Por César Di Primio.-
Marie Kondo es la gurú japonesa de orden en la casa, autora del best seller internacional La magia del orden, que instaló una tendencia mundial alrededor de la organización y decoración del hogar. Su teoría filosófica se basa en principios que son simples; incentiva a desprenderse de los objetos innecesarios y aferrarse sólo a lo mínimo e indispensable. Lleva vendidos más de siete millones de libros en todo el planeta.
La felicidad después del orden viene a ser una réplica repetitiva y acomodada de aquel éxito editorial en libros de autoayuda doméstica. Los temas sobre los que se ocupa son complejos y polifacéticos: cómo acomodar y doblar remeras según el plegado KonMari, que es una especie de origami aplicado a la vestimenta, o cómo despojarse de lo que no necesitamos en nuestros hogares.
Esta clase de consejos y preceptos tratan de ser fundamentados, en algunos momentos del libro, por una idea regente: la idea de la felicidad. Bajo el examen de cuánta felicidad nos proporciona tal o cual prenda, tal o cual objeto, tal o cual adorno, la autora ensaya esta recopilación de consejos prácticos anclados en una especie de eudemonía oriental y minimalista que, escrita en una prosa simple, puede ayudar a esa persona que, a falta de problemas o intereses de menor importancia en su existencia, necesita aprender a acomodar sus objetos en casa.
Así, aunque no apto para lectores propensos a padecer TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), este libro de Marie Kondo, o más bien su éxito a lo largo y ancho del planeta, viene a ser otro fenómeno sociológico, dada su popularidad y su simpleza, que confirmaría aquella frase del doctor Konrad Lorenz: “Nosotros somos el eslabón perdido, tanto tiempo buscado, entre el animal y el hombre auténticamente humano”.
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