Puente: "no debería ser demolido porque es único en el mundo; todo se debió a la falta de mantenimiento"

“Creo que no debería ser demolido porque es único en el mundo”, expresó José Simón Lucero, quien era director de Obras de Públicas del municipio capitalino cuando se construyó el puente peatonal que cruza sobre la avenida Mate de Luna al 2.100. La estructura está seriamente dañado y corre serio riesgo de colapsar, de acuerdo con lo informado por la Municipalidad. Se esperan los resultados de un informe para determinar si el puente podrá recuperarse o si será necesario desmontarlo.

Lucero es ingeniero civil y fue profesor titular de las cátedras de Hormigón Armado I, Arquitectura y Construcción de Edificios y Diseño Estructural en la Facultad de Ciencias Exactas (UNT). Apunta que el puente se construyó durante la década del 80, mediante un convenio entre la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y tres aportantes que cubrieron el financiamiento.

En ese momento, el acuerdo preveía la edificación de tres puentes en la ciudad: uno en el parque 9 de Julio, sobre la avenida Benjamín Aráoz, que se llevó adelante con fondos de la Caja Popular de Ahorros; el de avenida Mate de Luna, frente a la escuela Patricias Argentinas, a partir de un convenio con la empresa Torasso SA; y otro financiado por el ex Banco Municipal, que debió emplazarse sobre la avenida Sarmiento para conectar los monoblocks con la plaza Urquiza, pero nunca se concretó.

Lucero participó en los proyectos por medio de la donación de tecnología y equipos de pretensado; la Municipalidad aportó instalaciones, equipo, personal técnico y operarios; y los donantes proveyeron los fondos.

Durante el montaje del puente en la Mate de Luna una de las grúas falló en su accionar y la estructura cayó sobre el pavimento, afortunadamente sin ocasionar incidentes. Luego de 15 días esa pieza se volvió a construir y fue colocado con éxito.

Lo que vino después

Ya instaladas, las obras pasaron a ser propiedad del municipio, y según Lucero, por las características específicas del proyecto, eran necesarias tareas periódicas de mantenimiento preventivo para preservar las condiciones estructurales y la seguridad. ‘’Desde la inauguración de los puentes, durante la intendencia de Rubén Chebaia, vengo reclamando que se realicen mantenimientos’’, expresó.

Así, a partir de 1986, mediante expedientes y reiteradas cartas documento que envió a la Municipalidad, e incluso por medio de la publicación de una Carta al Director en LA GACETA, Lucero advirtió sobre la situación a fines de evitar accidentes. ‘’En la carta documento que mandé en septiembre de 2004 especifiqué que estaba cansado de pedir el mantenimiento. A pesar de la voluntad de los rugbiers de Old Virgins, el puente necesitaba -y sigue necesitando- intervención profesional’’, comentó.  

A partir de su insistencia, Lucero destaca que hace dos años recibió una llamada del entonces secretario de Obras Públicas, Herminio Veglia, quien le solicitaba asesoramiento con respecto a la situación de los puentes. “Entregué una carpeta con medidas que había que tomar y una prueba de carga incluida para habilitarlo. Creo que no debería ser demolido porque es una reliquia, es un puente único en el mundo’’, resaltó Lucero, y añadió que desde aquella ocasión la Municipalidad no volvió a contactarlo. “Hacerlo fue una donación y yo no volvería a cobrar nada por ese puente’’, resaltó.

En el municipio aguardan los resultados del estudio para determinar el futuro del puente. Ese relevamiento no debería demorar más de 20 días. También deberá analizarse en detalle el estado del puente “gemelo”, que cruza la avenida Benjamín Aráoz en las inmediaciones del lago del parque 9 de Julio y el arco de ingreso al hipódromo.