A horas de la revancha con Tigre, por una de las semifinales de la Copa de la Superliga, en Atlético miran el partido de mañana, a las 18.45 en el Monumental, como una chance más de agregar un nuevo capítulo mágico a su historial sobre cómo sobreponerse ante la adversidad.
El 5-0 sufrido el sábado pasado cavó un pozo de dimensiones enormes. Se vio al peor Atlético en defensa y al peor Atlético en ataque. Combinados ambos factores, más la efectividad y el buen juego del "Matador", la resolución del juego fue totalmente favorable para Tigre.
La diferencia, entre el ganador que viene a Tucumán a asegurarse el pase a la final y el que debe hacer mágica y borrar del mapa el mal trago, es abismal. “Pero no definitoria, aunque así parezca”, le reconoce Cristian Lucchetti a LA GACETA rato antes de concentrarse con el resto de sus compañeros.
“Dejaremos todo por esta camiseta”, agrega el símbolo del “Decano” en una frase quizás trillada, pero que se bifurca entre el folclore del fútbol, la motivación y las ganas de llegar a una nueva final. Aunque parezca sentenciado Atlético, nadie en el grupo considera que así sea. Por eso, el ídolo que cuida el arco albiceleste desde hace siete temporadas sostiene: “hay que tratar de creer, creer que es posible; que todo se puede. Esto es fútbol”.
¿Cuales son las opciones de Atlético? estirará la serie a los penales si gana 5-0. Si le anotan un gol, está obligado a hacer siete al menos. Si gana 6-0 será finalista también.
No hay mochila extra en esta historia, no hay peso extra que cargar durante los 90’ de mañana. “Es otro partido y hay que recuperar lo que se perdió en el anterior. Está difícil, sí, porque Tigre es un gran equipo, pero nosotros hemos demostrado varias veces que tenemos las armas necesarias como para jugarle a cualquiera”, agrega Lucchetti, en un mensaje dirigido, en parte, al hincha. “Con la gente de nuestro lado, esta historia será diferente. Jugamos en casa y debemos hacérselo sentir al rival”.
Un dato alentador proviene del último choque con Tigre en el “José Fierro”: 3-0 a favor del “Decano” y con una lluvia de goles desperdiciados. Entonces, sí, se puede.
“Estamos mentalizados en que vamos a dejar la vida para que así sea, para al menos darnos una chance de llegar a la final”, Lucchetti está a pleno con el inflador anímico.
Y si no se puede, no habrá lugar para las recriminaciones, sí quizás para sentir el dolor de haber dejado escapar una buena oportunidad de acercarse a la Libertadores 2020, otro de los objetivos del año. Pero el mal trago quedará ahí, en esos 90 minutos caóticos sufridos en Victoria.
Porque lo que el equipo le regaló a la gente durante la temporada 2018/19 vale más que una serie de 180 minutos. ¿O no?