Caso Lebbos: la casa de Kaleñuk en El Cadillal, entre los casos de usurpación

Un ex agente de Fiscalía de Estado recordó que en febrero de 2006 “existía” la vivienda.

ANTE EL TRIBUNAL. “Volvimos y no encontramos nada”, recordó el abogado Soria. comunicación pública de la corte Suprema de justicia de Tucumán ANTE EL TRIBUNAL. “Volvimos y no encontramos nada”, recordó el abogado Soria. comunicación pública de la corte Suprema de justicia de Tucumán

En 2002, la entonces Secretaría de Turismo denunció la usurpación de terrenos fiscales en El Cadillal. Las causas llegaron dos años después a manos de la Fiscalía de Estado, que se encargaría de las inspecciones para identificar a los que ocupaban y edificaban en la comuna. Esa tarea derivó en alrededor de 60 actas oficiales y confirmó que varios funcionarios y personal del Gobierno se habían instalado en esa zona, entre ellos, Alberto Kaleñuk, ex secretario privado del gobernador José Alperovich.

“Entre las más de 60 actas, la casa de Kaleñuk fue la única que se desarmó, aunque desconozco las razones”, confirmó Alberto Reynaldo Soria, ex agente de la Fiscalía de Estado. “En febrero de 2006, existía esa vivienda. Poco después de ese momento, hicimos una inspección y la casa estaba terminada. Era una casa completa, grande”, expresó el abogado, en el marco del juicio oral por el homicidio de Paulina Lebbos y posterior encubrimiento del hecho.

Esta situación se encuadró, a la vez, en las denuncias judiciales de este año de la Fiscalía de Estado y la Dirección de Flora. Los organismos apuntaron a un empresario por haber iniciado un proyecto inmobiliario en la vera de la ruta 347, en un inmueble que pertenecía a la provincia, entre otras posibles irregularidades.

Las inspecciones

Soria declaró el martes y aseguró que hubo ocupaciones en la villa provincial. El ex integrante de la Fiscalía de Estado ratificó la existencia de la vivienda de Kaleñuk, en línea con la declaración de Bernardo Rubén Romano, empleado de la Municipalidad de Bella Vista.

En la jornada del lunes 17 de septiembre, el municipal había confirmado el traslado de “una casilla” de Kaleñuk en un camión oficial, desde El Cadillal hasta Los Aguirre, tiempo después del crimen de la joven. Estas declaraciones formaron parte de los testimonios en torno de la hipótesis de la fiesta en la villa provincial.

Soria fue uno de los responsables de llevar adelante las verificaciones en El Cadillal. “Todas las actas se comprobaron. Las personas que ocupaban ya habían sido anticipadas por el informe de Catastro, sobre cuáles eran los inmuebles del Estado (...) Pero no se podía identificar a una persona, en la última parte de la cola del Lago de El Cadillal. Había una casa ocupada, aunque no estaban los dueños. Sí nos dijeron el apellido”, recordó el abogado, al referirse al padre de Sergio Kaleñuk, el ex secretario de la Privada de la Gobernación.

“Quien dice el nombre (Kaleñuk) es un encargado de la zona esa, que se llamaba (Diego) Olivera. Él introduce el nombre del poseedor de esa propiedad. Incluso, el hijo de ese hombre armó la casa, la edificó”, manifestó el ex funcionario, quien contó además que la misma persona habría desarmado tiempo después la vivienda.

En una segunda inspección, la casa ya no estaba: “fue una sorpresa para nosotros, volvimos y no encontramos nada; no se lograron datos. No estaban los hijos de Olivera”.

Javier Lobo Bugeau, el contador público que declaró el lunes pasado, había nombrado a Olivera, al contar que en un asado se había encontrado con esta persona. “Cuando yo me acerqué a pagar el uso del camping (en El Cadillal), él me dijo que él estaba ahí por el silencio”, había dicho.

Soria remarcó que Kaleñuk habría utilizado camiones de la Dirección de Vialidad provincial para trasladar cables de electricidad y “columnas oficiales”.

