Debe mejorarse el entorno de la Plaza Independencia

El rediseño urbano del microcentro, según se anunció, apunta a devolverle al corazón de la ciudad una escala humana y hacerla menos ruidosa y más ordenada.

11 Julio 2021

Mañana quedará inaugurada de forma oficial “la nueva” Plaza Independencia. En línea con una quisquillosa costumbre muy tucumana, las primeras opiniones fueron lapidarias. Ocurrió lo mismo con el Monumento al Bicentenario, en avenida Mate de Luna, sobre el que llovieron todo tipo de improperios y descalificaciones, que se fueron disipando con el paso del tiempo. Hoy, esa obra luce como fondo de numerosas postales, “selfies” y aparece en las galerías de imágenes y en las redes sociales de muchos turistas.

Algo similar pasó con las semipeatonales. Han sido frecuentes las quejas por la decisión de restringir el tránsito vehicular para priorizar al peatón, tranquilizar y silenciar un poco al ruidoso y caótico microcentro y le pronosticaron un fracaso rotundo. A medida que los tucumanos empezaron a utilizarlas fueron experimentando las ventajas de las veredas más anchas, con atractivos bancos y un renovado arbolado, que necesitará de un par de años para lucir en su esplendor. También comprobaron que lejos de generarse más congestiones, ahora el tránsito fluye de manera más ágil, al haber un solo carril que nunca se detiene. Antes también había un solo carril utilizable, ya que esas calles céntricas estaban siempre con autos estacionados de punta a punta, en doble y hasta en triple fila.

Es habitual  que se critique absolutamente todo intento de innovación o cambio, aún antes de conocer en profundidad los proyectos. Estimamos que con la plaza renovada ocurrirá lo mismo, a medida que transcurra el tiempo, que crezcan los nuevos árboles que se plantaron y que con su uso vayamos entendiendo las razones de algunas decisiones que se tomaron.

Las obras más importantes que se llevaron a cabo en el principal paseo de la provincia, y las más costosas y las que más tiempo llevaron, son precisamente las que no se ven, que están debajo de la plaza: desagües, redes de agua, electricidad y fibras ópticas, instalaciones que en algunos tramos llevaban décadas sin renovarse y urgía atenderlas.

Según se anunció en el municipio, el rediseño urbano del microcentro, que apunta a devolverle al corazón de la ciudad una escala humana, más amigable con los caminantes, menos ruidosa y más ordenada, continuará con la red de semipeatonales, ahora por 9 de Julio, primera y segunda cuadra, y por calles Junín y Maipú, desde 24 de Septie mbre hasta Santiago del Estero. Los trabajos también incluyen la recuperación del Mercado del Norte y se deslizó que la semipeatonalización de 25 de Mayo podría extenderse hasta calle Santa Fe o avenida Sarmiento.

Si bien celebramos que el municipio avance en tendencias urbanas que se están implementando en las principales ciudades del mundo, queda una deuda pendiente, de la que poco se habla, que es el entorno de la Plaza Independencia, un verdadero cambalache edilicio, mezcla de edificios históricos y señoriales con casas abandonadas y deterioradas y comercios que no están a la altura del lugar que ocupan.

La Municipalidad debería atender con premura y seriedad este asunto, ya que de poco servirá la costosa y demorada jerarquización del histórico paseo, si la arquitectura que lo rodea no acompaña y le baja considerablemente el puntaje a este sector neurálgico de la ciudad.

Deberían plantearse reglas claras de qué y cómo tiene que edificarse alrededor de la plaza, siguiendo líneas estéticas comunes y acorde a la categoría del espacio donde se ubican.

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