CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano abrió formalmente el debate sobre si se debe ordenar hombres casados en las zonas más aisladas del planeta, en un giro histórico en la política de la Iglesia en los últimos nueve siblos (específicamente, desde el Concilio de Letrán, de 1139)
La sede papal publicó el documento preparatorio para el Sínodo de la Amazonia, que tendrá lugar en Roma en octubre. Como medida de emergencia para luchar contra la desesperante falta de sacerdotes en los lugares menos poblados de la región, el texto dice que la reunión de obispos deberá estudiar la posibilidad de ordenar sacerdotes entre hombres ancianos, preferiblemente indígenas y con familias estables.
El documento, difundido ayer, marca un cambio histórico, que algunos dicen que podría allanar el camino para su uso en otras zonas donde el clero es escaso.
Si se aprobara la medida, sería un cambio histórico, que abriría la puerta a la ordenación de los llamados “viri probati” -expresión latina que define a los hombres que han demostrado carácter y experiencia, sobresalen en la comunidad católica y que tienen familias- en otras zonas donde escasean los sacerdotes, como en las islas del Pacífico.
“Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia”, introduce el Vaticano entre las sugerencias, “se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana”.
La recomendación pide también algún tipo de “ministerio oficial” para las mujeres de la zona, aunque no ofrece más detalles.
Se trata de la mención más directa en un documento del Vaticano acerca de la posibilidad de un sacerdocio de casados, aunque limitado, y que incluye un mayor papel pastoral para las mujeres en una zona del mundo.
Según el texto, tales hombres podrían ser ordenados “aunque tengan ya una familia establecida y estable, para garantizar los sacramentos que acompañan y sostienen la vida cristiana”.
El celibato no es un dogma de la Iglesia, sino un reglamento, que establece que solamente los sacerdotes pueden decir misa u oír confesiones, lo que significa que los católicos de las comunidades aisladas de la Amazonía pueden pasar muchos meses sin participar en ninguno de los dos sacramentos.
El obispo Fabio Fabene, subsecretario del departamento del Vaticano que organiza los sínodos, dijo que en las respuestas a los cuestionarios entregados a los obispos en la región hubo solicitudes “muy amplias” para que se considere la posibilidad de incluir a los “viri probati”.
Algunos eruditos católicos han dicho que la aprobación del ‘viri probati’ en la Amazonía podría allanar el camino para su incorporación en otras partes del mundo, como respuesta a la escasez de sacerdotes.
En una entrevista con un periódico alemán en 2017, el Papa Francisco dijo que estaba dispuesto a considerar la ordenación de “viri probati” como sacerdotes en comunidades aisladas. También mencionó la posibilidad en remotas islas del Pacífico.
No obstante, descartó abrir el sacerdocio de forma generalizada a todos los hombres casados o diluir el compromiso de la Iglesia Católica con el celibato, considerado como una virtud que libera a los sacerdotes para que dediquen sus vidas al servicio.
El sínodo que se celebrará del 6 al 27 de octubre en el Vaticano incluirá obispos y otros representantes, incluyendo pueblos indígenas de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa, todos habitantes de la Amazonía. Este territorio representa el 40% del área de bosque tropical global, del 10 al 15% de la biodiversidad terrestre y almacena entre 150.000 y 200.000 millones de toneladas de carbono cada año. Se trata de una zona que está amenazada, señala el documento del Sínodo que lleva el lema “La Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. (Reuters)