Sacrificios de cuaresma y Semana Santa en 2021: dejar la carne no es todo

Estas ofrendas son muy importantes en preparación para la pascua. Sacerdotes aseguran que deben ser actos individuales para uno mismo y hacia los demás.

Sacrificios de cuaresma y Semana Santa en 2021: dejar la carne no es todo
02 Abril 2021

Para los cristianos, la cuaresma es un periodo de reflexión y entrega total a Dios para que éste obre en cada corazón. Ahora bien, estos días previos a la pascua también deben vivirse en tres pilares: ayuno, oración y limosna. El primero, que antes hacía referencia a lo mal llamado sacrificio, hoy tiene un carácter más amplio y se busca vivirlo con conciencia y no solo para cumplir el precepto.  

Hoy muchos tucumanos seguramente cocinarán locro, humita o empanadas de vigilia. Históricamente, para estos días, los católicos dejan de lado la carne, por pedido de la Iglesia y cómo una ofrenda colectiva. Durante los demás viernes de cuaresma se pide abstenerse de comer carne pero actualmente los “sacrificios” se actualizan para que cada creyente pueda adecuarlo a sus desafíos personales.

“Un sacrificio es renunciar a uno mismo, a las cosas a las que a veces uno le da demasiada importancia. Esta renuncia a alguna cosa o necesidad básica es como una renuncia a nosotros, a nuestro ego. Ya no se usa tanto la palabra sacrificio renuncia u ofrenda. Esa es la clave, no tomar (estas ofrendas) como un sacrificio sino como una forma de purificación; uno ofrenda esa renuncia a Dios y como signo de amor a él”, explica el sacerdote Juan Carlos Cavallera, más conocido como padre “Chula”.

Ayunar en otras cosas

En semana santa, es un hecho que los cristianos realizan acciones de caridad, ayuno o abstinencia. Hoy, la Iglesia Católica nos invita a abstenernos no solamente de consumir carne. “Hay tantas cosas que uno puede ayunar y no necesariamente son la abstinencia de carne. Hay que abstenerse de cosas que a uno le cuestan, de ciertos apegos, a veces la dependencia al celular o a las redes sociales. Eso se ha ampliado muchísimo y está bien; esa es la idea, ofrecer algo que me cueste. Si la carne para mi no es gran cosa, no tiene mucho sentido hacerlo”, comenta. Por supuesto que no hay que olvidar que en viernes santo si es obligatoria no consumir carne.

El sacerdote explica que estas prácticas pueden ayudar siempre y cuando estén orientadas al cambio del corazón y no sean vividas como fórmulas mágicas, de manera escrupulosa. Por esto el padre Chula celebra estos cambios en la forma de ver los sacrificios de cuaresma. “Yo los veo positivos, las propuestas del Papa son en este orden, de ayunar en otras cosas. Hace rato que la Iglesia nos está enseñando a mirar lo esencial y no mirar la práctica externa religiosa cumplidora”, subraya.

De la misma manera se expresa el padre Fernando Giardina. “Antiguamente se afirmaba que el ayuno de carne era el viernes. Hoy por hoy el ayuno está vinculado más a la persona, más relacionado con las obras de misericordia”, comenta. Así, el sacerdote enumera acciones: una obra de caridad con alguien, un favor, ayudar a alguien que está necesitando ayuda, a una persona enferma, en este contexto de pandemia a personas solas o personas mayores. “El ayuno era (anteriormente) individual y vinculado a la persona, hoy por hoy está abierto a la necesidad del otro, de ayudarlo al otro, que no se quede encerrado en uno mismo sino que se puedan hacer sacrificios o favores como forma de vivir la cuaresma.

