Si hay algo que tiene la moda es su capacidad de sorprender, de romper estructuras, de sacudir la pereza del ropero cuando pensábamos que estaba todo dicho y que teníamos las cosas claras. Y se agradece, en verdad que se agradece que una o dos veces al año la moda sea capaz de asombrarnos.
Este invierno, según han mostrado los pronosticadores de tendencias, las pasarelas internacionales y los blogs especializados en moda, la sorpresa viene por el lado del color y las texturas. Tonos que normalmente se asocian con el verano, la energía y la liviandad de la vestimentas, atraviesan el almanaque y se posicionan en la temporada del frío. Rojos, anaranjados, fucsias, violetas y amarillos e incluso aguamarinas plenos están presentes en todas las prendas: desde botas hasta abrigos pesados.
Para los amantes de las estridencias, la noticia es magnífica. Pero también hay buenas nuevas para los fanáticos de los colores tierra y asociados: camels, nudes y beiges van a ganar cancha y les van a quitar espacio a tonos como el chocolate, gris y azul noche, clásicos del invierno. El objetivo: realzarlos con flashes de color.
En el medio, y para dejar a todos contentos, aparecen las prendas metalizadas (en tonos plateados o dorados, en su infinita gama), para el día y para la noche, elegantes o deportivas. Los accesorios son grandes aliados para darle un toque futurista a cualquier look.
Eterno animal print
No se puede decir que los estampados que simulan piel de animal sean una moda, sencillamente porque siempre están presentes. Lo que cambia con las temporadas y los vaivenes de las tendencias son los modos de aplicarlo (como un toque visual, en un accesorio, o bien en gran cantidad); y también cuáles son los animales elegidos para emular en esas prendas.
Si pensamos en “animal print” casi de inmediato nos imaginamos la estampa del leopardo. Sin embargo, este invierno son los reptiles los que dan la nota. Los clásicos de felinos permanecen, y probablemente siempre lo harán, pero para dar un toque trendy al outfit, las víboras y los croccos, en todas su variantes de color y texturas, serán los preferidos. Los favs: calzados y accesorios, principalmente. En las vidrieras ya se ve la clave reptiliana.
Patrones clásicos
De nuevo, como el animal print: los patrones clásicos no se van jamás, pero algunos alzan la cabeza más que otros según las temporadas. Este año, el Príncipe de Gales parece ser el ganador de esta batalla de patrones clásicos, en todos sus colores y escalas posibles. ¿Combinaciones? Bienvenidas. Vamos a ver prendas en las que el clásico pied de coq (pata de gallo) se mezcle con el Príncipe de Gales e incluso con tramas escocesas. Así, este invierno los patrones rompen el patrón y abren la puerta para un “arma tu propia estampa”.