09 Noviembre 2019
Entre los productores trigueros abunda el ceño fruncido, respecto de los resultados de la cosecha de la actual campaña. Distintas situaciones afectaron el grano; y si bien en algunas zonas se registraron buenos rindes, en estos casos se presenta un bajo nivel de gluten.
En especial, Luis González subrayó los problemas de roya que se dieron. “Muchas variedades fueron afectadas; una barbaridad. Algunas aguantaron un poco más que otras; pero como se dio un invierno medio húmedo, se generaron las condiciones ideales para la enfermedad”, afirmó el productor.
Destacó que en algunas zonas el trigo rindió incluso un poco más que durante la anterior campaña, pero precisó que esto no se traduce enteramente en buenas noticias. “Donde rindió bien se detectaron problemas de gluten bajo. Y ante esta situación muchos molinos no reciben el trigo, porque no sirve para hacer harina. Entonces, va para la industria, para alimento para animales”, contó. Y añadió que en los sectores donde el rendimiento fue menor sí se presentó un trigo de calidad.
De todos modos, señaló que el panorama puede cambiar, a partir de las recientes precipitaciones. “Ya se verá qué pasa; pero no creo que podamos alcanzar una calidad para molino; seguramente irá a la industria. Y si además de la lluvia se registra alta temperatura, tendremos problemas de trigo brotado”, alertó. Según estimó, sólo está trillado un 40% de las superficies sembradas, por lo que estas situaciones pueden afectar al 60% restante. El año pasado se había perdido el 85% de la cosecha. “En este caso no se perderá del todo, pero se afectará la calidad”, indicó.
También destacó la baja calidad del grano el productor y asesor Ramón López Domínguez. “La campaña termina con los rendimientos esperados, en función del agua acumulada, pero con disminución en la calidad promedio que suele cosecharse en Tucumán. Creo que la principal razón de esto estriba en la profunda sequía y en las altas temperatura que se dieron sobre el fin del período de desarrollo del grano, que es cuando se define su calidad”, explicó. Respecto del pronóstico, se mostró optimista: “si tenemos tres días de sol probable se supere el 90% o el 95% de la superficie cosechada”.
A diferencia de González, en los campos que frecuenta López Domínguez prácticamente no afectó la roya. “No porque no existieran las condiciones, sino porque la variedad sembrada allí presenta una mayor tolerancia a la enfermedad”, precisó.
Respecto de la campaña 2020, indicó que, más allá de las cuestiones político-económicas, resulta difícil ensayar un pronóstico. “Todo dependerá del contenido de agua útil poscosecha del trigo. Por eso resulta prematuro pensar en lo que ocurrirá en año que viene. Uno siempre tiene expectativas positivas, pero es difícil pronosticar a largo plazo”, afirmó.
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