Sin el Mercado del Norte, no se vende nada

El octogenario edificio y sus alrededores están cercados desde el sábado. El perjuicio a los comerciantes y las expectativas de reapertura de los locales alejados de la zona más deteriorada.

Los alrededores del Mercado del Norte se transformaron en una zona fantasma dentro del microcentro de la ciudad desde la madrugada del sábado, cuando el desprendimiento de material de dos columnas de octogenario edificio (sobre la esquina de la peatonal Mendoza con Maipú) obligó a cercarlo totalmente e impedir el tránsito vehicular y limitar sensiblemente el peatonal (primero, la prohibición de caminar fue absoluta y por la tarde, parcial).

Una decena de policías custodian el lugar e impiden que nadie sobrepase las vallas para acercarse a un potencial peligro. Ni los dueños de los locales en el exterior e interior del Mercado tienen franqueado el paso. Sus comercios están cerrados desde la tarde del viernes (último momento en que vendieron sus productos). A pesar de que se descartó un posible derrumbe, las autoridades municipales ordenaron su clausura total, incluso de los comercios instalados en la parte más alejada de donde se evidenció el deterioro. Pero la situación excede ese inmueble y afecta a otros.

Además de no poder caminar por la vereda que rodea el Mercado del Norte, en la mañana de ayer tampoco estuvo permitido hacerlo en la de enfrente por unos 50 metros. Esto hizo que los negocios estuvieran cerrados. Además se prohibió la circulación de vehículos por Maipú, decidida con el objetivo de minimizar riesgos hasta que se determine la magnitud del daño.

Cero ingresos

El cierre del Mercado significa una gran pérdida económica a los comerciantes, tanto a los puesteros como a quienes tienen locales en la peatonal de esa cuadra (Mendoza al 700). Sin embargo, ninguno de los consultados por LA GACETA quiso dar alguna cifra estimativa de la cantidad de dinero que pierden de ingresar diariamente a partir de esta situación.

“Me afecta un montón porque tengo flores naturales y mi puesto está justo enfrente del Mercado (a las puertas de una tienda de electrodomésticos, también cerrada en la mañana de ayer), y ahora no puedo estar en mi lugar de siempre. Espero que al menos puedan darnos media calzada (como se permitió a la tarde) para encontrar alguna solución aunque sea parcial, porque no se puede trabajar así”, explicó Beatriz Borquez. La florista debió abandonar su isla y sentarse en la vereda; allí esperó ayer que pase el día, casi sin vender una sola flor. “Mis productos van a aguantar mucho tiempo y perder lo que puedo vender me cuesta mucho. Y encima tenemos que pagar los impuestos por estar instalados acá; no te perdonan nunca, ni en tiempos de pandemia ni ahora”, dijo, y agregó: “nunca en mis 32 años trabajando de esto nunca me pasó algo así; primero el covid-19 y ahora la clausura, ya no sé qué hacer. La verdad que no esperaba que pase algo así”.

Santiago Nofal, encargado de una semillería a mitad de cuadra sobre la peatonal, no debió cerrar las puertas del lugar donde trabaja, aunque sí vio afectado el volumen de ventas. “La gente deja de circular por la calle o se mete por las galerías antes de llegar hasta acá, se vio mucha menos circulación que en otros días. Seguramente si esto dura van a bajar más aún las ventas. Espero que al menos aumenten los pedidos por delivery”, se esperanzó. “Ojalá lo remodelen y hagan algo novedoso que atraiga gente”, añadió.

El minisuper Doña Maga está justo debajo de los pilares deteriorados. Por eso, es uno de los locales más afectados y cuya reapertura podría demorar más tiempo.

“Lo más pronto posible que abramos vamos a volver a la normalidad. Ahora estoy tratando de salvar la mercadería que tenemos, porque tuvimos que trasladar todo lo que estaba en ese local a otro que tenemos”, dijo la dueña del comercio, reacia a figurar y que prefirió reservar su nombre. Su marido no respondió a los llamados telefónicos de LA GACETA.

Otro de los perjudicados fue Rubén García, quien indicó que personal de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán recorrió la zona y le aseguró que a partir de hoy abriría su local. “Estos días tuve cero ventas. Tenemos empleados y costos que cubrir, así que está muy complicado todo”, sostuvo el puestero, aunque aclaró que entiende que se trata de un problema de fuerza mayor.

Respecto a la cantidad de dinero que perderá durante estos días, no pudo responder con exactitud: “no sé la cantidad de plata que circula por mi local diariamente, tendría que ver los números y es difícil”.

La custodia que bloqueaba el paso es prácticamente infranqueable. Ayer al mediodía, incluso, un joven repartidor que debía hacer entrega de un pedido de comida solicitó ingresar por la peatonal, pero se lo negaron. “¿Y cómo hago?”, preguntó el cadete a uno de los policías, que le respondió que debía dar la vuelta a la manzana. Luego de cinco minutos esgrimiendo argumentos y de explicar con lujo de detalle adónde iba, pudo hacer la rápida entrega, aunque más lenta de lo habitual.

Trabajos en las columnas

Félix Abregú, presidente de la Asociación de Puesteros del Mercado del Norte, aseveró que la clausura afectó a todos los comerciantes y que espera que hoy pueda reabrir la mayoría de los locales cerrados.

“El sábado se hicieron los apuntalamientos de las dos columnas averiadas, para evitar que se derrumben y se pueda trabajar en colocar las columnas nuevas”, recordó el referente de los trabajadores del lugar.

“Me dijeron que en 15 días, más o menos, ya van a estar arregladas porque tienen que hacer la base; ahí colocan las estructuras y se soluciona el tema, no corre peligro de derrumbe ni nada”, continuó. Pero advirtió que algunos comercios no deberán esperar tanto tiempo, aunque las autoridades municipales no confirmaron sus dichos de una inminente reapertura parcial del edificio, núcleo vital de la actividad en esa parte del microcentro.

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