Anoche a las 21.20, se cumplieron 24 horas de la consumación de una de las derrotas más dolorosas del año para Atlético. El aniversario, por mínimo que sea, se justifica por lo que terminó significando en el plantel un resultado como el del sábado y los segundos, los minutos y las horas posteriores al partido, fueron consecuentes con ello.
Lo primero que llegó después del pitazo final de Fernando Rapallini fueron los aplausos que bajaron después de los cuatro costados del Monumental. El apoyo del público para un equipo que despedía el año (el partido ante Boca pautado para el próximo fin de semana está suspendido) fue innegable.
Sin embargo, ni siquiera eso pudo levantar el ánimo de los jugadores en la noche del sábado, que se metieron al túnel e intentaron terminar con las “obligaciones” posteriores lo más rápido posible. Sacarse el uniforme, bañarse, hablar con la prensa e irse a sus casas. Incluso varios de ellos como Luis Rodríguez, Juan Mercier, Jonathan Cabral o Bruno Bianchi evitaron la parte del contacto con los medios.
El desenlace del sábado por la noche fue incluso peor para Cristian Lucchetti y sus vecinos. El arquero había acercado con su camioneta a Mathías Abero y se cruzó con Analía del Valle Zermoglio, vecina del country Golf de Yerba Buena que llevaba a sus dos hijos consigo. Según Zermoglio, Lucchetti increpó a los menores porque ellos revoleaban una camiseta de San Martín.
La mujer de 49 años incluso llegó a hacer la denuncia en la comisaría de Yerba Buena. Al enterarse de eso, el arquero se comunicó con LG Deportiva para confirmar el encontronazo pero negar rotundamente el accionar “violento” que señaló Zermoglio.
“Me bajé del auto para decirle que le pida a su hijo que no insultara, pero en ese momento ella comenzó a gritar que quería pegarle, algo que nunca tuve intención de hacer”, detalló el “Laucha”.
“Durante los días previos, los futbolistas hicimos una campaña para que el clásico tucumano se desarrolle sin violencia y no seré yo el que arruine la fiesta vivida en el estadio, donde los hinchas se comportaron en forma maravillosa y aceptaron la derrota”, agregó.
Ayer, para todos, fue momento de pasar el domingo en familia para la mayoría e intentar despejarse y olvidarse de un partido que todavía está presente en sus cabezas. Varios estuvieron pendientes del clásico de Reserva que se jugó en el Monumental y que sí ganó Atlético. Tomás Cuello (que formó parte del partido) por ejemplo, lo mencionó en su cuenta de Twitter.
Para hoy no está planificado un entrenamiento pero sí un almuerzo con plantel y cuerpo técnico. A las 12.30 todos están citados en Ojo de Agua para hacer la despedida oficial hasta 2019. Pese a tratarse de un año increíble para el club y el equipo, el encuentro no tendrá el calibre de festejo.
Después de eso, quedarán todos oficialmente de vacaciones. La fecha 15, como se dijo, se jugará recién en 2019 y cuando el calendario lo permita. Después de la comida, la próxima vez que todos vuelvan a estar juntos será el 3 de enero.
Quizás sea el tiempo suficiente como para dejar atrás la derrota ante San Martín y empezar un año nuevo pero retomar la actividad en el mismo torneo que lo tiene -por ahora- en el segundo lugar. Razones suficientes para motivarse.