Dentro de lo que se pudo rescatar del primer partido de la Selección en el año estuvo la presentación de algunas de las caras nuevas que Lionel Scaloni está tratando de acoplar a un equipo que está a sólo un año y medio del próximo Mundial. Fueron cuatro los estrenos, aunque el mejor fue claramente el de Cristian Romero, uno de los dos que jugaron de titulares. El defensor de Atalanta jugó con la solvencia de un veterano, conteniendo bien a Vargas y a Alexis, buscando el pase con cabeza levantada y ofreciendo su 1,85 metro en el área contraria. Muy interesante.
El otro titular, el arquero Emiliano Martínez, no tuvo casi ocasión de probar lo que vale: salvo en la jugada del gol, en la que hizo lo que manda el manual (cubrir el primer palo), Chile no lo probó nunca. Sería interesante verlo en Colombia.
A Julián Álvarez le tocó reemplazar a Di María y jugar recostado por la banda, una posición no tan natural para un 9 como él, pero se puso al servicio del equipo y recuperó varias pelotas. Recién pudo meterse más al area con el ingreso del otro debutante, Nahuel Molina, que en los pocos minutos que tuvo mostró la profundidad en ataque que no había mostrado Foyth.