Eclipse 2020: coincidir en la Patagonia y presenciar el baile cósmico

Relato del diario de viaje del periodista Álvaro Medina, camino a presenciar un acontecimiento que cautiva a cientos de personas. El encuentro con los expedicionarios.

FOTO DE ÁLVARO MEDINA / LA GACETA FOTO DE ÁLVARO MEDINA / LA GACETA

El sol, la luna y la tierra, en una danza espacial, se preparan para alinearse en un acontecimiento único: el eclipse total de sol con centralidad en nuestro país –la última vez que un eclipse solar tuvo centro en nuestro país fue en 1590-. Mientras tanto, en la tierra, un grupo de astrónomos y aficionados alinearon sus vidas para coincidir en la Patagonia argentina y presenciar el baile cósmico. Guiados por el personal del Observatorio de Astronómico de Ampimpa (OAA), los espectadores comienzan a palpitar un momento histórico.

Un vehículo nos transporta de Neuquén a Río Negro donde se encuentra el equipo de astrónomos. En el camino recogemos a los últimos expedicionarios dispersos en distintos puntos. En las charlas del camino late con un pulso de aventura. Muy pronto nace un ambiente de complicidad: los integrantes del grupo comienzan a reconocer en el otro la misma pasión por el universo y su observación.

Recorremos 50 kilómetros por la zona del Alto Valle Patagónico, por una ruta flanqueada por  de álamos. Los árboles sirven de cerco a los sembradíos de manzanas y peras. El cielo gris es sobrevolado por aves que planean sobre los intensos vientos: la Patagonia se nombra a sí misma en ese paisaje.

Finalmente llegamos. Enormes telescopios reposan en la sala de recepción, son los que luego serán llevados al campo para observar las llamaradas y erupciones en la corona solar. El grupo está completo  y sus integrantes son conscientes de lo privilegiados que son por estar aquí a pesar de la pandemia. Se encuentran en la antesala de un acontecimiento que esperaron durante años. 

El equipo del OAA recibe a los expedicionarios con la proyección de una frase del científico Albert Einstein: “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y l energía atómica; es la voluntad”.

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