05 Diciembre 2018
COMO SI FUERA UN ZAPATEO. Con los pies retumbando contra el piso también se va haciendo música en el contexto de Takay. LA GACETA/ DIEGO ARÁOZ
El programa de inclusión social Takay, del Ente Cultural, cerrará sus actividades de este año con una jornada de capacitación, que tendrá lugar mañana, de 14 a 19, en el Espacio Cultural Don Bosco (avenida Mitre 396).
La primera parte estará destinada al aprendizaje y a la práctica de técnicas de percusión instrumental. Esto se hace con instrumentos reciclados, como baldes, barriles, chapas y tubos de PVC. “A estos elementos, que son considerados basura, inservibles, los resignificamos mediante este programa, que va más allá de ser un mero taller”, afirmó el coordinador general de Takay, el teatrista Víctor Hugo Cortés.
La percusión instrumental estará a cargo del profesor Manuel Rubio Carreras. Luego se dictarán técnicas de percusión corporal, a cargo de los coreógrafos José Pintos y Marta Diez, y habrá un trabajo de integración escénica, a cargo de Cortés. En la última hora de la jornada se ofrecerá, en una función abierta al público, una breve muestra a cargo de los docentes y alumnos del programa.
“Takay, que significa golpear objetos, es un programa de inclusión social dirigido a jóvenes y adolescentes (de 13 a 25 años) en situación de riesgo, expuestos al flagelo del desamparo, de las adicciones y de la delincuencia. Takay les da la oportunidad de encaminar su vida hacia el arte, de expresarse y de, en el futuro, poder vivir de eso que expresan y que hacen. El programa apunta a integrar lo artístico con lo social”, destacó Cortés.
El programa se implementa mediante convenios específicos con municipalidad y comunas de la provincia. Las clases las brindan profesores residentes de cada localidad. Una de las particularidades de Takay es que no posee diálogos, lo que le permite trascender los límites del idioma en cualquier sitio.
“Los ‘instrumentos musicales’ usados en escena son los de uso doméstico y cotidiano, como barriles, tachos de residuos, latas vacías, baldes de pintura, cajas de cartón, bolsas de consorcio, asociados históricamente a la pobreza, que cobran un nuevo significado superador”, finalizó Cortés.
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