Francisco condenó la injerencia extranjera en Irak

El Papa inició su visita al país de Medio Oriente con un pedido de protección para la minoría cristiana y críticas al fanatismo religioso.

Francisco condenó la injerencia extranjera en Irak
06 Marzo 2021

BAGDAD, Irak.- El papa Francisco comenzó su visita a Irak con un llamado al fin de la injerencia extranjera en el país, un pedido de protección de su perseguida minoría cristiana y una condena al fanatismo religioso, en un viaje para promover la tolerancia y fraternidad entre el cristianismo y el islam.

En su primer discurso en Bagdad, adonde llegó en un vuelo del que participaron periodistas de distintos medios, Francisco pidió que las naciones extranjeras no impongan sus “intereses políticos” en el país, al tiempo que animó a las autoridades locales a encarar una reconstrucción con respeto por las minorías religiosas y que pueda crear oportunidades para salir de la crisis económica sin violencia.

“Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local”, reclamó el Papa en el discurso frente al presidente Barham Salih en el Palacio Presidencial de Bagdad, al animar al país a una reconstrucción tras las últimas décadas en las que Irak sufrió “guerras, terrorismo y conflictos sectarios”.

En una Bagdad prácticamente vacía por un toque de queda dispuesto por el Gobierno, que de todos modos no impidió algunas manifestaciones de apoyo al pontífice de parte de la minoría cristiana local, camiones blindados y puestos de seguridad completaron la geografía de un país paralizado por la visita papal.

Por primera vez desde que fue elegido Papa, Francisco se desplazó en un auto blindado. En el Palacio Presidencial, recordó que, “en las últimas décadas, Irak ha sufrido los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas”.

Luego, dijo que los cristianos y otras minorías no deberían ser considerados ciudadanos de segunda y que se merecen los mismos derechos y protecciones que la mayoría musulmana chiita. “La diversidad religiosa, cultural y étnica que ha sido uno de los distintivos de la sociedad iraquí durante milenios es un recurso precioso, no un obstáculo a eliminar. Irak está llamado a mostrar a todos, especialmente en Medio Oriente, que la diversidad, en vez de dar origen a conflicto, debería conducir a una cooperación armoniosa de la vida en sociedad”, agregó. (Télam)

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