Un itinerario del dolor expresado en las canciones de "Chano" Charpentier

La madre del cantante pidió que se escuchen los temas para entenderlo.

PELEANDO POR SU VIDA. Chano en un momento de esplendor de su carrera. En el recuadro, su madre Marina Charpentier al hablar ayer. PELEANDO POR SU VIDA. Chano en un momento de esplendor de su carrera. En el recuadro, su madre Marina Charpentier al hablar ayer.

Pocas cosas están tan claras alrededor de lo sucedido con Santiago Chano Moreno Charpentier que los dichos de su madre Marina, cuando ayer le dijo a la prensa: “Si quieren saber lo que padece un adicto, escuchen las letras de mi hijo; hace 20 años que pide ayuda”.

Sus palabras, entre lágrimas en la puerta del sanatorio Otamendi donde el músico está internado (“luchando por su vida”, afirmó a primera hora de la mañana), le dieron dimensión al drama de la dependencia que atraviesan cientos de miles de familias en el país, la casi totalidad en el anonimato más absoluto y sin la cobertura mediática que tiene su caso.

Si las canciones de Chano son un indicio de su situación pasada y actual, como alegó su madre, hay un recorrido de su compleja historia de vida expresada entre acordes y sonidos, tanto como líder de Tan Biónica como en su etapa solista:

“Hoy voy a bailar en la frontera./ Voy caminando, caminando donde quiera./ Panorama cool desde mis ojos/ y deje todo por algunos antojos. /Pide un rescate hot/ para una noche especial. /Yo soy del mundo mundo de los locos,/ está de moda y están todos como locos./ Voy a averiguar a donde queda/ voy caminando, caminando donde quiera”. (“Veneno”, tema de 2003)

“Y a veces, pienso, cuando me quedo solo/ te extraño, te lloro, qué lindo arruinarse con vos/ te juro, linda, me está costando mucho/ termino los días, cansado de extrañarte”. (“Arruinarse”, 2006)

Y tal vez es porque vivo/ de la forma en que mal vivo/ que te digo lo que digo/ que me encuentro tan perdido/ (...) Porque no tengo más nadie/ que pelear más que conmigo/ porque eternos como el tiempo/ son las noches y el vacío”. (“Loca”, 2010)

Libertad/ Mi casa es un desastre; mi vida, un poco más/ (...) Algo habré perdido que ando tan comprometido/ en buscar adentro tuyo algo que está dentro mío/ y algo para poder tapar/ mi gran agujero espiritual, mis ilusiones rotas”. (“Obsesionario en La Mayor”, 2010)

“Está aturdida la consciencia que perdí./ Estoy perdiendo en esta guerra contra mí./ Atormentado, sin paciencia ni fe,/ mi alma hizo las valijas y se fue”. (“Dominguicidio”, 2010).

“Hoy te doy lo que mas quiero./ Nunca te alcanza y veo la máquina que mueve la mañana/ (...) Padre nuestro que estás en los cielos/ dónde estas cuando te necesito que me prendo fuego”. (“Yo he perdido algo”, 2019).

“Entro, salgo y me pierdo/ solo en la giratoria,/ tu mirada es un fuego/ casi no se soporta/ (...) Antes de mí hay otro fue fui/ hay una paridad que es inevitable/ hay alguna cuestión con la seguridad/ hay una condición que es la felicidad/ hay una sensación de sentirme genial”. (“Día de la comadre”, 2019)

“Yo adoro tu infierno azul cuando aparecen/ cositas que tienes tu”. (“La noche”, 2019).

“Almacita mía, te he extrañado tanto/ que te dí mi vida y dormí con diablos”. (“El doble”, 2020)

En la voz de Marina Charpentier se resumen muchas otras que no tienen micrófono. Ella dijo ayer: “acá sólo hay víctimas, mi hijo es la primera víctima. No sé a quién tenían que mandar o cómo es el procedimiento. Sólo pido que hagan algo con la Ley de Salud Mental porque así estamos todos los padres de los enfermos. La adicción es una enfermedad y nadie nos da respuestas. Está lleno de madres que no tienen visibilidad que están golpeando puertas y nadie las escucha”.

“Yo sólo llamé a una guardia médica para que ayuden a mi hijo y sabían que se iban a encontrar con alguien que estaba mal. Yo sólo pedí ayuda. Acá no hay nadie contra nadie, no es la mamá contra la Policía”, afirmó.

El planteo sobre la necesidad de abordar el tratamiento profesional a los adictos (y su control cuando atraviesan un episodio de crisis) escaló al primer lugar en la agenda pública, al punto que la ministra nacional del área, Carla Vizziotti, admitió que “la implementación de la Ley de Salud Mental es uno de los desafíos más grandes que tiene pendientes la Argentina”.

La funcionaria reconoció que se debe debatir “cómo se pueden abordar estas situaciones sin violencia, cómo se puede capacitar y trabajar en conjunto con todas las áreas del Estado para minimizar las acciones violentas en el contexto de una persona que tiene un padecimiento”.

El lunes, el cantante fue herido de bala por el policía Facundo Nahuel Amendolara cuando estaba blandiendo un cuchillo y en estado de extremo nerviosismo. El agente está imputado “de hecho” en la causa donde la Fiscal de Zárate-Campana pretende determinar lo sucedido bajo la carátula “averiguación de ilícito”; su disparo derivó en la extirpación del riñón izquierdo, del bazo y de parte del páncreas y en la lesión en el colon del artista, quien continúa estable (al cierre de esta edición) en terapia intensiva.

Su evolución es positiva ya que sigue respirando por sus propios medios (sin necesidad de ayuda mecánica) y no presenta fiebre (signo de una infección), pero aún no está fuera de peligro. En la casa de Exaltación de la Cruz donde ocurrieron los hechos había médicos y paramédicos llamados por la familia, cuya intervención inmediata fue clave para que no fallezca en el lugar.

Comentarios