Por Luis María Ruiz
31 Octubre 2018
ANTES DE LOS QUIEBRES. Alperovich y Juri (izquierda) llegaron juntos al Gobierno en 2003. Para la elección siguiente habían roto. Manzur y Jaldo estuvieron junto a Alperovich (derecha) hasta las nacionales de 2017.
Cuando las disputas en la cima del poder político se instalan en las charlas cotidianas de los tucumanos -antes en sedes partidarias y cafés, ahora en WhatsApp y redes sociales-, los apellidos de los protagonistas suelen ser objeto de comparaciones históricas.
Así, surge que el anuncio de la disputa por la Gobernación entre la fórmula oficial, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, y el senador nacional José Alperovich remonta al más fresco antecedente de ruptura en el oficialismo. En el primero de sus tres mandatos al frente del Poder Ejecutivo (2003-2007), la esposa de Alperovich, Beatriz Rojkés, peleó y a la postre derrotó con contundencia a Fernando Arturo Juri, quien era su vicegobernador.
Hoy, el hijo de don Amado Juri es escudero de Manzur y Jaldo en la presidencia subrogante de la Legislatura. Pero más de una década pasó, y el escenario actual es distinto. Por ejemplo, la pelea no será dentro del Partido Justicialista, sino que Alperovich anticipó su lanzamiento por fuera del armado que lo catapultó al sillón de Lucas Córdoba.
Así, las llaves de la casa peronista quedaron -interinamente- en manos de Manzur. A pesar del transcurso del tiempo, este quiebre en el oficialismo también presenta pautas comunes con aquel antecedente. Aquí se proponen cinco diferencias y coincidencias entre la pretérita interna Alperovich versus Juri y la actual: Manzur versus Alperovich.
CINCO SIMILITUDES
El PJ cruje por la interna
La disputa nace en el oficialismo y se hace sentir en la estructura partidaria peronista
Al igual que en 2007, la interna actual se produce en un gobierno de signo peronista y termina haciendo crujir al Partido Justicialista (PJ). Así como Fernando Juri era vicegobernador de José Alperovich cuando intentó conquistar el PJ, esta vez el propio Alperovich era asesor ad honórem -con rango de ministro- del gobernador Juan Manzur. La contienda repercutió en la sede de Virgen de la Merced al 100. En 2007 fue con una interna, en la que Beatriz Rojkés de Alperovich se impuso cómodamente sobre Juri. El lunes, fueron los “compañeros” de Manzur, representados por Osvaldo Jaldo y Juri, quienes “barrieron” -con licencias- al alperovichismo del PJ.
El Objetivo: dirimir el poder
El Gobierno maneja sus propios tiempos, al margen de la oposición y del contexto social
En abril de 2007, a menos de seis meses de los comicios provinciales y apostando por el peronismo tradicional, el ex vicegobernador Juri se enfrentó en una interna contra el alperovichismo. La disputa se dio al margen del poder de fuego que podía generar la oposición, incluso dando la sensación de que la batalla con los “foráneos” quedaba en un segundo plano. También los temas de la agenda pública, como la inseguridad y el avance del narcotráfico. El escenario actual es similar: Juan Manzur eligió el 17 de octubre lanzarse por la reelección con Jaldo. Diez días después, Alperovich eligió competir por “afuera”. Otra vez, al ritmo lo marca el PJ.
Repercusión institucional
Quien tiene la lapicera no mezquina tinta a la hora de “borrar” díscolos e indecisos
El poder de la tinta en estos casos supera al de la palabra. Cuando las aguas se dividieron en el gobierno, en 2007, Alperovich acusó a los Juri de tener cientos de “ñoquis” en la Legislatura. Y, con la llegada de Juan Manzur a la vicegobernación, cayeron incontables designaciones ligadas al jurismo. Ahora son los seguidores de Alperovich quienes sintieron el rigor de la lapicera en la sede parlamentaria. Una lista de 25 alperovichistas reposa sobre el escritorio del vicegobernador Jaldo, a la espera de que el titular subrogante, Juri, firme las cesantías. Muchos ya fueron notificados, como los ex intendentes Gregorio García Biagosch y Daniel Toledo.
La apuesta por el “aparato”
El manejo político de la estructura del Estado provincial para satisfacer a la tropa propia
Como si fuera la voz española de los GPS, la encuesta se convirtió en la principal guía de los políticos. Al margen de la medición de imagen, de nivel conocimiento y de intención de voto, el peronismo apuesta siempre por el “aparato”. Este término tiene diversas acepciones. Se entiende así, por ejemplo, a la nutrida planta estatal que cobra su sueldo de modo regular. En la jerga, es también “aparato” la capacidad para “contener” dirigentes y satisfacer a la tropa propia a través de la estructura estatal. En 2007 esa fue una de las fortalezas de Alperovich-Rojkés. Con miras a 2019, es también un arma clave para Manzur-Jaldo.
