Arce selló el día del arquero y San Martín festejó un agónico empate

Una histórica tarea del entrerriano ante Instituto.

ÍDOLO. Si algo le faltaba a Ignacio Arce para terminar de ganarse el corazón del hincha, ayer lo saldó con el gol del empate. ÍDOLO. Si algo le faltaba a Ignacio Arce para terminar de ganarse el corazón del hincha, ayer lo saldó con el gol del empate. LA GACETA / FRANCO VERA
25 Noviembre 2019

Los que transitan el día a día de San Martín -en las prácticas en el complejo “Natalio Mirkin” y en los partidos en la Ciudadela- saben que Ignacio Arce es un arquero con una personalidad desbordante, capaz de hacer cosas fuera de lo común. Cosas como la que hizo ayer, cuando el partido se moría.

Cuando los hinchas empujaban, como tantas otras veces, desde los cuatro costados del estadio, “Nacho” se puso el traje de héroe: abandonó sus dominios y se dirigió resoluto a buscar el centro de un córner, para establecer el 1-1, que significó que San Martín cerrará la primera parte de la temporada 2019/20 invicto en su estadio, y puntero en su zona.

“Sabía que era la última jugada y que teníamos para empatar. Por eso no dude en salir del arco e ir a buscar el centro que mandó Luis (Aguiar). De pronto me vi sólo, porque ellos parece que tenían la consigna de marcar hombre a hombre. Primero conecté la pelota con el parietal izquierdo, luego me rozó en hombro y en la pierna para luego entrar al arco”, precisó el arquero.

Partido intenso

Cuando se le preguntó sobre el desarrollo del encuentro, Arce, que durante el primer tiempo tuvo algunas intervenciones de mérito, señaló: “el partido fue muy intenso, con un adversario que sabíamos que nos podía llegar a complicar si concretaba el juego que se le reconoce. En el primer tiempo hicimos un gran partido, y sólo nos faltó ser más certeros a la hora de definir. En el complemento nos costó demasiado repetir el juego del primer tiempo. Ese tiro libre de Silva nos sorprendió a todos, por la precisión. Por suerte, a pesar de que el equipo no encontró el nivel de juego que tuvimos en los primeros 45 minutos, nunca bajamos los brazos y sobre el final conseguimos lo que buscamos tan ansiosamente”, dijo.

Tras esa jugada la Ciudadela explotó como un volcán que erupciona, a raíz de toda la ansiedad contenida por una parcialidad que volvió a dar muestra de un idilio infinito con el arquero. Eso potenció la carrera alocada del entrerriano, que se fue a la esquina de Pellegrini y Bolívar a exteriorizar toda su alegría. Inmediatamente se le unieron todos sus compañeros.

Desde ese momento, el estribillo “Nacho..Nacho” bajó como un himno desde los cuatros costados del estadio, dándole un merecido reconocimiento a quien, con su corajeada, salvó el invicto que tiene el “Santo” en La Ciudadela.

A partir de ese gol, los memoriosos intentaron recordar si alguna vez un arquero de San Martín había marcado un tanto de pelota en movimiento en el mítico solar. La pregunta quedó en el aire y nadie pudo afirmar con certeza sobre el tema.

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