Selección nacional: identidad (aún) desconocida

Argentina no jugó un buen partido en el 1-1 con Chile y no pudo superar a Brasil en la tabla de posiciones. El martes debe visitar a Colombia.

CON LA BOCA LLENA DE GOL. Messi convirtió su tanto número 72 con la camiseta “albiceleste”, en el máximo anotador de la Selección y marcó el tanto 2.000 en la historia de las Eliminatorias Sudamericanas. CON LA BOCA LLENA DE GOL. Messi convirtió su tanto número 72 con la camiseta “albiceleste”, en el máximo anotador de la Selección y marcó el tanto 2.000 en la historia de las Eliminatorias Sudamericanas. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA (ENVIADO ESPECIAL)
04 Junio 2021

La noche en el “Madre de Ciudades” comenzó, para Argentina, como debía. Todos con la “10” de Diego Maradona y un sentido Himno Nacional. Quizás el homenaje en sí, terminó siendo la rebeldía de hacer caso omiso a la insólita prohibición de la FIFA. La decisión la habrá tomado el plantel o la dirigencia, pero sin dudas que tuvo el espíritu de Diego.

En el plano estrictamente futbolístico, lo que se vio fue muy pobre. En el primer tiempo Argentina no pudo activar el circuito entre Ángel Di María, Lucas Ocampos y Lionel Messi; Lautaro Martínez quedó muy aislado y casi no entró en juego.

El partido fue muy luchado y con muchas infracciones. Los noventa minutos fueron de transición lenta. Y, además de la escasez de juego, las interrupciones en cada gol fueron una tortura. Penal para Argentina y chequeo eterno del VAR. Gol de Alexis Sánchez y otra demora de varios minutos.

En el entretiempo, Lionel Scaloni, mandó a la cancha a Lisandro Martínez para buscar una salida más fluida desde el fondo desde los pies del ex Defensa y Justicia. Y reemplazó a Ocampos (no tuvo un buen primer tiempo) con Ángel Correa. A pesar de los cambios, el funcionamiento del seleccionado no cambió.

Pasan los partidos y el equipo de Scaloni no muestra un patrón de juego que entusiasme. Y el recambio generacional ya tiene casi tres años de gestación sin dar los frutos tan esperados. Argentina apuesta a lo mismo desde hace casi una década: que Messi frote la lámpara. Y el genio del fútbol moderno necesita ayuda, porque, al menos cuando juega Eliminatorias Sudamericanas, los equipos siempre optan por la marca escalonada sobre él, y por la infracción. Eso es recurrente. De igual manera, Messi, siempre se las ingenia para dejar su huella y en el bautismo internacional del estadio de Santiago del Estero, fue protagonista del gol número 2.000 en la historia de las Eliminatorias.

Falta un año y medio para el Mundial de Qatar y todavía quedan 13 partidos por jugarse. El equipo de Scaloni tendrá que trabajar mucho para conseguir uno de los boletos hacia la cita mundialista.

Si tenemos que buscar lo positivo de la noche santiagueña podríamos mencionar dos ítems. En primer lugar la presentación de Cristian Romero. El defensor de Atalanta (elegido el mejor central de la Liga italiana en la última temporada), tuvo un buen partido frente a “La Roja”. Firme por arriba y por abajo, rápido en los anticipos y criterioso en la distribución.

En segundo lugar, es destacable el partido que se hizo en la mitad de cancha a la hora de la recuperación rápida. Pero destacar esto es demasiado poco para las aspiraciones que tiene Argentina.

“Hacía mucho tiempo que no nos juntábamos con los chicos, tuvimos pocos entrenamientos, pero me voy contento con el resultado a pesar de que no haber podido ganar”, dijo Messi una vez terminado el partido. La excusa recurrente no podrá repetirse en el futuro cercano por el calendario que tiene el equipo. El seleccionado jugará con Colombia, el martes, e inmediatamente tendrá que alojarse en Brasil para la Copa América.

Será más de un mes de entrenamientos diarios y competencia, tiempo suficiente para que el DT pueda encontrar los nombres y, fundamentalmente, el funcionamiento que invite a soñar. (Producción periodística: Daniel Coronel)

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