La sobrepoblación de animales callejeros en las ciudades es un problema de larga data en decenas de ciudades en el mundo. La situación se agrava cuando se utilizan sistemas de control poblacional ineficientes o inadecuados para enfrentar el problema subsistente.
Para Gabriela Uzqueda, presidenta de la Asociación Perros de la Calle Tucumán, “la resolución de este problema es prioritaria, no solo porque los animales sufren consecuencias irreversibles, traducidas en abandono, sufrimientos, carencias, accidentes, enfermedades y muerte. Sino que además se trata de una cuestión de salud pública postergada y desatendida, una emergencia que cada día se agudiza y, si no se trata, las soluciones se vuelven cada vez más inalcanzables”.
La rescatista asegura que “la provincia sufre exponencialmente un estado de sobrepoblación de animales donde padecen, mueren o están hacinados en “hogares-refugios” o a instancias de la desesperación de los ciudadanos que toman a su cargo el excedente poblacional. Este es el principal y más evidente indicador de lo ineficiente, y de lo restringidas que son las acciones del Cenara Municipal y del Programa Tucumán Mascotas provincial”.
En Tucumán mueren millares de animales por día en cada rincón
La presencia del Estado para enfrentar el problema y encarar una solución de fondo y sostenible en el tiempo es fundamental. “Es el único que está en condiciones porque cuenta con los recursos y acceso a una visión global para ejecutar un plan de acción eficiente para reducir y controlar la superpoblación de fauna urbana. El estado debe dar el ejemplo e impulsar iniciativas del proteccionismo y la ciudadanía en general, para que se comprometan y colaboren en garantizar el respeto de los derechos y la dignidad de los animales”, señaló.
Una solución para aliviar el caos
Según indica Uzqueda el sistema de castración actual es insuficiente, pero ¿existe alguna alternativa para enfrentar seriamente el problema?.
“Nosotros proponemos una metodología comprobada y exitosa en diferentes localidades de Argentina, que implica la ejecución de castraciones quirúrgicas masivas a ritmo de campaña donde se debe castrar anualmente por lo menos el 20% de la población total estimada, la progresión de la reproducción de perros y gatos es geométrica, ninguna solución de progresión aritmética puede resolver esta problemática”, indica.
En ese sentido, la rescatista coincide con el proyecto de ley que propone un régimen de castración masiva. La iniciativa presentada por el legislador Ricardo Bussi, e impulsado por el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la legislatura de Tucumán Gerónimo Vargas Aignasse, obtuvo dictamen y resolvió que el programa contemple las siguientes características:
- Masiva: se debe castrar anualmente por lo menos el 20% de la población total estimada, ningún programa por debajo de este porcentaje tendrá éxito, ya que no habrá impacto poblacional, explican rescatistas.
- Sistemática: debe haber una planificación y las acciones deberán ejecutarse de forma programada y sostenidas en el tiempo, ininterrumpidas durante el año y con horarios accesibles para la población.
- Gratuita: el objetivo es garantizar el total e irrestricto acceso de la población.
- Temprana: debe realizarse antes del primer celo (aprox. cerca de los 6 meses).
- Extendida: debe desplegarse sobre la totalidad del área geográfica, acercando el servicio a la población
- Abarcativa: debe incluir caninos y felinos, hembras y machos, adultos y cachorros (de 6 meses o más) mestizos y de raza.
Perros y gatos, los olvidados de la pandemia
Víctimas de abandono, desnutrición y maltratos, los animales fueron una de las víctimas silenciosas que deja la pandemia por coronavirus.
“Las autoridades Provinciales y Municipales de Tucumán, incumpliendo las indicaciones del decreto que considera la asistencia a la Salud Animal como un servicio esencial, se atrevieron a restringir y cancelar completamente el servicio de castraciones y atención médica veterinaria durante periodos entre 5-7 meses. Incurrieron en un desmanejo incalificable que provocaron consecuencias y perjuicios irreversibles”
“Resulta inadmisible y peligroso suspender el programa de castraciones en una comunidad desbordada como la nuestra. A mayor cantidad de animales más riesgo de epidemias e incremento de enfermedades zoonóticas”.
Durante la pandemia se ha incrementado de forma vertiginosa el crecimiento demográfico de perros y gatos
Por su parte, Silvia Mansilla, explica: “Por la situación, hay gente que no le da ni los restos de comida a los animales, sino que directamente les abren la puerta para que se alimenten en la calle, eso provoca que estén malnutridos y que cualquier enfermedad los afecte aún más de lo normal”.
Mansilla es una rescatista independiente que cuenta con más de 36 años de activismo por la protección de los derechos de los animales, junto a su madre, también amante de los canes, instalaron un refugio en San Cayetano que llegó a albergar más de 150 animales.
“El estado de los animales que están hoy en la calle es bastante terrible, ahora encontramos muchas crías de gatos y perros por todos lados, sumados a los accidentados, los que tienen moquillo, es lamentable", relata.
En ese sentido, coincide con Uzqueda. “Es totalmente insuficiente y deficiente el modo de castración se utiliza actualmente. Tanto el CENARA como Tucumán Mascotas no pueden castrar diez o veinte animales por día cuando tenemos una provincia que es un caos por la cantidad de animales que hay. Por eso, el rol del Estado es fundamental y es muy importante que exista la ley de castraciones masivas”.