Concurso Internacional de Piano: “el trabajo de la interpretación es un torbellino de ideas”

Nelson Goerner cerrará el certamen en un recital con obras de Chopin, Paderewsky, Schumann y Beethoven.

Concurso Internacional de Piano: “el trabajo de la interpretación es un torbellino de ideas”

“Empiezo con dos Nocturnos de Frederic Chopin, los dos del opus 48. Sigo con una obra, diría casi desconocida, que es Variaciones y fuga en Mi bemol menor op. 23 de Ignacy Paderewsky. En la segunda parte voy a interpretar la Pieza Floral de Robert Schumann y la Appassionata, de Ludwig van Beethoven”.

Nelson Goerner anuncia el programa que abordará esta noche, en el recital de cierre del II Concurso Internacional de Piano de Tucumán, en el teatro San Martín. Nacido en San Pedro (Buenos Aires) el maestro Goerner vive en Ginebra (Suiza) desde hace tres décadas, y en el mundo está considerado uno de los pianistas más destacados de su generación.

- Háblenos de Paderewsky.

- Fue un gran pianista y compositor, más conocido como pianista, toda una gloria de su época (1860-1941). Lo sobrevivieron muchas grabaciones, así que las actuales generaciones pueden tener contacto. Además fue un hombre de Estado, porque fue primer ministro de Polonia al terminar la I Guerra Mundial.

- Usted dice que el intérprete debe poner su sangre en cada obra. ¿Por qué?

- Porque esa es su labor. Un intérprete no se dedica a tocar notas, sino a traducir el mensaje que hay detrás de esas notas. Ese es el trabajo; el mensaje del autor que trasunta a través del intérprete.

- ¿Con cuál período de la música se lleva mejor?

- Tiene que ver con el momento, pero también hay afinidades que corresponden al temperamento. Considero que tengo una particular sensibilidad con el repertorio romántico, es decir Chopin, Lizst, Schubert, Brahms,   el Beethoven tardío.

- ¿Cómo fue presidir el jurado del concurso?

- Ha sido una experiencia muy gratificante. Hubo cohesión y una línea de pensamiento afín en el jurado. No hubo discrepancias mayores; sólo cambios de opiniones en la definición. Es difícil hacerlo porque estamos hablando de un nivel muy alto. Es lógico que cada miembro del jurado tenga una preferencia. Dentro de la subjetividad de cada uno de nosotros al momento de juzgar o de dar una apreciación se ha dado una cohesión muy linda, que nos ha hecho el trabajo fácil dentro de lo difícil que es. La dificultad es inherente a un concurso, cuando se procede por eliminación, que no es lo más artístico que hay, no como cuando se procede por puntaje. De todos modos, los concursos persiguen una función noble, que es la de servir de trampolín para los jóvenes talentos; son sus primeras oportunidades de tocar en público.

- ¿Qué le da a usted salir de su propio estudio para escuchar a otros?

- Me da mucho, sobre todo porque me fascina escuchar a los más jóvenes, y siempre, en todos los casos, aprendemos mucho porque escuchamos versiones de obras con detalles, con una impronta muy distinta a la nuestra. Siempre es muy enriquecedor, porque hace que surjan cuestionamientos e inquietudes. Eso hace al trabajo de la interpretación, que está en una evolución permanente.

- A sus jóvenes 50 años, usted le ha brindado 44 años a la música. ¿Cómo es la vida junto al piano?

- No se disocia de la vida en general. Es muy vital en el sentido liberador de energía creadora, y es generador de ideas. El trabajo de la interpretación es un torbellino de ideas que después hay que poner en orden y darles cohesión como para que todo eso tenga una columna vertebral que es necesaria en el arte. A veces se piensa que un hecho artístico se basa en la improvisación, en la idea de genio, en la inspiración momentánea. Y no, la inspiración sólo viene a través del trabajo.

- Sólo en agosto su agenda indica conciertos en Francia, Italia, Polonia... ¿Cómo lo vive?

- Creo que uno, que tiene la posibilidad de vivir de la música debe considerarse dichoso porque la música es una vocación. Es la vida misma, que se expresa a través de ese medio y no está disociado de la vida. Además del estudio, lo que nos enriquece es justamente el contacto con la gente; muchas veces los reencuentros con amigos, o el descubrir ciudades nuevas. Todo eso nos enriquece como personas y por ende, cuando estamos frente al instrumento.

HOY

• A las 21, en el teatro San Martín (av. Sarmiento 601). Entrada libre y gratuita. 

Los finalistas que ya ganaron y el gran cierre, que será en el CCK  

Nelson Goerner presidió el jurado del II Concurso Internacional de Piano de Tucumán, integrado por Valentina Díaz Frenot, Goran Filipec, Estela Telerman y Celina Lis. Al cierre de esta edición se esperaba el Concierto de los finalistas, Ilya Ramalav y Alexy Sychev (de Rusia) y Aristo Sham (Hong Kong) que tocarían como solistas junto a la Orquesta Estable, dirigida por Alejandro Jassan, conciertos de Chopin, Beethoven y Lizst. Luego vendría el acto de premiación. 

Como gran cierre del certamen mañana, a las 19, los tres finalistas se presentarán en el Centro Cultural Kirchner (CCK), en Buenos Aires.

El ganador del primer premio fue Alexey Sychev, de Rusia, seguido por Aristo Sham de Hong Kong, y Ilya Ramlav también de Rusia en el tercero.

Además, tuvieron menciones especiales por sus repertorios Raul Canosa, de España, y Fanny Monnet, de Suiza.

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