Luces de alerta y preguntas necesarias para el regreso de la Libertadores

Los masivos positivos en Boca ponen tensión al plan de Conmebol de volver a jugar las copas.

AISLADO. Julio Buffarini es uno de los 18 integrantes del plantel “Xeneize” que dieron positivo en el hisopado practicado. cabj AISLADO. Julio Buffarini es uno de los 18 integrantes del plantel “Xeneize” que dieron positivo en el hisopado practicado. cabj

La consigna que está siguiendo el fútbol de Sudamérica es mirar hacia adelante, aunque atado a la imprevisibilidad que ofrece el escenario de pandemia. Pero, ¿se puede? El mentado escenario tiene de todo, menos equilibrio. Y para sumarle spots con luces amarillas, apareció el caso Boca y sus graves errores de procedimiento que derivaron en una multiplicidad de casos positivos por covid-19. Es este un eslabón grande para una débil cadena, esa que separa a los protagonistas de una realidad que abruma. Con un virus en circulación y con sus propias características según los países, parece una anécdota hablar de la inequidad que generan los distintos tiempos de preparación de los equipos que jugarán copas internacionales. Y como un acertijo, queda la expectativa sobre la efectividad del protocolo que empezará a ponerse en práctica desde el martes 15, cuando se reanude la Libertadores. Todo, bajo los previsibles temores de propios y extraños, aunque haya quienes traten de decir y obrar para dispersar la atención sólo hacia lo urgente.

“Fuimos un poco permisivos. Pero no teníamos otra manera de proceder. ¿Cuál es la otra alternativa? ¿Que los jugadores no jueguen? No puedo guardar 14 días a un jugador sin entrenarse, ¿cómo hacemos eso en el fútbol profesional cuando en poco días jugamos un torneo internacional?” Rubén Argemi, médico del plantel de Boca, reconoció que se tomaron riesgos por fuera de los protocolos. La masividad de contagios deja en claro el error cometido.

Como dato comparativo, está lo sucedido en River. En su “burbuja” de Ezeiza, el virus también se “coló”, según dijo el médico del plantel, Pedro Hansing. Se refería al único caso positivo del staff, el de Adrián Olivieri, entrenador de arqueros, que permanece aislado desde hace más de una semana. Se ordenaron distintas medidas, entre ellas testeos PCR, que dieron negativo. Pero nadie quedó tranquilo con esto. Y se hizo una segunda ronda a las 60 personas que trabajan juntas. Otra vez negativo. Y alivio.

Boca y sus “deslices”. Se citan varios motivos para que explote la “burbuja” sanitaria. Apuró los tiempos del aislamiento obligatorio; concentró con habitaciones compartidas; jugadores como Carlos Tevez salieron y volvieron; los futbolistas usaron las duchas en el predio de Ezeiza; hubo entrenamientos entre contagiados. Y hasta el plantel compartió el bus. Demasiadas razones para el descalabro.

Ahora, con medio plantel comprometido por el virus (algo que incluso puede agravarse), el “Xeneize” irá a Paraguay a jugar con Libertad con una dotación reducida y debilitada de acuerdo a su verdadero potencial. Y con los interrogantes que impone el hecho de la exposición propia y el contacto. ¿Cuál es el sentido de jugar así? ¿Los compromisos con los auspiciantes y la televisión? ¿Las presiones de la Conmebol porque el show deba seguir? ¿Salvaguardar la fuente laboral sin importar las consecuencias? Si en su momento, por caso, River no quiso presentarse a jugar con Atlético por la fecha 1 de la Copa de la Superliga, para evitar contagios, ¿por qué se mide ahora con otra vara la situación, justo en días en que el virus está en expansión y el continente americano es centro mundial de la enfermedad?

“Es muy difícil jugar en este contexto. Miren lo que está pasando en Boca. El fútbol es un deporte de fricción”, razonó el presidente Alberto Fernández. Su voz es una referencia para que el fútbol puertas adentro de la Argentina se mantengan cerradas. Si eso opina, ¿por qué se puede jugar por competencias internacionales en el país, y por las nacionales no? ¿Acaso no son los mismos protocolos, los intereses son similares, o las fuentes laborales dentro del fútbol de “cabotaje” no están en mayor peligro por tener una base sustentable muy inferior?.

Que el fútbol ya estaba loco antes de la pandemia, era sabido. Con el durante, muchos de los que deben mantenerlo cuerdo y con los pies en la tierra se siguen valiendo de esa locura. Cueste lo que cueste.


Detalles

- Boca tiene que visitar a Libertad en Paraguay el jueves 17. Los jugadores que puedan, podrían volver a practicar hoy, si la autoridad sanitaria aprueba.

- Conmebol ya avisó que no hay licencias y que las fechas no se mueven.  

- Tomando en cuenta la lista de contagiados, impedidos de jugar, un probable equipos sería este: Lastra; Weigandt, Ávila, Zambrano y Mas; Capaldo, Marcone, Campuzano, Obando; Tevez y Cardona o Maroni.

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