Semana Santa: ¿tiempo de cambio o de puro 'cumpli-miento'?

El padre Luis Zazano reconoce el peligro de los “ritos vacíos” y repasa los momentos de mayor y menor fervor espiritual a lo largo de la historia del cristianismo.

PADRE LUIS ZAZANO / LA GACETA (ARCHIVO) PADRE LUIS ZAZANO / LA GACETA (ARCHIVO)

Los ritos de Semana Santa ¿tienen el poder de renovar el espíritu de quienes lo practican? Depende de cómo se hayan vivido internamente los días previos y durante las celebraciones de esa semana en la que los cristianos reviven la pasión, muerte y resurrección de Jesús. El calendario litúrgico marca una fecha exacta para comenzar a hacer el examen de conciencia: es el Miércoles de Ceniza. Pero ¿la gente empieza a cambiar ese día? El padre Luis Zazano, que predica en las redes sociales, explica que el “Miércoles de Ceniza te recuerda que sos polvo (tierra) y que en la vida no todo es material sino  que hay algo más, denominado eternidad”. Sin embargo, para muchos cristianos esta idea pasó a ser “un mero ‘cumpli-miento’ porque cumplimos pero también nos mentimos”, dice.

“Puede sonar fuerte esta definición, pero haciendo una autocrítica, para muchos católicos estos ritos son vacíos porque perdieron su esencia”, reconoce. “Si bien hay personas que viven su fe con convicción y cada Semana Santa es un replanteo de sus vidas, en la que mueren a muchas cosas y resucitan a otras, también hay otros cristianos, que solo son de nombre, los llamados ‘cristianos no practicantes’, que viven la Semana Santa como un fin de semana largo o en break vacacional. Para estos últimos la experiencia espiritual y religiosa queda a un lado”, explica.

Pero también hay un tercer grupo: “los cristianos que usan la religión como un elemento social, como cierto ‘revoque’, y que hasta pasan a comulgar para que se los vea. Son los del  ‘chapeo cristiano’, como le llamo, que se muestran cumplidores con el rito pero solo para un fin social”, señala.

El padre Zazano piensa que el desafío hoy es la “re-evangelización”, es decir, la evangelización puertas adentro de la iglesia,  para concentrar la mirada en Cristo, “ porque también la Iglesia  se ha detenido en elementos sociales descuidando los espirituales y esto lo hemos pagado caro. En el propio Evangelio Jesús nos recuerda: ‘a los pobres los tendrán siempre y a mí no. Esto nos moviliza, nos lleva a replantearnos si estamos haciendo bien las cosas cuando un feligrés va a buscar a un sacerdote para confesarse y no lo encuentra porque está trabajando en los centros de adicción o en hogares, mientras sabemos que existen ONG que se dedican a ello. Todo esto nos cuestiona y nos genera autocrítica”, reflexiona.

Un poco de historia

La cuestión de los rituales y su correlación con la vida espiritual de los cristianos forma parte de la historia misma de la Iglesia. El padre Zazano la explica así: “Después de que Jesús se fue a los cielos, la Iglesia comienza a construirse. Debemos recordar que para el cristianismo desde Pentecostés (50 días después de Pascua) se inicia un proceso de evangelización. La Iglesia, entonces, no era una institución, eran personas convencidas de que Jesús demuestra que todos somos hijos de Dios. Había una convicción entre lo que se creía y lo que se vivía. Los cristianos eran perseguidos pero vivían profundamente la fe y hasta morían por ella”.

Pero después hay un cambio: “al convertirse el emperador romano al cristianismo el catolicismo pasa a convertirse en la religión oficial del imperio. Quien pertenecía a la religión del emperador gozaba de beneficios, como no pagar ciertos impuestos. Eso lleva a que el mensaje de Cristo pierda fuerza”, dice. “Esto generó un golpe dentro de la Iglesia, surgen los ermitaños, hombres y mujeres que toman distancia de la ciudad y el imperio y se refugiaran en las zonas inhóspitas para vivir el Evangelio con todas sus fuerzas. Esto lleva a un cristianismo radical y fuerte en lugares desiertos, y, paralelamente, a que haya cristianos instalados en las ciudades con un mero cumplir los ritos y nada más”, relata.

San Benito

“La propuesta de San Benito da un giro, ya que propone vivir el Evangelio en el trabajo y en la sociedad, evangelizar la sociedad y recordar que ser buen cristiano es también ser buen ciudadano. Es unir lo social y lo religioso pero en el estilo de vivir y recordar que se debe cambiar y no ser una cosa en lo religioso y otra en la sociedad. Un tema que hasta hoy tendremos que trabajarlo. En 2000 el cardenal Karlic pedía perdón en nombre de la Iglesia que peregrina en Argentina, por nuestra mala evangelización, ya que siendo un país con el 93% de Argentinos hemos pasado a ser el segundo país más corrupto de Latinoamerica, hemos fallado en ello”, advierte Zazano.

La Edad Media

Finalmente en la Edad Media es cuando se afianza mucho más el rito y aparecen las normas. “Esto lleva a que la religión se divida de la espiritualidad. Hoy tenemos personas religiosas pero sin espiritualidad, tomando la religión como un ámbito de poder, sin lograr un verdadero encuentro con el Resucitado. Y, por otro lado, personas espirituales pero que no están insertas en una religión o en nuestra religión”, señala.

El padre Luis propone que estas pascuas se vivan no con “cumpli- miento”, sino con sentida devoción. Dice: “estas pascuas no son folclore, son una manera de hacer el paso de la muerte a la vida, y como cristianos debemos plantearnos cómo estamos viviendo la vida”.

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