Galería 24 fotos “Quiero compartir con ustedes que presté declaración (...) Mi familia y yo respondimos a todos los requerimientos y lo seguiremos haciendo”. Afirmó Beatriz Rojkés en declaraciones periodísticas al concluir su testimonio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Desde el teléfono del productor artístico, Daniel Deleo, se realizaron numerosas llamadas a Susana Sánchez, la madrugada que desapareció Paulina Lebbos. A su vez, la mujer, se comunica con Sergio Kaleñuk. El testigo Deleo declaró que no sabe quién es ni supo explicar esas llamadas. El Secretario de la Sala III, Marcos López Frías, muestra al fiscal Carlos Sale, que en el teléfono del testigo no se encuentra agendado el teléfono de Susana Sánchez. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex secretario de Seguridad de la Provincia durante el gobierno de José Alperovich, Eduardo Di Lella, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Beatriz Rojkés, esposa del ex gobernador José Alperovich, llegó a tribunales a prestar declaración testimonial en el juicio oral y público por el crimen de Paulina Lebbos y su posterior encubrimiento, conduciendo su camioneta, acompañada de sus hijas y su custodia, y fue recibida por la guardia policial del Palacio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Al llegar a la sala de audiencias, Beatriz Rojkés de Alperovich, fue saludada por sus seguidores que se acercaron hasta el edificio de Tribunales para escuchar su declaración. A diferencia de los demás testigos, ingresó por la entrada principal de la sala. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Las hijas del matrimonio Alperovich-Rojkés, fueron las primeras del público en ingresar a la sala. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Hugo Sánchez, ex jefe de policía de Tucumán durante el gobierno de José Alperovich, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos, y con prisión preventiva por presuntas amenazas a un testigo durante el juicio oral y público, llega a la sala de audiencia. Su custodia, a cargo de la Policía Federal, debió abrirse paso entre los seguidores de Rojkés. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El imputado de encubrimiento agravado, Hugo Sánchez, se saluda con las hijas del ex gobernador José Alperovich. “El papá debe estar contento” le dijo a Sara Alperovich, refiriéndose a su embarazo. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Carlos Rojkés, hermano de Beatriz, fue uno de los primeros en acercarse a saludar al imputado Hugo Sánchez. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La sala de audiencia donde se realiza el juicio oral y público por el crimen de Paulina Lebbos y su posterior encubrimiento, fue colmada por los seguidores de Beatriz Rojkés de Alperovich. Algunos miembros de la comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad, que acompañaban a Alberto Lebbos, no pudieron ingresar por la falta de lugares. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los acusados de encubrimiento agravado, Héctor Brito, Nicolás Barrera, Hugo Sánchez y Eduardo Di Lella, esperan el inicio de la audiencia con la declaración de Beatriz Rojkés. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Beatriz Rojkés de Alperovich ingresa a la sala para prestar declaración. En casi 3 horas de declaración, pronunció, al menos 20 veces, que no recordaba datos puntuales, a preguntas de las partes. “No puedo dar precisiones; para mí, el hecho fue muy doloroso. Primero, teníamos toda la esperanza puesta en encontrarla con vida. Después apareció el cadáver. Y eso era lo suficientemente doloroso para mí, y no era mi tarea hacer algún tipo de investigación ni de pedir explicaciones”, resaltó en plena declaración. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
La esposa del ex gobernador José Alperovich, Beatriz Rojkés, afirmó que no había recibido datos ni hablado con algún funcionario sobre la investigación en 2006. Resaltó que sus hijos se habían presentado de manera espontánea para realizar las pruebas de ADN.“Lo que recuerdo son sentimientos, sensaciones. No precisiones”, dijo la ex senadora. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El acusado de encubrimiento agravado y ex jefe de la Unidad Regional Norte, Héctor Brito, junto a su abogado defensor, Cergio Morfil. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Emilio Mrad, defensor de Alberto Lebbos, le consultó a Beatriz Rojkés, actual presidenta del Partido Justicialista, si había hablado con el entonces ministro de Gobierno y Justicia, Edmundo Jiménez, sobre la muerte de Paulina. “Que recuerde, no (...)”, dijo. “En realidad, los ministros no acostumbraban a hacerme comentarios y hacerme participar de los temas de gobierno, doctor”, agregó seguidamente la ex presidenta provisional del Senado. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex subjefe de la Policía de Tucumán, Nicolás Barrera, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos, conversa con su abogado defensor, Gustavo Carlino, durante la declaración de Beatriz Rojkés. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
“Hoy tenemos una visita ilustre señor secretario” comentó el imputado Hugo Sánchez, al Secretario de la Sala III, Marcos López Frías, antes de que se iniciara la audiencia. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Sara Alperovich dijo que la familia estaba en la sala para que su madre no se sintiera sola y sepa que tiene su respaldo. Durante la audiencia, ocupó los primeros bancos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex subjefe de Policía, Nicolás Barrera, acusado de encubrimiento agravado en el crimen de Paulina Lebbos, conversa durante un cuarto intermedio con Carlos Rojkés, cuñado del ex gobernador José Alperovich. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex secretario de Obras Públicas, Oscar Mirkin, fue uno de los que acompañó a Beatriz Rojkés, durante su declaración. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Beatriz Rojkés recordó en su declaración que su esposo había exigido esclarecer la causa. “‘La van a buscar como si fuese mi hija’; creo que dijo así el Gobernador. No recuerdo”, enfatizó. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Beatriz Rojkéz de Alperovich remarcó que su hijo Gabriel Alperovich se había puesto a disposición de la Justicia cuando el padre de Paulina lo había “mencionado en los medios periodísticos”, en el marco de la línea de investigación los “hijos del poder”. “Se presentó para hacer un ADN. Incluso, llevó el pasaporte. Había comentarios de que estuvo un año fuera del país. Eso no fue así”, reprochó. Luego se presentó el otro hijo, Daniel. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los relatores Matías Graña y Martín Soria Femenías, revisan las declaraciones de Alberto Lebbos al inicio del juicio, para determinar si el padre de Paulina declaró que Beatriz Rojkés participó de la reunión en la casa del ex gobernador José Alperovich el 19 de abril de 2006. El abogado defensor de Eduardo Di Lella, Gustavo Morales, pidió un careo entre Lebbos y Rojkés, ya que afirmaba que Lebbos declaró que Beatriz Rojkés participó y la testigo declaró lo contrario. Al corroborar que las declaraciones de Lebbos no fueron así, el Tribunal rechazó el pedido de careo. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Pablo Zeitune, yerno del ex gobernador José Alperovich,se acercó a saludar al imputado Hugo Sánchez, al finalizar la audiencia. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Comentarios