Seis cuentos del Lejano Oeste que destilan humor negro al estilo Coen

“La balada de Buster Scruggs” es una de las producciones de Netflix que cosecha más elogios y se espera que reciba candidaturas al Oscar.

ROL PROTAGÓNICO. Tim Blake Nelson interpreta a Buster Scruggs. ROL PROTAGÓNICO. Tim Blake Nelson interpreta a Buster Scruggs.

El primer episodio que presenta “La balada de Buster Scruggs” es el que da título a la antología y lo protagoniza el curioso personaje de ese nombre. Un cowboy cantor, a la manera de Gene Autry y otros jinetes solitarios de las primeras películas del Oeste, pero en este caso de apariencia ridícula. A pesar de su aspecto esmirriado y opaco, su destreza para el revólver lo equipara a los paladines del western spagetti de los 60 y 70, pero a la vez se mueve en un contexto con rasgos expresionistas e hiperrealistas acordes con el revisionismo que impera desde “Billy el asqueroso” (Stan Dragoti, 1972), pasando por “Los imperdonables” (Clint Eastwood, 1992) y llegando a la actualidad.

En el cóctel espectacular donde mezclan musical con humor, sangre y mutilaciones, los hermanos Joel y Ethan Coen demuestran una vez más que su cine es diferente, pero siempre en permanente referencia a las convenciones de los géneros que más les interesan, ya sea para homenajearlos, someterlos a la parodia o para recrearlos de una manera crítica que los posiciona en un lugar insólito. Como ejemplo se puede mencionar la película “Fargo” (1997), un policial negro donde el sheriff del pueblo es una mujer embarazada.

En todas sus obras, algunas más que otras, están presentes el humor negro y el grotesco, hasta en las escenas más dramáticas. Entre los personajes de su cine hay una galería de rostros caricaturescos y extraños, lo que representa también una respuesta en contra de los cánones estéticos que impuso Hollywood en toda época.

Por streaming

A tono con la nueva tendencia de producción y comercialización del cine, a cargo de las plataformas de streaming, los Coen pactaron con Netflix “La balada…” como una serie de seis episodios, que luego se convirtió en largometraje antológico. Además se estrenó en un par de salas estadounidenses para contar con la posibilidad de nominaciones al Oscar.

Cada episodio dura entre 12 y 30 minutos y están unificados como si fueran distintos capítulos de un libro de relatos; en total la película tiene poco más de dos horas. Pero su extensión se hace liviana por tratarse de historias breves e independientes entre sí. En el reparto aparecen nombres destacados como Liam Neeson, en el papel del dueño de un pequeño teatro ambulante; James Franco, como un bandolero condenado dos veces a la horca, y Tom Waits en el rol de un rústico buscador de oro. Pero las actuaciones que más se disfrutan son las de Tim Blake Nelson (Buster Scruggs); Harry Melling, el Dudley Dursley de la saga “Harry Potter”, que aquí hace el papel de un artista sin brazos ni piernas; y la expresiva Zoe Kazan, como una joven integrante de una caravana que es víctima de los infortunios.

Meses antes de su estreno en Netflix, “La balada…” se presentó en el Festival de Venecia, donde ganó el premio Osella al mejor guión y recibió grandes elogios. Lo mismo pasó con “Roma”, de Alfonso Cuarón, que obtuvo el León de Oro, y se estrenará en esta plataforma este mes. Ambas películas forman parte de la lista de filmes que podrían llevarse algún Oscar, lo que significaría toda una novedad en la historia de los premios de la Academia: el reconocimiento de que la nueva televisión es otra manera de hacer cine, con la misma calidad que la gran pantalla en todos los rubros, y con muchos productos a la altura de cualquiera de las grandes producciones cinematográficas.

Un actor diferente

Respecto de Tim Blake Nelson, el actor protagonista, para muchos es lo mejor de la antología. Nació en Oklahoma hace 54 años en una familia judía donde sus padres imponían a sus hijos una formación hogareña -adicional a la del colegio- basada en la lectura y el análisis de libros. Los chicos tenían que dedicarle tiempo a la lectura todos los días y debían dar informes sobre los textos durante la cena, algunos de ellos (Ernest Hemingway, John O’Hara o Flannery O’Connor) asignados por sus padres, y otros de su propia elección. “Cuando empezaba la pubertad, yo leía libros como ‘El maratonista’ y ‘Tiburón’, que, además de estar plagados de aventuras, tenían increíbles escenas de sexo”, dijo entre risas Nelson en una entrevista.

El actor se hizo conocido para los fans de los Coen en la película “¿Dónde estás, hermano?” (2000), que lo consolidó en su habilidad para interpretar personajes extraños. Allí, junto a George Clooney y John Turturro, es un preso fugado y completamente loco, llamado Delmar O’Donnell. Para Nelson, tal como lo dijo en un discurso de graduación en su colegio, la comedia es una yuxtaposición de lo incongruente. “Si uno lo piensa en términos de Buster Scruggs, ahí tenemos un cowboy que parece tan amable, y después entra a un bar y empieza a matar gente -señaló-. Y es gracioso”.

Comentarios