"El fin de un comienzo": la histórica Selección Femenina revivió el orgullo por la celeste y blanca

Las mujeres argentinas llegaron al Mundial de Francia en las peores condiciones, destrozaron prejuicios y merecieron todos los aplausos.

HISTÓRICAS E INOLVIDABLES. La Selección Argentina de Fútbol Femenino en el Mundial de Francia. HISTÓRICAS E INOLVIDABLES. La Selección Argentina de Fútbol Femenino en el Mundial de Francia. ARCHIVO

Ya no se las puede ignorar. Lograron ser visibilizadas. Hicieron historia. La Selección Argentina participó del Mundial de Francia luego de 12 años de ausencia en la competencia y marcó un antes y un después en la historia del fútbol femenino.

Atrás quedaron los dos años sin entrenar (de 2015 a 2017) porque no tenían DT ni competencias ni atención de alguien que las pusiera en carrera. Carlos Borello tomó el mando nuevamente ese 2017 y lograron participar de la Copa América de Chile 2018, donde hicieron la foto del "Topo Gigio", reclamando ser escuchadas (porque no les pagaban los $ 150 de viático para entrenar, porque no tenían un terreno de juego acorde, entre otras tantas cosas, ninguna descabellada).

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Atrás quedó la vez que tuvieron que dormir en un micro antes de enfrentar a Uruguay porque la AFA no les había reservado un hotel. Atrás quedaron los pantalones sucios, utilizados previamente por el equipo masculino, para enfrentar los partidos de turno. 

Así y todo lograron ser terceras en Chile, detrás del local y de Brasil, clasificando al repechaje para definir ante Panamá quién de los dos jugaría en Francia. Pasó el partido a cancha llena en Arsenal y la confirmación de la vuelta al Mundial, mientras AFA anunciaba meses después el principio de la profesionalización de la liga femenina.

Ya en París enfrentaron a potencias, sumaron los primeros puntos y marcaron los primeros goles argentinos en un mundial. "El 0-0 conseguido ante Japón (subcampeón del mundo) es un ejemplo de lo que es la mujer argentina. Reflejamos la fortaleza de la mujer argentina", sostuvo la capitana Estefanía Banini, entendiendo que lo sucede en el fútbol siempre es reflejo de la sociedad entera, en este caso atravesada por un movimiento feminista nacional.

Es que no fue sino hasta este momento de avance del feminismo en Argentina y el mundo que la Selección de mujeres pudo denunciar y lograr lo que viene pidiendo desde hace tantos años.

Histórico por donde se lo mire

El pasado miércoles, mientras la Selección Nacional lograba remontar el 3-0 de Escocia en el Parque de los Príncipes de París, en Argentina eran lo más visto de la tv de la tarde. La foto que inmortalizó el momento fue la que muestra a hombres parados frente a una vidriera de un local de electrodomésticos en Buenos Aires, mirando fijo al televisor con la transmisión en vivo del partido.

La magia de Florencia Bonsegundo y el 3-3 del final ante la escocesas no alcanzó para el altísimo objetivo de avanzar a octavos de final como uno de los mejores terceros porque Camerún y Chile, que debían empatar al día siguiente, ganaron sus encuentros (finalmente clasificaron las africanas). Pero aquí nadie habló de fracaso ni se animará a hacerlo. Más vale.

Las chicas argentinas llegaron en las peores condiciones y taparon bocas. "Este es el fin de un comienzo, volveremos más fuertes", fue el mensaje y la promesa de las jugadoras cuando se confirmó la eliminación. Porque no dudan de que el Mundial 2023 las tendrá aún más preparadas y con el mismo hambre de gloria de toda la vida.

La parte "triste" en la historia, la que desnuda por completo el machismo en el fútbol, es que las futbolistas armarán las valijas en Francia y volverán a sus casas y a sus trabajos, porque aún no pueden vivir del fútbol. 

Por nombrar solo a algunas, la arquera Vanina Correa que atajó un penal ante Inglaterra volverá a ser cajera de un supermercado en Santa Fe; la volante de 17 años Dalila Ippólito, que asistió a Milagros Menéndez en el primer gol ante Escocia, volverá a terminar el colegio, y Lorena Benítez regresará a su puesto de alimentos en el Mercado Central de Buenos Aires... Son trabajadoras del fútbol en sus diferentes equipos, como Lionel Messi, como Lautaro Martínez, o Franco Armani, que deberán ganar si o sí y esperar otros resultados para avanzar de ronda el domingo en la Copa América de Brasil con la pomposa Selección Masculina. 

Si todo sale mal, ellos volverán a sus casas con contratos millonarios bajo el brazo, para seguir dedicándose de lleno a los que les gusta sin distracciones y entrenando con todos los lujos disponibles para mejorar de cara a la próxima competencia. Lujos que lejos están de poder darse las mujeres de la Selección (y eso es machismo) que hicieron renacer el orgullo por la celeste y blanca en Francia. Pero como dijeron ellas, esto recién comienza... Ya no habrá pasos atrás.

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