Boca, el abismo cercano y una nueva oportunidad ante Racing

Miguel Ángel Russo. Miguel Ángel Russo.

¿Cómo se evita una catástrofe deportiva inminente? Puede que con un gol; con una individualidad que se ilumine y encienda el camino. También con una actitud positiva aunque todo aparezca negativo; con la voluntad de luchar y entregarlo todo; con una idea de equipo que consuma hasta la última gota de transpiración de sus integrantes. Pero también con un desliz del rival.

El fútbol y sus clubes viven al borde de una catástrofe, sobre todo cuando se juegan cosas importantes y haya “grandes” de por medio. Boca estuvo frente al abismo ante Inter. El boleto a los cuartos de final de la Copa Libertadores cotizaba en oro para el “Xeneize” en la tanda de penales. Era acertar o quedar afuera, justo el día en que el eterno rival -River- festejaba dos años del inolvidable 3 a 1 de la final copera de Madrid. Y fueron dos jugadores del equipo brasileño los que invirtieron mal su capital, dejaron en bancarrota a los suyos y con ganancia al cierre de operaciones para el local.

Como a todos los grandes clubes con prestigio y oficio en definiciones picantes, a Boca no hay que darlo nunca por muerto. No a menos que el árbitro haya ordenado el final del partido. O, como en este caso, con el último penal. Horriblemente ejecutado, por cierto.

Que Boca caminó por la cornisa para clasificarse es verdad. Pero también lo es que una mala noche la puede tener cualquiera en el fútbol, más allá del trabajo del rival. El equipo de Miguel Ángel Russo jugó mal, y hasta el propio entrenador lo dejó en claro. Carlos Tevez habló también de aprender de los errores. El mundo Boca entendió que el destino le hizo un guiño al equipo. Ahora, instalado en el grupo de los ocho mejores de la Copa, tendrá que ajustar piezas. Y marcar territorio en aquellas producciones sólidas que venía teniendo antes de haberse visto cara a cara con la guillotina de la eliminación en octavos.

Racing será el rival que puede abrir las puertas de las semifinales. O cerrarlas. Primero chocarán en el “Cilindro”, el miércoles. Una semana después, a horas de la Nochebuena, definirán la llave en La Bombonera. La “Academia” tiene argumentos para complicar a Boca. A varios de ellos los mostró cuando eliminó al último campeón, Flamengo, en el mismísimo Maracaná. Aunque en el torneo local haya cumplido una paurérrima tarea en la etapa clasificatoria, al equipo de Sebastián Beccacece le caben las generales de la ley de los “grandes”. Así como Boca, el club de Avellaneda también pelea para no caer en las redes de la catástrofe. Datos: de cinco partidos que jugaron entre sí en la Libertadores, tres los ganó Boca y se registraron dos empates. Nunca se midieron en una instancia eliminatoria.

Cualquiera que sobreviva a este mano a mano, que no se da en la Copa desde 2016, ya sabe que le espera un rival brasileño en semifinales: Gremio o Santos. Si Boca volverá a ser Boca, o si Racing seguirá dando batacazos, lo sabremos antes de Navidad.

Las otras llaves

Gremio y Santos empataron 1 a 1 en la ida. Revancha: miércoles 16. En otra llave, el desquite Palmeiras-Libertad va el martes 15. En el primer partido también empataron 1 a 1.

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