Los cadetes están otra vez en estado de alerta

A cinco meses del asesinato de un mensajero, sus allegados marcharon en contra de que los acusados del crimen queden en libertad.

VULNERABLES. Los mensajeros piden más seguridad en las calles. VULNERABLES. Los mensajeros piden más seguridad en las calles.
16 Octubre 2020

“Le tememos a la pandemia, pero mucho más a lo que les pasa a los ciudadanos en las calles. La inseguridad en Tucumán es peor que el mismo virus”, enfatizó Ana Suelza (28), la viuda de Alejandro Sánchez (31), el repartidor de comidas que fue asesinado en mayo por delincuentes que querían robarle la moto.

Hace poco días se cumplieron cinco meses de ese homicidio, y según Suelza, hay la posibilidad de que los tres detenidos por la causa puedan recuperar la libertad, ya que ellos hicieron presentaciones en la Justicia para apelar el dictado de prisión preveventiva en su contra.

A pesar del importante incremento de casos de coronavirus, Suelza organizó una concentración en Colón y Américo Vespucio de la que participaron familiares, amigos y compañeros de trabajo de la víctima. “La marcha se hizo,; que sepan que con los padres y hermanos de Alejandro no vamos a bajar los brazos nunca hasta que obtengamos justicia. Por mis hijos Aymar y Tisiano, nunca bajaremos los brazos”, sentenció.

El caso

La tarde del 13 de mayo, Sánchez salió de su casa en moto con destino a la sanguchería donde trabajaba como cadete de “delivery”. A pocas cuadras de su vivienda, en avenida Colón al 1.400 fue interceptado por al menos tres asaltantes que querían robarle su rodado. Sánchez habría intentado escapar y recibió dos disparos que acabaron con su vida.

DOLOR. Familiares de Alejandro Sánchez lloraron al ver la estrella que se pintó en homenaje al cadete asesinado.  DOLOR. Familiares de Alejandro Sánchez lloraron al ver la estrella que se pintó en homenaje al cadete asesinado.

“Sabemos que hay más gente implicada y es peor cuando te dicen que los tres detenidos pueden llegar a quedar libres”, señaló Suelza, que resaltó el acompañamiento que recibieron por parte de otras víctimas de la inseguridad y de muchos ciudadanos. “Cada vez que podemos acompañamos las marchas que se hacen. Son desgarradoras para nosotros. Ver a tanta gente destruida que sale a pedir justicia y que lleva años reclamando por la lentitud judicial. Duele mucho, es muy fuerte y difícil de explicar”, agregó la viuda.

La tragedia desbordó el hogar del repartidor, según describe su esposa, que cuenta que la familia asiste a terapia para intentar sobrellevar el duelo. “Hay que ser fuertes; voy a salir adelante por mis hijos, pero el vacío en el alma que siento no se va a quitar nada. Llorar por las noches con mis hijos de 10 y 8 años es algo terrible, no encontramos alivio. El 13 de mayo unos cobardes mataron de la peor manera a mi compañero de vida, a un hombre ejemplar que no merecía un final así, un chico que todo lo había conseguido trabajando honradamente, que estaba construyendo la casa para sus hijos”, expresó la joven devastada por las lágrimas. “El 13 de mayo nos arruinaron la vida y todos los proyectos de familia que teníamos; por eso, que Tucumán no se olvide de Alejandro”, concluyó.

Protesta

“No nos gusta esto de tener que salir a arriesgarnos al contagio, pero no nos queda de otra, nos están matando en las calles. Es la última instancia que nos queda. Hoy tenemos que pedir justicia por el crimen de Alejandro; vamos a acompañar a la familia de nuestro compañero hasta que se haga Justicia”, dijo Hugo Santucho, dirigente del sindicato de cadetes.

El representante no olvidó resaltar que los repartidores son constantemente atacados por los delincuentes y que, desde que empezaron a regir las medidas sanitarias de aislamiento y distanciamiento social, dos trabajadores de ese rubro fueron ultimados en asaltos. “No hay que olvidarse de Javier Gómez, otro compañero que fue víctima de estos delincuentes. Le tenemos temor a la Covid-19, pero le tenemos terror a la inseguridad”, subrayó.

El 9 de septiembre, Gómez fue atacado cuando circulaba en moto por la avenida de Circunvalación. Desconocidos le pegaron con un palo en la cabeza que lo hizo caer varios metros más adelante del camino. Los delincuentes, viendo que aún estaba malherido, se subieron a su moto y lo dejaron tendido a su suerte. Murió al poco tiempo en el hospital.

“No hay que olvidar también que, aunque no se haya vuelto a fase 1, seguiremos siendo expuestos como trabajadores esenciales, a pesar de que aún no se nos reconocen muchos derechos. No olviden que la Legislatura hizo sancionar una ley Antimotoarrebato que no se aplica, la pusieron de adorno. No se olviden de lo que pasó en la comisaría 1a hace unos días, cuando unos cadetes atraparon en el microcentro a un delincuente que se cansó de asaltarlos. Nosotros seguimos expuestos y los ladrones no afrontan las consecuencias”, cerró Santucho. (Producción periodística: Santiago Re)


Las claves del problema

1- En lo que va del año dos cadetes perdieron la vida en distintos robos. El 12 de mayo mataron a Alejandro Sánchez. El 9 de septiembre asesinaron a Javier Gómez.

2- Causas judiciales: Los acusados de matar a Sánchez podrían quedar en libertad en las próximas horas. En el caso de Gómez ni siquiera hubo detenidos hasta la fecha.

3- La familia de Alejandro Sánchez lleva meses protestando por el homicidio del repartidor. El lunes se manifestaron en Colón y Américo Vespucio, donde ocurrió el crimen.

4- Los cadetes pidieron varias reuniones para coordinar acciones con el ministerio de Seguridad pero hasta el momento no consiguieron pactar un encuentro.

5- La ley Antimotoarrebato, que fue aprobada en mayo y que debía comenzar a aplicarse el 1 de septiembre aplazó su entrada en vigencia. Rechazo por parte de los mensajeros.

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