La imagen de Alberto Fernández podría ser afectada por el “vacunatorio VIP”

Según especialistas, luego del escándalo el presidente actuó bien, pero más tarde tuvo errores. No incidiría en elecciones ni la negociación con el FMI.

ALBERTO FERNÁNDEZ. La imagen positiva del presidente quedaría muy debilitada luego del “vacunagate”  ALBERTO FERNÁNDEZ. La imagen positiva del presidente quedaría muy debilitada luego del “vacunagate”

La confesión del periodista Horacio Verbitsky de haber usado sus influencias para acceder a una dosis de vacuna Sputnik, en vez de esperar a que llegara su turno salpicó al Gobierno y generó un escándalo de dimensiones nacionales que derivó en la renuncia del ministro de Salud, Ginés González García. Esta situación podría costarle caro al Gobierno nacional que, según estiman los expertos consultados por LA GACETA, seguramente verá disminuida su imagen positiva.

Lorena Sarverry, directora de la carrera de Ciencia Política de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta), hace un análisis de la situación previa al problema que surgió con las vacunas VIP y asegura que la imagen positiva del Gobierno estaba subiendo. “Si pensamos primero en el 2020, hubo vaivenes. Al principio la imagen era muy positiva y después empezó a ser negativa, pero con el tema de las vacunas hubo un repunte de Alberto Fernández a principio de diciembre del año pasado con la compra de las Sputnik V”, dijo.

“Después hubo repercusiones con las vacunas al no llegar la cantidad que habían anunciado y que no serían suficientes para los grandes centros urbanos”, repasa Sarverry.

En ese momento, comenzaron los problemas alrededor de la vacunación: primero la desconfianza de parte de la población, luego la demora en la llegada de las vacunas y, finalmente, el reparto de vacunas a allegados del poder.

“Hay una falla comunicacional del Gobierno, al principio se decía que era para el personal de primera línea, pero después comenzaron a surgir casos como la vacunación de Axel Kicillof o intendentes de la provincia de Buenos Aires cuando no eran personal médico ni de riesgo. Y ahora empezamos con el vacunagate que termina de repercutir de manera negativa en el gobierno”, analiza la politóloga.

Horas después de que se dio a conocer que había personas que eran beneficiadas por sus vínculos políticos a la hora de recibir la vacuna se llevó a cabo una reunión en la Casa Rosada que derivó en la renuncia del ex ministro de Salud.

“El Gobierno actuó muy bien después de lo que pasó. Buscaron al ministro de Salud, y decir ‘esto pasó en su gestión, usted es el responsable y estaba en conocimiento, por favor presente la renuncia’”, dice Sarverry, aunque destaca que trasladar la cartera a manos Carla Vizzotti deja algunas dudas por su cercanía al problema.

Carlos Fara, consultor político, coincidió con Sarverry y dijo que la primera reacción de Fernández fue positiva. Sin embargo, afirma que el tema no quedó ahí.

“Hubo como dos momentos: el viernes, que estuvo adecuado a la circunstancia en la que el presidente reaccionó rápido y firme. Pero parece que a medida que fueron pasando las horas volvió a encerrarse en sí mismo, al decir que no es un delito penal saltearse la fila de vacunación, o el propio (Santiago) Cafiero diciendo que en realidad no hubo un vacunatorio VIP”, explica Fara, y agrega: “empiezan a ‘bajarle el precio’ o un poco casi a burlarse de la situación, y es ahí cuando lo vuelven a arruinar”.

Las elecciones están lejos

Según una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (Ceop) la imagen positiva de Fernández aumentó en el último mes y llegó al 57,9% entre quienes veían su gestión como “buena” o “muy buena”. Ese número parece demasiado optimista si se piensa en una nueva encuesta luego del duro golpe a la confianza que significó el “vacunatorio VIP”.

No parece, sin embargo, que este hecho sea decisivo a la hora de pensar en las elecciones de este año, según evalúan los expertos. “Es relativo por varias cuestiones. Por un lado, si a medida que pasa el tiempo aparecen las vacunas, entonces ya no sería una discusión en Argentina la escasez de cada dosis ni quién se la aplica y esto pasaría a segundo plano. Por otro lado, ocurrió aún lejos de las elecciones; si una crisis de este tipo con una respuesta inadecuada sucede faltando dos semanas para la elección general, obviamente el costo sería altísimo”, asegura Fara.

El Gobierno -agrega- aún tiene tiempo de enderezar la situación para que las vacunas tengan puntualmente un efecto electoral negativo para el presidente. Lo que pasó en el país no escapó a los noticieros de otros Estados e incluso el propio Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, criticó la vacunación por preferencia de Argentina, justo antes de recibir a su aliado político Alberto Fernández. “El vacunagate sí es algo que se da a conocer a nivel internacional, pero con el tiempo va a quedar sólo en el nivel local porque en todo el mundo pasa lo mismo”, dice Sarverry.

Por su parte, Fara advierte que, pese a la repercusión del caso en otros países, no afectará al Gobierno en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Lo que influye aquí es ver si Alberto tiene el poder de hacer el ajuste que seguramente va a exigir el Fondo”, concluye.

Comentarios