“Es un fracaso rotundo”, dijo el jefe de Vialidad sobre el derrumbe del puente

Rodríguez comentó que hay que esperar el peritaje para saber qué sucedió.

DESPUÉS DEL DERRUMBE. El segundo puente, de similares características del que colapsó, fue inmediatamente clausurado con montículos de tierra. la gaceta / foto de miguel velardez DESPUÉS DEL DERRUMBE. El segundo puente, de similares características del que colapsó, fue inmediatamente clausurado con montículos de tierra. la gaceta / foto de miguel velardez

“Por ahora hay un montón de interrogantes y hay que esperar un peritaje. Puede haber sido un impacto en la estructura, algo de vandalismo, deficiencias constructivas puntuales. Porque basta que falle un tensor para que se vean sobreexigidos los otros que produzcan un efecto en cadena, tipo dominó, que vayan cortando los otros tensores”, dijo el ingeniero Adolfo Rodríguez, a cargo del área operativa Estructuras de Vialidad de la Provincia, a propósito de la caída del puente en la avenida Colón.

Explicó que hay que esperar peritajes para tener un diagnóstico. “Hay muchos ingredientes. Es una obra con poco tiempo de terminada, dentro del plazo de responsabilidad civil de la empresa constructora, en el que pueden salir los vicios ocultos; la empresa va a ser la primera a la que se le va a reclamar explicaciones. También habrá pericias con la compañía de seguros del camión”. Añadió que “la obra estuvo parada más de un año por problemas de financiamiento; precisamente estuvo parada la construcción del tablero, que es lo que se cayó. En ese puente la estructura principal -los dos arcos trapeciales- quedó intacta, más las fundaciones bajo tierra. Lo que hace Vialidad en estos casos es dejar al margen su personal y llamar a una auditoría externa, que puede ser la Universidad, y como el puente no es tradicional esto va a llevar su tiempo. Pueden ser meses”.

“Esto es un fracaso rotundo y hay que analizar qué pasó”, opinó. En este caso, va a ser posible aproximarse a un diagnóstico porque “este puente tiene un mellizo a la par sobre el cual se puede hacer estudios. Los dos tenían hechas pruebas de carga”. Además, dijo, “este accidente no tiene nada que ver con inundaciones o crecientes; acaba de ocurrir y no hay análisis todavía. Y le cuento que en este momento se están robando los tensores, las péndolas o tirantes que estaban colgados. Como se robaron kilómetros de barandas a lo largo del canal o como se robaron cuatro veces las barandas de estos dos puentes, lo cual obligó a la empresa a ponerles parapetos de hormigón”.

Daños excepcionales

Con respecto a responsabilidades, Rodríguez rechazó que se cargue las tintas sobre Vialidad. “Quisiera hablar de la gran mentira que se ha sostenido desde enero de 2015 cuando tuvimos las inundaciones y las crecientes, que se inventó un número de 10 puentes caídos, que no es cierto. Se inventó una falsedad sobre la que se sigue construyendo y se le da uso político. Hay otra mentira que es adjudicarle a una gestión la responsabilidad sobre puentes que tienen decenios de antigüedad”. Describió que hubo cuatro puentes que colapsaron -dos en La Sala, uno en El Timbó y el del río Jaya en Los Alisos- y el resto fueron “daños por circunstancias excepcionales, como en el caso del puente sobre el río Lules, que se descalzó un estribo y se hizo un refuerzo”. De esos puentes -explicó- “el único reciente es el del río Jaya. Tenía dos años y pico, era de 2012. Fue una creciente absolutamente extraordinaria que le dinamitó las tres pilas que tenía en el medio con bloques de piedras del tamaño de una casa. No había qué lo soporte”.

“Los invito a googlear y ver el estado de los puentes de la red caminera de EEUU. El 25% está en problemas de conservación. Acá quizá la cifra es menor, pero porque no tenemos la enormidad de puentes que tienen ellos. No obstante, el problema de conservación de puentes es global, lo tienen todos los países. Se cayó hace dos meses un puente en Florida (EEUU) y el de Verona, en Italia. Allá también se caen si no se hacen las cosas bien”.

En el caso de nuestro medio, criticó que “no se atiende de manera continua y sostenida en el tiempo políticas de conservación de la infraestructura; se hacen arrestos, alguien se entusiasma y le da ataque de responsabilidad y se ocupa un tiempo, después las prioridades de los políticos son otras. Un puente debería durar unos 70 años; tenemos muchos, hay que reemplazarlos y son infraestructuras muy caras. Ningún gobierno le da atención a este tema. Tenemos puentes importantes desde la década del 20 y los problemas serios empiezan a aparecer. Hay un esquema de mantenimiento cero, esa es una política consistente en el tiempo. Hay la percepción equivocada de que los materiales de los puentes son inalterables. No es así. El hormigón no dura para siempre y al acero no es lo mismo ponerlo en el límite con Santiago, en el salitral, que en Amaicha, que no tiene humedad”.

Reemplazos

Explicó que “hay que reponer aproximadamente el 3% de los puentes por año; no hacer puentes nuevos sino reponerlos por obsolescencia estructural u operativa. Si se los hizo con seis metros de ancho, hay que hacerlos de nuevo (operativa) porque no tienen capacidad para la carga. Otros por obsolescencia, es decir por agotamiento de material”. Añadió que “tenemos 230 puentes en la red provincial. Habría que reemplazar seis por año. Eso se hace muy poco, por falta de política de conservación. ¿A quién le echamos la culpa? A nosotros; como sociedad somos como somos. Si tenemos gente que no sirve como gobernantes no los elijamos. ¿Qué vamos a hacer? La única voz que escuchan los políticos es el diario de hoy, o el terror al diario de mañana”.

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