Video: el cosplay pisa fuerte en Tucumán

El fin de semana se llevará a cabo la quinta edición de Mundo Anime, el evento más grande del NOA sobre cultura pop oriental. Los cosplayers tucumanos se preparan y trabajan en sus trajes para la competencia.

¿Cuántos de nosotros no soñamos alguna vez con ser Gokú o Sailor Moon?¿Que existan los Power Rangers? ¿Y quién dijo que sólo tiene que ser un sueño de niños? El cosplay o “Juego de disfraces” es eso: dar vida a un personaje. Pero para darle vida a un dibujo animado o un videojuego hacen falta mucha creatividad, paciencia y dedicación. Sobre todo, poner el corazón en las cientos de horas de trabajo endureciendo la goma eva, cosiendo, pintando y hasta arriesgando los pulmones y la salud con pegamentos tóxicos. 

La convención Mundo Animé será el sábado y el domingo (13 y 14 de julio) de 12 a 21, en la Sociedad Rural de Tucumán.

Al final, vale la pena. “Es como meterse a otro mundo mágico”, describe Paula Sandez (22), o mejor dicho, la Bruja Oscura de la serie animada Yu Gi Oh!. El Power Ranger Rojo retruca: “Es como volver a ser niños, como cumplir un pequeño sueño”. Detrás de la máscara, Eric Pérez Luna (23) sonríe. Junto a la Power Ranger Rosa (Silvana Roldán, 28) y el Master Chief del videojuego Halo (Germán Burgos, 28), sólo consiguen alejarse unos pasos en la peatonal sin la interrupción de chicos y grandes que quieren una foto.

En Argentina y en el mundo, las convenciones de cosplays se han vuelto un evento de masas. Y si en los años ochenta y noventa era un culto con el estigma de “friki”, hoy ser “friki está de moda. Tucumán no es la excepción: este fin de semana se realizará el evento más grande del NOA sobre la cultura oriental. El “Mundo Animé”, en su quinta edición, espera recibir a más de 20 mil personas en la sociedad Rural de Tucumán. Para el evento que contará con artistas internacionales invitados, concursos de cosplay, K-Pop, exhibiciones y muchas “sorpresas” los fanáticos vienen preparándose hace más de un año.

Video: el cosplay pisa fuerte en Tucumán

Hecho en casa

En su living Cecilia Gómez despliega los moldes y las piezas en las que viene trabajando para la armadura de un personaje de Final Fantasy, el videojuego japonés. Está en la cuenta regresiva para la competencia nacional de cosplays de Mundo Animé. A su lado, su pareja se da maña con la costura del traje de Spiderman. Una regla básica: el traje es hecho en casa. Nada de modistas, nada de cosas compradas. Incluso las pelucas se “customizan” para caracterizar mejor a un personaje. “El cosplay exige pensar siempre ‘fuera de la caja’. Como son armaduras fantásticas, se mantienen en la persona mágicamente, y en la realidad, cuando las armas te das cuenta que no hay nada que la sostenga, que lo adose al cuerpo”, explica Cece.  

A Eugenia Moyano es exactamente eso lo que le atrae del cosplay: “A mí me gusta mucho elegir personajes que siento que me desafíen a usar nuevas técnicas, a usar luces, a usar nuevas cosas”. Ella recicla todo, barrales de cortinas y palos de escoba que se transforman en báculos, lapiceras, cintos viejos, zapatos usados, hebillas, retazos de telas. Cualquier cosa al alcance de la mano. En su taller se exhiben hachas, petos, cascos, lanzas, pósters y todos sus materiales de trabajo. Allí pasa cuatro horas por día y fines de semana completos de trabajo durante dos o tres meses para terminar una armadura. Es un hobby, sí, pero se lo toman muy en serio. “Hay quienes (para mí fue así) conocieron los gimnasios a través de esto porque para representar a su personaje uno hace cosas muy locas: desde teñirse el pelo, usar lentes de contacto, o los chicos que se maquillan”, confiesa Cece. Y hay que prestar mucha atención al detalle porque los jurados evalúan todo: cómo se comporta el traje en movimiento (es importante no perder ninguna parte en el camino), y el “acting” en el escenario que puede incluir videos, interpretación y baile.

Cece empezó hace cinco años por insistencia de un amigo. El cosplay le ayudó a superar la timidez, a “liberarse” de prejuicios y mejorar su autoestima. “Para mí es hermoso bajar y que la gente o los chicos, incluso los grandes, te digan ‘estás igual’ o ‘sos el personaje’ porque para ellos realmente en ese momento ‘sos’ el personaje”, explica. Euge, por su parte, dice que aunque lo descubrió hace poco, toda su vida quiso hacerlo. Desde chica le interesaron las manualidades y aunque profesionalmente trabaja como bióloga, aprendió de oficio las artes plásticas. En el cosplay las encontró todas juntas.

Puede que se trate del arte más completo de todos: reúne el dibujo, la pintura, el maquillaje, la actuación, la escultura y hasta lo audiovisual. La diferencia está en que en lugar de exponer en una galería de artes se usa el propio cuerpo. Quizás por eso sus seguidores se confiesan “adictos” a esta pasión que cada vez arrastra a más tucumanos.

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