Otra vez, Alperovich y Juri
Dos viejos rivales que vuelven a encontrarse en la contienda por la conducción provincial
Cosas del destino o de la política, al igual que en 2007, la contienda oficialista actual tiene por protagonistas a José Alperovich y a Fernando Juri. El ex vicegobernador ya no ocupa el centro de la escena dentro del espacio que le disputa el poder al actual senador -ese lugar lo ostentan Juan Manzur y Osvaldo Jaldo-, pero el presidente subrogante de la Legislatura asumido en 2017 sabe que es la chance de aprovechar la coyuntura para servirse el plato frío. Alperovich y su tropa, que se fue reduciendo en los últimos meses en la Legislatura, en el equipo de Manzur y ahora en el PJ, vuelven a apostar por el peso del apellido.
CINCO DIFERENCIAS
En el PJ y por “afuera”
El justicialismo ya eligió a su fórmula y el ex gobernador competirá a través de otro partido
A diferencia de 2007, cuando Alperovich y Juri se enfrentaron por la conducción jusiticalista, la contienda actual no se dirimirá con una interna partidaria. El senador Alperovich anunció a LA GACETA el fin de semana que se postulará por fuera del PJ, aunque no confirmó cuál será su plataforma partidaria. Mientras tanto, el gobernador Manzur quedó como titular interino de PJ, a raíz de la licencia que se le otorgó a la presidenta, Rojkés de Alperovich. La idea del gobierno es que la ex senadora no regrese al cargo, por lo que se le extendió el permiso hasta el último día de su mandato como jefa de los “compañeros”.
El signo partidario nacional
De los llamados de Néstor y Cristina a las negociaciones con Macri y Cambiemos
En 2007 el kirchnerismo estaba en uno de sus momentos de esplendor, con la conducción -y los “pedidos” telefónicos- de Néstor Kirchner y Cristina Fernández desde la Rosada. En ese contexto se concretó la puja Alperovich-Juri. Hoy la Nación dejó de tener signo peronista. Junto con Manzur y Jaldo, asumió en el Gobierno nacional la gestión de Cambiemos, que lidera el presidente Mauricio Macri. Esta discordancia abre el juego a las negociaciones políticas. A partir de la necesidad de votos en el Congreso por parte de la alianza macrista, al Gobierno provincial se le abre la chance de intercambiar “gestos” (votos por recursos, por ejemplo).
Cambiando de alineamiento
El alperovichismo sufrió una sangría en su dirigencia “amplia” a partir de 2015
El triunfo de Beatriz Rojkés sobre Fernando Juri en la interna de 2007 dejó postales que ya no se repetirán. La victoria alperovichista, según los archivos de LA GACETA, contó con el acompañamiento de dirigentes que hoy escoltan al gobernador Manzur, como el vicegobernador Osvaldo Jaldo, el prosecetario legislativo de la Cámara Roque Tobías Álvarez, y los “Mellizos” José Orellana (diputado) y Enrique Orellana (legislador), entre otros. A partir de su salida del Ejecutivo, en 2015, Alperovich comenzó a observar una “sangría” entre sus dirigentes, al punto que antes tenía ascendencia sobre unos 40 legisladores, y ahora apenas sobre unos tres.
El centro del ring
Alperovich por primera vez se planta desde las afueras de la estructura provincial
Con las riendas de la estructura estatal y la presidencia -al menos provisoria- del PJ, el gobernador Juan Manzur se paró en el centro del ring en la interna oficialista. Por primera vez desde que sucedió al ex gobernador Julio Miranda, al senador Alperovich le toca plantarse desde las afueras de la base peronista. Sin la maquinaria estatal, el ex mandatario deberá utilizar la imaginación para compensar la carencia de recursos, sobre todo a partir de la reciente derogación del decreto que lo designaba asesor ad honórem del PE, y que le otorgaba ciertos beneficios, como la posibilidad de gestionar ayudas en cada visita territorial.
El potencial opositor
El armado local de Cambiemos parece difuso, pero la grieta oficialista le abre una chance
En 2007, cuando se produjo la última gran ruptura en el oficialismo, el alperovichismo logró marcas inéditas en lo electoral. Entre la fuerte presencia del aparato y el alineamiento con el kirchnerismo, la oposición local asomaba con pocas chances reales de dar un batacazo, y así fue. Ahora, si bien los liderazgos en Cambiemos parecen difusos y Fuerza Republicana no tiene la representatividad del pasado -más allá un puñado de ediles, el armado de Ricardo Bussi perdió su única banca en la Legislatura con el éxodo de Claudio Viña-, la oportunidad parece única para que alguno de los rivales del PJ pueda aprovechar la grieta oficialista.
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