A pesar del discurso del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en el que ha hecho un llamamiento a poner en marcha un proceso de diálogo nacional siguen las manifestaciones en su contra. Ese país vive una crisis a raíz de las protestas que se suceden desde el 7 de febrero para exigir la dimisión del jefe de Estado.
Miles de personas, la mayoría jóvenes, participaron en una manifestación en Puerto Príncipe para exigir la dimisión de Moïse. La Policía dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos, según informó la agencia de noticias local HPN.
“Quiera o no, tiene que irse”, fue uno de cánticos preferidos que expresaron a gritos los jóvenes. En una cadena en directo por televisión y radio, Moïse aseguró que ha escuchado “la voz del pueblo” pero se negó a dimitir y a dar paso a un ejecutivo provisional para poner fin a la crisis, como le exigen los manifestantes y la oposición.
En el que fue su primer discurso en respuesta a la ola de manifestaciones en su contra, el presidente haitiano no respondió a las acusaciones de desvío de fondos de Petrocaribe. Además descartó conformar un ejecutivo de transición con el argumento de que los gobiernos de transición en Haití han estado vinculados históricamente a la “inestabilidad” y al “tráfico de drogas”.
Las protestas derivaron en graves incidentes violentos, con quema y saqueo de comercios. Hasta el momento hubo un saldo de siete muertos y cientos de heridos, según la prensa haitiana. La oposición eleva el balance a unas 50 víctimas mortales.
Canadá cerró su Embajada en Haití y el primer ministro de Québec, François Legault, anunció que evacuará a al menos 113 turistas por la crisis que vive el país. Estados Unidos también ordenó la salida de parte de su personal diplomático para resguardar su seguridad.