Por qué ahora es más amplio

El padre Fernando comenta que el evangelio se adecua con el paso del tiempo. “Es una palabra italiana que se llama aggiornamiento. Es una puesta al día y es llevar el evangelio a la vida misma de las personas para que no sea lejano, sino como una mirada para aceptar la realidad de lo que vivimos nosotros. Vivimos en un mundo donde hay mucha carencia de cosas en lo material, lo espiritual y lo humano. Quizá lo que mas emerge es la parte humana, que es lo que más estamos viendo, relaciones rotas o intolerancia. Entonces ahí hay un punto importante en el que el evangelio tiene que iluminar y, todo eso, desde una mirada teórica, tiene que llevarte a la práctica”, narra. Así, los ejemplos que brinda sobre actos u ofrendas tienen que ver con el otro: ayudar a personas solas, en situación de calle o a chicos en vulnerabilidad por adicciones. En otras palabras, hacer lo que hizo Cristo: ayudar a los pobres, salvar enfermos, acompañar a los más necesitados.

Ahí es dónde radica la importancia de los sacrificios: en la figura de Cristo. “El creyente sigue las huellas de Cristo. Él ofrece un estilo de vida que uno tiene que imitar y hacerlo carne en su propia existencia, porque sino quedaría como una cuestión meramente encerrada en un precepto. Lo que propone Jesucristo es justamente un proyecto para que nosotros lo podamos incorporar a nuestra vida y ser buenas personas”, agrega el sacerdote.

El ayuno no es sólo en comida

Giardina da un ejemplo muy claro: “me quito una hora de play y me dedico a ayudar a alguien que lo esté necesitando. Esas son las formas, me privo de algo que me gusta y hago algo por el bien del otro”. El sacerdote enfatiza en que no hay que focalizar sólo en la privación de la comida porque el ayuno es más que eso. “Va mucho más allá de eso, es más realizar actos hacia los demás que los necesiten; salir de uno mismo para ayudar al otro”, finaliza.

“Si no soy capaz, a veces, de soltarme de cosas materiales, de las redes, del deseo de tener, si no soy capaz de abrirme al otro, no hay espacio para Dios en el corazón humano”, afirma el padre Leonardo Carlos “Lalo” Jesús Valoy. El sacerdote comenta que estas prácticas cuaresmales (repite que la Iglesia no habla de sacrificios) sirven para ayudar a que el corazón del hombre se prepare para recibir a Dios. Estas acciones -sigue- son lo que el hombre pone desde su deseo de Dios, desde su deseo de conversión, para que Dios obre.

Un gesto en comunión

El padre Lalo remarca que la Iglesia pide ayuno y abstinencia de carne el viernes santo. Durante los demás viernes de cuaresma, se pide sólo abstinencia de carne u otra cosa. Ahora bien, él también explica que lo importante de estos preceptos es vivirlos como un gesto en comunión. “Tiene que ver con hacer algo juntos como Iglesia, como comunidad universal”, añade. Así, cada uno puede luego ofrecer a Dios otras cosas, de manera personal.

Al ser consultado sobre las costumbres de cuaresma y cómo han cambiado con el tiempo (recordemos a nuestras abuelas que, por ejemplo, para estas fechas ni siquiera salían de casa y se dedicaban sólo a la oración) coincide en que sí, algunas costumbres han cambiado, pero que antes tenían un sentido. “(Era) tomar estos días como días de recogimiento, de ir hacia nuestro interior, de buscar en lo profundo a Dios, de encontrarnos con algo más profundo y no que sólo sean meros días de vacación o esparcimiento”, enfatiza. De hecho, cree que habría que conservar estas actitudes y aprovechar este espacio (los feriados) que Dios nos regala. “jueves y viernes santo no son de precepto pero se hacen feriados para que podamos participar, ahora online o presencialmente”, advierte.

¿Qué hacer en estos días?

Lo principal es participar en comunión con toda la iglesia, sea presencial o por las redes. En el segundo caso, Valoy alerta sobre no tomar las celebraciones virtuales como simples programas de televisión, sino atender con un espíritu de fe. El sacerdote invita a vivirlo en familia (aunque se pueda este 2021 hacerlo en comunidad) y a orar en casa. Un acto de caridad grande -continúa- es evitar las salidas innecesarias o las juntadas, las fiestas sociales o salidas a bares. “Creo que sería algo importante para ofrecer al señor, cuidarnos y cuidar la salud de nuestros hermanos”, concluye.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios