"Pitu" Romero, el encargado de cumplir los caprichos de los jugadores "santos"
Trabaja hace cuatro años en el mismo puesto, pero lleva los colores desde que tiene uso de razón. Como hincha, siguió al equipo de su corazón en cada viaje a lo largo del tiempo, y ahora lo hace desde adentro del transporte oficial. El "Pitu" Romero es uno de los auxiliares "santos", quien se encarga de cumplir todos los caprichos de los jugadores desde que llegan a la provincia, y otro personaje que forma parte de la esencia del equipo de La Ciudadela.
"Tratamos de hacer sentir bien a los jugadores para que ellos nos brinden todo lo bueno que tienen para brindarnos. Mantenemos los cuidados y las rutinas como si siguiésemos en AFA", explicó Romero.
Un día normal en la vida del "Pitu" comienza bien temprano. Su oficina es prácticamente el vestuario del Complejo Natalio Mirkin. Lo primero que hace es comprar la fruta para el desayuno de los jugadores. Luego revisa el gimnasio y las canchas, y se fija que las necesidades básicas de cada uno queden cubiertas. Para él, los entrenamientos terminan una vez que se va el último jugador.
"Cuando vienen de otro país o provincia, nos encargamos de recibirlos, encontrarles dónde vivir y procedemos a hacerles la revisación médica. Por lo general, el jugador viene solo y después, cuando está instalado, trae a la familia", contó el auxiliar "santo", quien definió su trabajo como un nexo entre los jugadores, el Cuerpo Técnico y la Comisión Directiva.
Romero aseguró que su vínculo con el club empezó cuando él era chico: "creo que soy hincha de San Martín desde antes de nacer". Su papá lo llevó por primera vez a la cancha cuando tenía cinco años. Hoy, sintiendo los colores desde adentro, afirma que la experiencia es más gratificante aún y "algo con lo que todo hincha soñaría".
"San Martín es prácticamente mi vida entera. Dedico más horas al club que a mi familia. Uno sabe que si está acá no hay 'fechas importantes', no hay Día del Padre, Navidad, cumpleaños de los hijos", comentó.
Además de compartir los días con el plantel profesional, "Pitu" viaja con ellos a los encuentros: "he hecho locuras por San Martín, pero vivirlo ahora de adentro es totalmente diferente. Alguna vez llamé desde otra provincia a mi casa para avisar que no me esperen para comer, que estaba siguiendo al club".
"Soy un bendecido de hacer este laburo. El día que no siga trabajando acá, voy a seguir viajando. Nunca voy a dejar de ver a San Martín".
Perder y ganar
"El vivir un ascenso desde adentro es una alegría inexplicable", recordó Romero al hablar de aquel 3 de junio de 2018. Y agregó: "todos ahí somos hinchas".
El auxiliar también comentó cómo se sintió la pérdida de la categoría y cómo vio a los jugadores: "muchos eran tucumanos y habían participado del ascenso. A ellos se los notó más dolidos que a los que vinieron de afuera".
"Al descenso ya se lo veía venir. Fue uno de los golpes más feos desde que trabajo en el club".
El 17 de marzo de este año, San Martín descendió a la B Nacional, categoría que ahora se llama Primera Nacional. "Hoy te puedo asegurar que estamos para ascender nuevamente", cerró.