Caso Lebbos: la hipótesis del remisero, la única línea que atendieron los investigadores

Tres comisarios retirados fueron contratados por el Gobierno para realizar un trabajo paralelo.

HIPÓTESIS. El remisero Cruzado declaró ayer y afirmó que su hermano había gestionado su declaración en el D2. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ HIPÓTESIS. El remisero Cruzado declaró ayer y afirmó que su hermano había gestionado su declaración en el D2. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ
11 Septiembre 2018

Los comisarios retirados Alfredo Jiménez, Marcial Escobar y Luis Santana sólo se ocuparon de investigar al remisero Juan Pedro Cruzado como posible autor del crimen de Paulina Lebbos, y dejaron de lado otras líneas, como la vinculación de César Soto, los “hijos del poder” o los barras de Atlético Tucumán (por los Acevedo-González). Así lo reconoció el propio Jiménez, quien explicó que siguieron esa posibilidad sabiendo, además, que el ex jefe de la comisaría de Raco, Enrique García, entre otros policías, estaba imputado por falsificación de instrumento público en una causa relacionada con el homicidio de la joven, en 2006.

El ex comisario declaró ayer como testigo en la audiencia del juicio oral. Ante la Sala III en lo Penal, se presentó como parte del equipo que había sido designado por el gobierno de José Alperovich para trabajar de forma paralela a la indagación oficial, a cargo del jefe de la Dirección General de Investigaciones, Julio López. Un oficio firmado por Eduardo Di Lella, entonces secretario de Seguridad de la provincia y actualmente acusado de encubrimiento, dieron forma legal a la reincorporación de Jiménez con un salario de categoría 22, uno de los más altos del escalafón estatal.

“Nos encaminamos hacia la hipótesis del remisero. Él estuvo hasta el último momento con ella (supuestamente, por Paulina). Pero no supo explicar dónde la había dejado, hasta dónde había llegado con la chica”, dijo el ex investigador. “No dudaba que había llevado a Paulina; dudaba respecto de dónde la había llevado”, expresó, teniendo en cuenta la referencia de la calle Cuba como destino final.

Jiménez explicó que el equipo designado elevaba informes al fiscal Carlos Albaca, aconsejando medidas. Para ello, analizaba y leía las declaraciones de Cruzado y también de Virginia Mercado, amiga, y la persona que compartió el remise con la víctima. Sin embargo, no concretaba allanamientos, evaluaba cruces de llamadas u otros procedimientos. Los pesquisas también presentaban sus evaluaciones del expediente en la cartera de seguridad provincial.

“En un principio, sospechábamos de Soto (ex pareja de Paulina). Pero no tenía los medios necesarios para concretar la desaparición; no tenía vehículo para dirigirse a Raco. Eso nos llevó a descartarlo”, expresó Jiménez. “Cruzado llegó hasta donde debía llegar (…) Sospechábamos que quería abusar de ella, y la joven no lo permitió. Ese habría sido el móvil”, manifestó el ex comisario, quien defendió esa línea de investigación frente al Tribunal.

HIPÓTESIS. El remisero Cruzado declaró ayer y afirmó que su hermano había gestionado su declaración en el D2. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ HIPÓTESIS. El remisero Cruzado declaró ayer y afirmó que su hermano había gestionado su declaración en el D2. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ

A su vez, remarcó que no había hablado con Mercado durante su trabajo, aunque señaló que no creía que “mentía” en su declaración en sede judicial.

Respecto del caso García, Jiménez afirmó: “me involucré con la investigación del homicidio, y no en la otra causa. El caso era por la falsedad y estaba en manos del Jefe de Policía (por Hugo Sánchez, otro de los acusados de encubrimiento). No íbamos a intervenir en funciones de la Policía en actividad”.

Cruzado se presentó en 2006 como el conductor que habría llevado a la víctima y su amiga Mercado en un remise de color rojo, el 26 de febrero de ese mismo año. Primero, concurrió al Departamento de Informaciones Criminales (D2), junto con su hermano Carlos y un amigo, Vittino Frías. Allí, pudo identificar, entre varios integrantes de la fuerza de seguridad, al jefe de Policía.

En el juicio oral, el remisero contó que el hermano y su amigo se encargaron de averiguar dónde debía presentarse para contar que, supuestamente, había hecho un viaje desde la zona del Abasto el 26 de febrero, alrededor de las 6. El remisero recordó que el familiar tenía un cuñado policía, que cumplía funciones en la sede de Patrulla Urbana. Dijo ante el Tribunal que estos últimos habrían hablado sobre dónde debía presentarse: justamente, una opción era la dependencia del D2.

Cruzado rememoró que ese 26 de febrero había dejado a una de las chicas en una casa en calle La Rioja, “pasando La Madrid”. “No me acuerdo cómo estaba vestida la (joven) que se bajó en La Rioja. Entró a la casa y volvió a salir para darle algo (a su amiga), supongo que era plata”, remarcó. Relató también que llevó luego a la otra pasajera hasta la zona del parque 9 de Julio. “Estaba vestida de vaquero y camisa a cuadros. Tenía el pelo largo”, describió.

