En San Martín, la pandemia golpeó fuerte la economía

Los dirigentes hacen malabares para encaminar las finanzas.

MANOS A LA OBRA. Dirigentes, cuerpo técnico, jugadores e hinchas tienen como único objetivo dar pelea por un ascenso, en el nuevo torneo de la Primera Nacional. MANOS A LA OBRA. Dirigentes, cuerpo técnico, jugadores e hinchas tienen como único objetivo dar pelea por un ascenso, en el nuevo torneo de la Primera Nacional.

Una temporada que pintaba para entrar en la historia grande del club se escurrió como arena entre los dedos. De ese San Martín que ganaba en cualquier cancha y que había logrado una identidad y un funcionamiento pocas veces visto en los últimos años, sólo queda el recuerdo de ochos meses en los que sus hinchas pudieron disfrutarlo.

La pandemia detuvo la pelota, borró de un plumazo todo lo bueno, y para colmo la AFA le cambió las reglas del juego de cara al futuro. Pero las malas no se terminan allí. El impacto no sólo fue deportivo. El “Santo” hoy camina sobre arenas movedizas también en lo que respecta a su economía. “Es muy delicada la situación que estamos viviendo”, explicó Roberto Sagra, en diálogo con LG Deportiva.

Antes del parate, el esfuerzo de la dirigencia por volver rápido al fútbol grande de nuestro país lo había llevado a ostentar ser uno de los equipos con mayor presupuesto de la Primera Nacional. Los números le cerraban “redonditos”. El canon por los derechos televisivos, los sponsors, la cuota social y sobre todo las recaudaciones, le permitían mantener al día a ese equipo que venía marcando el rumbo en la categoría, solventar toda la estructura que tiene a nivel institución y hasta permitirse algunos lujos. “Si bien no nos sobraba nada, veníamos muy ordenados económicamente. Hasta antes de la pandemia teníamos un superávit de cinco millones de pesos. Pero a partir de que se detuvo el torneo, todo se complicó”, explicó el presidente.

El “Santo” jugó casi a cancha llena los 10 partidos que había disputado durante el torneo que quedó trunco. Eso le servía como una enorme base para mantener un presupuesto mensual que superaba los 10 millones de pesos. Por eso, cuando la pelota se detuvo, aparecieron miles de problemas que lo llevaron a quedar en una posición delicada en el marco financiero. “Perdimos varias recaudaciones y llegamos a junio con un balance negativo de aproximadamente entre 27 y 30 millones”, relató Sagra.

El golpe fue tan duro como la decisión del Comité Ejecutivo de dejar en suspenso los ascensos, o como el dictamen del TAS, que le dio la potestad a la AFA para armar el formato que le plazca para definir las plazas restantes para la próxima temporada de la Liga Profesional.

Durante este tiempo, los dirigentes “santos” debieron afinar el lápiz. Redujeron al 70% los salarios del cuerpo técnico y jugadores y se privaron de armar con mayor tiempo el nuevo plantel, para evitar seguir generando gastos. “Además, antes de esto me llevé 10 empleados del club a mis empresas. En los últimos años esa planilla había subido mucho y era un costo demasiado elevado”, dijo Sagra.

El presidente realizó un aporte personal para intentar mantener el equilibrio financiero, pero con el nuevo torneo en el horizonte, en La Ciudadela necesitaban rearmar la estructura y eso generó un nuevo dolor de cabeza.

Sin embargo, de acuerdo a lo que explicaron desde el club, la ayuda apareció de todos los sectores y eso les permitió comenzar a pensar en lo que viene. “El club recibe un cheque de la AFA por 1,8 millón en concepto de TV. Además, acordamos una publicidad con la Caja Popular, que nos dio cierta estabilidad. Con eso, más algunos aportes de particulares, con la Legislatura que nos acompañará hasta fin de año y el aporte de los socios que se volcaron a ayudar tras el fallo negativo, pudimos afrontar los costos del personal, del plantel y los gastos operativos que tiene el club”, dijo Sagra.

El presupuesto no será el mismo de aquel equipo que lideró casi de punta a punta el torneo. “Igualmente, daremos pelea con el apoyo de todos”, advirtió.

La situación no es sencilla. La pandemia pegó fuerte; volver a poner de pie al club será un trabajo arduo.

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