. Perdió parte del funcionamiento del colon y usa una bolsa de colostomía, creo que de manera permanente -añadió-. Como hubo que extirparle el bazo, sus defensas están disminuidas”.

También declaron ayer, como testigos de acción civil por la querella, Jose Fabián Orillo, de la Policía Científica, y los policías de Criminalística Raúl Felipe Romano, Gustavo Daniel Valdez y Victor Fernando Vázquez. Este último fue el perito que revisó la camioneta Land Rover que había sido secuestarda y estaba en la Dirección de Homicidios. Allí encontró la cartuchera de un arma calibre 40 arriba del torpedo y, en un bolso negro (como de cámara fotográfica) estaba otra arma calibre 635. Tenía la carga completa, con ocho cartuchos y uno en la recámara.

La semana próxima, cuando se reanuden las audiencias, el tribunal expondrá las capturas en fotogramas del video que filmó Amín el 12 de octubre de 2009, y donde se ve parte del tiroteo del que participan los tres imputados. También quedó a consideración la posibilidad de hacer una reconstrucción de los hechos en el lugar del crimen, en Chuschagasta.

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