Galería 19 fotos El ex jefe de Policía de Tucumán durante el gobierno de José Alperovich, Hugo Sánchez, que se encuentra con prisión preventiva por supuestas amenazas a un testigo, es custodiado por la Policía Federal durante su traslado a la sala de audiencia. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Jorge Racedo, quien fuera jefe de Policía después de Hugo Sánchez, integró la Junta de Calificación que en el año 2010 aprobó el ascenso de Enrique García, el comisario de Raco que había adulterado las actas del hallazgo del cuerpo de Paulina Lebbos. Lo ascendieron pese a que estaba imputado en ese momento. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Nicolás Barrera, ex subjefe de Policía y, Hugo Sánchez, ex jefe de Policía, acusados de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex ministro de Seguridad Ciudadana, Mario López Herrera, sostuvo que las dos líneas de investigación que la Policía había sostenido en 2006 sobre el crimen de Paulina Lebbos eran la participación del remisero Juan Pedro Cruzado y la vinculación con la “banda Acevedo-González”, integrantes de la barrabrava de Atlético. El ex funcionario afirmó que esas hipótesis habían tenido “un piso de credibilidad”, a partir de la información que los pesquisas habían reunido. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARAOZ
El ex secretario de Seguridad de La Provincia, Eduardo Di Lella, está imputado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Fueron dos maniobras que se gestaron en el más alto nivel del clan Alperovich-Rojkés, con Sánchez y Barrera. El objetivo había sido involucrar a Cruzado y los Acevedo-González. Quedó demostrado que eran pistas falsas para distraer la investigación”, declaró Alberto Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Héctor Brito, ex jefe de la Unidad Regional Norte, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Durante el juicio oral por el crimen de la joven, Mario López Herrera dijo ante el Tribunal de que el entonces jefe de la Policía, Hugo Sánchez, había elevado esas dos líneas de investigación (la participación del remisero Juan Pedro Cruzado y la vinculación con la “banda Acevedo-González) al entonces gobernador José Alperovich. “Al gobernador no se le daba detalles. En este caso era lo que estaba pasando”, comentó. En la causa judicial fueron incluidas seis líneas en total, que expresaron las sospechas sobre la “ex pareja de Paulina, César Soto, y su amigo”. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Declaró el especialista en genética, Cristian de Candia, que fue el designado para realizar las pericias que había solicitado Carlos Albaca, el segundo fiscal que tuvo la causa. “La preservación de las muestras no había sido óptima. La muestra indubitada (que no admite duda) que se tenía del cadáver tenía hongos, es decir, que no estuvo bien conservada. Y los filamentos pilosos (pelos) estaban entre dos vidrios cada uno, cuando no se debe hacer así. En esas condiciones, se produce una fricción y la célula se termina rompiendo”, explicó. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El Tribunal de La Sala III compuesto por los Vocales Rafael Macoritto, Carlos Caramuti y Dante Ibañez. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Pablo Baillo, quien era ministro de Seguridad Ciudadana cuando se cometió el crimen de Paulina Lebbos, declaró que José Alperovich “quería que se la buscara a Paulina como si fuera su hija”. Luego de que se descubrieran los restos de la joven en Tapia, Baillo renunció a su cargo de titular de la cartera de Seguridad. “Había presión, reclamos y marchas y por eso renuncio. Pedían la renuncia de todos”, enfatizó. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
Hugo Sánchez conversa con el abogado defensor Gustavo Carlino. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La doctora Stella Maris Jaureguiberry, del laboratorio forense de Genética de la Policía Bonaerense. Recibió las muestras obtenidas en el cuerpo de Paulina 7 años después del crimen. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los abogados defensores de Barrera y Sánchez, Gustavo Carlino y Alejandro García Biagosch. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El experto en genética Daniel Corach testificó y agitó la sala del juicio por el asesinato de Paulina Lebbos. El investigador afirmó ante el Tribunal que los resultados de las pruebas de ADN obtenidas entre 2013 y 2014 son inválidas y “no excluyen” a las personas que se habían sometido a pruebas de sangre para la comparación de muestras. En la audiencia, Corach mostró sus diferencias con las conclusiones del Laboratorio de Genética Forense de la Superintendencia de Policía de la provincia de Buenos Aires, institución que en julio de 2013 realizó análisis de las uñas y de pelos recolectados del cadáver de la víctima para intentar obtener el perfil genético y ADN mitocondrial, es decir, el linaje o línea materna. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Macario Santamarina, defensor del único imputado por el crimen de la joven (el resto es acusado por encubrimiento), expresó luego que las referencias del científico “no perjudican ni complican” a su defendido. “No sirven para comparar”, destacó. “La conclusión más completa que realizó el doctor Corach invalida las evidencias, por lo que no se puede usar como medio de prueba de cargo o descargo”. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Roberto Luis Gómez, único imputado por el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Baillo sustentó la designación de Hugo Sánchez, acusado de encubrimiento en el crimen de Paulina Lebbos, como jefe de la fuerza local. “Podía poner el rostro en televisión y hacer entrevistas; tenía la formación”, dijo. Y añadió que hacía “buena pareja” con Nicolás Barrera (otro de los imputados acusado de encubrimiento), el ex subjefe de la Policía. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Alberto Lebbos, padre de Paulina, lleva más de 12 años luchando para que se establezca quién o quiénes fueron los asesinos de su hija y los autores de su posterior encubrimiento. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
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