Rafael Nofal: “miles de muertos no pueden ser en vano”

El dramaturgo tucumano fue distinguido en un certamen internacional con “Hasta el fin de los tiempos”. Un futuro pospandemia diferente.

VIDA APASIONADA. Desde Tucumán, Rafael Nofal es un exponente de la creación dramatúrgica del interior. VIDA APASIONADA. Desde Tucumán, Rafael Nofal es un exponente de la creación dramatúrgica del interior.

La dramaturgia tucumana está atravesando un período interesante de producción, con reconocimientos en todo el país. Con escenarios cerrados y ensayos postergados por el coronavirus, en muchos casos la creatividad se volcó al papel, como una necesidad expresiva.

Un relevamiento mínimo de lo que ha ido pasando con autores locales en el plano argentino permite sostener esta idea: Mario Costello fue premiado en un concurso llamado por el Teatro Nacional Cervantes; Víctor Hugo Cortés, en un certamen federal de obras humorísticas convocado desde La Pampa; y Máximo Gómez y Evelin Brandán serán parte de la antología “Con/texto en 24”, que publicará la editorial bonaerense de teatro que conduce Gabriel Penner.

La lista la integra, con peso propio y espacio internacional ganado, uno de los escritores de mayor producción y trayectoria en Tucumán, aunque santiagueño de nacimiento: Rafael Nofal fue distinguido con el tercer premio en el certamen organizado por la sala porteña La Carpinteria Teatro y Vagón Producciones, que estrenará su texto, “Hasta el fin de los tiempos” por streaming en las próximas semanas. Este premio tiene la trascendencia especial de que su creación compitió con otras 150 obras, provenientes de la Argentina, España y América Latina.

“La historia trata de la pasión como motor de la vida. En este caso, la pasión por el teatro, ya que el protagonista es un viejo actor; de los ensayos sin estreno a la vista como metáfora de que lo que importa es el camino a recorrer más que el punto de llegada”, describe el dramaturgo, docente y director a LA GACETA.

- ¿Cómo se enlaza este texto con tu producción más reciente?

- Todo tiene que ver. La valorización de la memoria es un tópico que siempre está presente, tanto como las relaciones interpersonales que nos marcan para toda la vida (como en “La tailandesa”) o la mirada extrañada sobre un presente que parece no contenernos.

- ¿Qué implica el reconocimiento latente en este premio?

- Significa un pasito adelante, y lo que me parece importante: un pasito dado desde aquí, desde el interior. Significa señalar que en el teatro de Tucumán pasan cosas, más allá de las enormes dificultades por las que atraviesa. Como la selección de la obra de Costello para el ciclo del Teatro Nacional Cervantes, significa que el teatro del interior del país está vivo a pesar de todo.

- ¿Estamos viviendo el fin de los tiempos?

- Dicho así, suena por lo menos inquietante, pero creo que sí, que al menos es el fin de “estos tiempos”. Ya nada volverá a ser como antes de la pandemia. Algunos principios o valores que sostenían nuestro accionar habrán desaparecido o modificado seriamente en el futuro. Miles de muertos no pueden ser en vano. Será como después de la dictadura: una dolorosa alegría, un renacer de la esperanza, con nuevos valores.

- Cada generación tiene un tiempo clave para su futuro. ¿Lo estamos atravesando?

- Estamos en mitad del río, vadeándolo todos juntos: viejos, jóvenes, niños. Todos de la mano. Hay algunos que se sueltan para tratar de salvarse solos, otros que empujan y otros que son solidarios: son los que ayudan, colaboran, acompañan. De esos debiera ser el futuro, de los que piensan en el otro. Esos tendrán que refundar el país. Reitero: tantos muertos no pueden ser en vano.

- Tomaste el título de un texto de William Shakespeare, ¿siempre hay que volver a los clásicos, qué nos aportan?

- Sí, el título es un verso de un soneto de Shakespeare que recita el protagonista. Sófocles, Shakespeare o Federico García Lorca (solo por citar a los que me fascinan) han escarbado de tal manera en el alma humana que solo hay que ir hacia ellos para reconocernos en nuestras grandezas y en nuestras miserias. Ahí está todo, ellos han escrito todo, el resto son solo reescrituras y vueltas de tuerca.

- ¿Cómo te está tratando la pandemia, te pone a crear, te anula...?

- Todo eso alternativamente. Hay días en los que trabajo frenéticamente y otros en los que no hago nada importante, deambulo por mi departamento, pienso, leo o pierdo lastimosamente el tiempo.

- ¿Qué planes tenías para este año que se postergaron?

- Estaba programada una gira de presentaciones de mi último libro “De mitos y olvidos” y Jorge de Lassaletta había comenzado a ensayar junto a Fernando Godoy, Victoria Toledo y José Padilla mi obra “La Gracia y el Toro”. Todo tuvo que postergarse hasta que “la nueva normalidad” se digne a aparecer.

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